El éxito de Tuppersex lleva recorriendo la geografía española desde su estreno en Barcelona en el año 2014. A lo largo de estos años ha sido representada en distintas ciudades como Valencia, Bilbao y Madrid. Este 11 de diciembre de 2020 ha vuelto al Nuevo Teatro Alcalá, de Madrid, para representar su segunda temporada. Nuevamente, a las órdenes de Edu Pericas, autor también de la pieza teatral, y con las actrices Alicia Garau y Roma Calderón. Se mantendrá en cartel hasta el próximo 14 de febrero de 2021.



Tuppersex

Crítica de 'Tuppersex'

Ficha Técnica

Título: Tuppersex
Título original: Tuppersex

Reparto:
Roma Calderón (Mamen)
Alicia Garau (Laia)

Duración: 90 min. apróx.
Dirección: Edu Pericas
Dramaturgia: Edu Pericas
Ayudantes de dirección: Gretel Stuyck y Teresa Rivera
Espacio escénico y dirección técnica:
Joan Segura
Iluminación:
Carles Borras
Diseño de vestuario "Mamen Rico":
Roma Calderón
Regidora: Teresa Rivera
Imagen de cartel: Frankie de Leonardis
Fotografía: Daniel Escalé y Nelson Pará
Producción: Anexa 

Tráiler de 'Tuppersex'

Sinopsis de 'Tuppersex'

Tuppersex nos presenta a la empresa My Secret Flower, en pleno proceso de expansión económica, imparte el Curso de Formación para Asesoras de Tuppersex con el objetivo de contratar nuevas vendedoras de juguetes eróticos en todo el territorio. Pero un problema inesperado hace que la sexóloga habitual del curso sea sustituida por una extravagante peluquera de barrio sin pelos en la lengua, y la sesión se convierte en un hilarante caos.

Las excéntricas técnicas docentes de esta improvisada ponente supondrán una auténtica pesadilla para la coach responsable del curso, incapaz de evitar que la situación se le escape de las manos. ¿Alcanzarán los asistentes los conocimientos requeridos? ¿Superarán el examen final? ¿Conseguirán un contrato laboral con la empresa My Secret Flower? (ANEXA). 



Tuppersex
Foto de Anexa

Introducción al sexo

Segunda temporada de Tuppersex, de Edu Pericas, en el famoso Teatro Nuevo Alcalá, volviendo a uno de los lugares habituales de la obra en Madrid. La historia presenta a dos mujeres muy opuestas, que se encuentra impartiendo un curso de vendedores de tuppersex. Durante las primeras escenas se va cocinando ese ambiente distendido, con una picaresca muy salada y ese histrionismo aparente tan estupendo. Después, la irrupción de Mamen hace que el tono de la obra empiece a coger un color distinto, lo que hace que se vea como el uso de la comedia va mucho más allá que una sesión de hablar de sexo y hacer bromas referentes a ello. Por lo cual, se agradece que no se limite a los términos conocidos en el mundo del tuppersex y ese ambiente de formación, que funciona por su ruptura con la cuarta pared.

Al presentar dos personajes tan distintos, se expresa su imaginario alrededor de ellas, pero sin estancarlas en el puro estereotipo. De esta manera, se van desarrollando distintas problemáticas que arrancan constantemente las carcajadas de los espectadores. Al desarrollarse de una manera tan natural y cercana, hace que sea recomendable para todo tipo de públicos. Con lo cual, la jocosidad y la irreverencia se unen a unos giros de guion más creativos, que le dan vida a lo que está sucediendo. Gracias a ello, el público se encuentra una historia en continuo movimiento y le permite llevar el humor por distintas vertientes. También se puede ver cómo se unifica el concepto más físico, que al combinarse con el propio concepto de humor, acaban por cautivar a los asistentes en ese maremoto alocado y erótico-festivo. 

Nuevo Teatro Alcalá
Foto de Anexa

Muestra práctica

Dos personalidades muy distintas toman el escenario en los cuerpos de Roma Calderón y Alicia Garau. En primer lugar, Garau se convierte en la primera maestra de ceremonias de esta reunión de Tuppersex tan particular. Dentro de su divinismo empresarial, sabe sacarle jugo para hacer de su expresión un método de humor muy fluido y natural. Lógicamente, lleva al extremo los atributos conductuales de su personaje, al igual que la forma de masticar las palabras. Su éxito viene en el realismo con el que lo hace, no viéndose forzada en ningún momento. Según va transcurriendo la acción, va desmelenándose totalmente, pero sin perder esa inocencia jacarondosa que hacen de su interpretación un auténtico show. Además, es el perfecto contraste con la personalidad arrolladora de su compañera, lo que permite que las dos remen a favor y sean una pareja interpretativa espectacular.

Por su lado, Roma Calderón no deja indiferente desde que pisa la sala por primera vez. Su estética, su forma de moverse y de expresarse deja constancia de ser una rara avis que va a hacer del show su propia fauna. Y así lo hace. No tarda en meterse al público en el bolsillo, con esa cercanía más propia del lenguaje coloquial. A ello se une la irreverencia llevada a una naturalidad que propone un diálogo entre el público y la actriz de complicidad y de pura conexión. Al mismo tiempo, hay que valorar que no se excede dentro de toda esa expresividad estrambótica, ya que calcula perfectamente su energía en todo momento y es lo que hace que triunfe sobre las tablas. Dicho de otra forma, no se descontrola en todo ese maremoto de risas y carcajadas.

Teatro Alcalá
Foto de Anexa Nuevo

Examen final

La estética que se sigue en Tuppersex emula a la perfección esos lugares que se buscan en los gurús empresariales, siendo una construcción espacial apropiada. De esta manera, en esta propuesta recuerda a un ambiente con rigor, para luego convertirse en el telón de fondo de las aventuras disparatadas de sus protagonistas. Por ende, se retuerce la realidad, para transformarla en una locura, pero manteniendo esa construcción que, inclusive, sirve de caricatura del propio concepto de formación. De igual forma, la puesta en escena se va completando con los artilugios que van llegando al escenario, cada una con su función, dejando en muchos casos boquiabiertos por la diversidad de elementos que van haciendo acto de presencia. Naturalmente, hay objetos y aparatos sexuales, pero sorprende más por aquellos que pertenecen a otra tipología de artilugios.

El ritmo es frenético, no se para en ningún momento, lo que hace que el espectador se mantenga atento en todo momento. Hay alguna parte donde no hay tanta intensidad enérgica, pero se compensa rápidamente por el resto de escenas que tienen un alto nivel. Por lo tanto, la dirección es estupenda, dado que las piezas conectan muy bien y la coreografía sobre el escenario entre el espacio y las intérpretes combina a la perfección. Las transiciones para ir evolucionando y dando un nuevo enfoque a lo que allí se ve, se hace de una manera muy orgánica. Por lo que, esa transformación emerge y llega a buen puerto sin problemas. Con lo cual, es una obra llena de dinamismo, que logra una atmósfera de buenrrollismo. Como último apunte, los detalles, como la clave del WiFi, son un plus por saber dar esas pinceladas más sutiles.

Tuppersex
Foto de Anexa

Conclusión

Tuppersex es una vorágine de risas, donde lo políticamente incorrecto, el sexo y la propia comedia provocan unas situaciones hilarantes y llenas de histrionismo estupendo. Esa excentricidad va realizando una historia que va transformándose. Sorprende al ir por lugares que mantienen el buen nivel en todo momento. Luego, Roma Calderón y Alicia Garau forman un combo brillante, cada una dando lo mejor de sí. Por otro lado, la puesta en escena realiza una metamorfosis a lo largo de la obra, aportando distintos objetos a las tramas. Asimismo, ejecuta una coreografía totalmente dinámica que deja una atmósfera llena de movimiento. Una reunión irreverente que triunfa por un uso del humor extraordinario con dos maestras de ceremonia a la altura.

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CINEMAGAVIA
8/10
80 %
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Diego Da Costa
Subdirector de Cinemagavia. Comunicólogo audiovisual por la UCM y Máster en Comunicación en la Red por la UNED. Miembro de EGEDA (Premios Forqué) e Ingeniero Audiovisual en Ricoh España. Co-creador de la compañía artística La Joie de la Colina. Como diría Elizabeth Taylor: "Las ideas mueven el mundo sólo si antes se han transformado en sentimientos".
tuppersex-critica-teatroUna vorágine de risas, donde lo políticamente incorrecto, el sexo y la propia comedia provocan unas situaciones hilarantes y llenas de histrionismo estupendo. Roma Calderón y Alicia Garau forman un combo brillante, cada una dando lo mejor de sí. La puesta en escena realiza una metamorfosis a lo largo de la obra, aportando distintos objetos a las tramas. Asimismo, ejecuta una coreografía totalmente dinámica que deja una atmósfera llena de movimiento. Una reunión irreverente que triunfa por un uso del humor extraordinario con dos maestras de ceremonia a la altura.

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