Trivial es un cortometraje potente que muestra mucho más de lo que puede aparentar a simple vista. Catorce minutos, cuatro rostros y seis quesitos que conseguir. Trivial, un juego que en pocas ocasiones ha venido cargado de tanto trasfondo.
Trivial está escrito y dirigido por Fran Menchón y Sandra Reina. Recibió la Mención especial del jurado tanto en la Semana de cine de Lugo como en el Short of the year. Además, Alejandro Cano fue premiado en el Santurzine por su papel de Chicho, la sufrida pareja de vida y partida de Macarena Gómez (Macarena también en la cinta). Completan el reparto unos estupendos Víctor Benjumea y Cristina Soria interpretando a Paloma y Miguel, sin duda la pimienta de este cortometraje y, casi casi, quienes ceden sus ojos al espectador.
Crítica de 'Trivial'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Trivial
Título original: Trivial
Reparto:
Macarena Gómez (Macarena)
Alejandro Cano (Chicho)
Cristina Soria (Paloma)
Víctor Benjumea (Miguel)
Año: 2019
Duración: 14 min
País: España
Dirección: Sandra Reina y Fran Menchón
Guion: Fran Menchón y Sandra Reina
Música: Manel Gil-Inglada
Fotografía: Nil Santane e Iván
Género: Drama
Producción: Fitzcarraldo Films
Tráiler de 'Trivial'
Sinopsis de 'Trivial'
Chicho y Macarena esperan, impacientes, la llegada de sus invitados. El Trivial ya está preparado en la mesa. Paloma y Miguel parecen ser los contrincantes perfectos para una partida fácil de ganar. Todo va sobre ruedas, hasta que Paloma y Miguel sacan una moneda de la suerte. Se masca la tensión en el ambiente. Al Trivial no se juegan solo la partida, y Macarena odia perder…
Partida con el espectador
Desde el primer segundo de metraje es evidente que el lenguaje no verbal (en el que Macarena Gómez es toda una todoterreno, por cierto) va a jugar un importante papel en esta partida. No es tanto lo que se dice si no el como se dice: tono de voz, gestos… La tensión del ambiente es altamente perceptible. Sin necesidad de darnos ninguna explicación, apenas tardamos tres minutos en comprender la dinámica de cada pareja… y de cada personaje. Y es que el rol que tomes en una partida de Trivial puede representar a la perfección tu rol en la vida. En este caso, al menos.
Con algún que otro plano casi aterrador digno de un thriller, Trivial a menudo baila entre la comedia ácida y el suspense psicológico más primario. Por momentos, uno se pregunta hacia dónde puede desembocar esta rocambolesca partida. En esta ocasión, la invitación con mirada a cámara intimida enormemente. Este detalle convierte al espectador en un jugador más al que, tras posicionarse, solo le falta vitorear o abuchear a cada lanzamiento de dado.
Cabe mencionar la escenificación, estudiada al detalle. Lo poquito que se nos revela conforma el escenario perfecto. Recolocado al milímetro, digno del más atento decorador obsesivo pero casposo y aséptico, a la vez que recargado para las pupilas. Es obvio que representa a quien lleva la batuta en este juego. Una estupenda presentación velada del personaje.
Cuatro jugadores: dos equipos...o no.
Dos parejas que plasman en un tablero las reglas de su propia relación. Y es que es momento de formar equipo o la partida está perdida. Mientras las escenas de Macarena y Chicho provocan una incomodidad repelente muy bien estudiada, respiramos cuando es el turno de Paloma y Miguel. La dirección sabe jugar a la perfección con esta intermitencia de emociones y empatía. Porque hay que reconocer que nuestra piel va mudando de Macarena a Paloma, pasando por Chicho y terminando en Miguel.
Todos amamos esa parte competitiva nuestra, la que nos lleva a grandes logros. Pero, al mismo tiempo, a menudo, la de los demás nos agota más que retarnos y acaba por sacarnos de quicio… o de la partida. Así, se vuelve tremendamente divertido ir cambiando de bando, no de equipo, si no de jugador. Y es que aquí no hay equipo que valga. En apenas catorce minutos, los cambios en Trivial se aceleran por la intensidad del guion, la fotografía y las interpretaciones.
Conclusión
Trivial es una partida trepidante con el propio espectador, al que la dirección sorprende en mitad de una carcajada con un plano inquietante o una tirada de dados amenazadora. Por primera vez, lo de menos en ese entrañable Trivial Pursuit son las preguntas. Los quesitos pueden convertirse en motivo de tragedia.
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preciosa crítica!
mil gracias!
me hace feliz leer que un corto en el que lo das todo, hace sentir