Un hombre de acción es una producción española libremente inspirada en la vida del anarquista Lucio Urtubia, famoso entre otros motivos por poner en jaque al Citybank mediante la falsificación de cheques de viaje. La película está dirigida por Javier Ruiz Caldera (Superlópez, Spanish movie) y tiene entre sus intérpretes a Juan José Ballesta (El Bola, Entrelobos), Luis Callejo (Bajocero, La noche más larga) y Miki Esparbé (Malnazidos, Tres). Se estrena en Netflix el 30 de Noviembre.
Crítica de 'Un hombre de acción'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Un hombre de acción
Título original: Un hombre de acción
Reparto
Juan José Ballesta (Lucio Urtubia)
Luis Callejo (Asturiano)
Miki Esparbé (Quico Sabaté)
Liah O'Prey (Anne)
Alexander Blazy (Inspector Costello)
Ben Temple (Barrow)
Ana Polvorosa (Satur)
Año: 2022
Duración: 1h. 51 min.
País: España
Director: Javier Ruiz Caldera
Guion: Patxi Azmecua
Fotografía: Sergi Vilanova
Música:
Género: Drama. Biografía
Distribuidor: Netflix
Tráiler de 'Un hombre de acción'
Sinopsis
Inspirada libremente en la vida de Lucio Urtubia, y con elementos ficcionados, Un hombre de acción explora la figura del histórico anarquista navarro, que llevó a cabo una legendaria operación de falsificación en París que le puso en el punto de mira del banco más grande de Estados Unidos, cuando consiguió obtener una enorme cantidad de dinero falsificando cheques de viaje.
Un hombre de acción es una trepidante película que abarca cinco décadas, desde los años 40 hasta los 80, y en la que seguimos los pasos de Lucio, desde sus humildes comienzos como albañil convertido en atracador de bancos, hasta ponerse al frente de uno de los engaños económicos más importantes del siglo pasado. (Netflix)
Dónde se puede ver la película en streaming
Un viaje inquieto
Un hombre de acción, ya se nos avisa desde el principio, no es una película supeditada estrictamente a una biografía precisa. Su personaje principal, Lucio Urtubia (Juan José Ballesta), es toda una figura de peso dentro del anarquismo español, pero la película no es un reflejo exacto de una vida. Ello consecuentemente quiere decir que las licencias de todo tipo son bienvenidas en base al tono que se quiere dar a la película. También quiere decir que se constriñen casi tres décadas en una hora cincuenta, por lo que el viaje biográfico será un poco a salto de mata.
Javier Ruiz Caldera comienza el primer par de minutos introduciéndonos en una secuencia que debería estar intercalada en la zona media de la película y que resulta bastante apurada para el protagonista. De tal modo que se juega con la idea de cómo un chico humilde de una aldea navarra de la posguerra acaba protagonizando un lance casi policial. Sea como fuere las andanzas de un joven Lucio nos sirven para explicar su animadversión a la autoridad en general y a los bancos en particular.
Por puro instinto y por naturaleza Lucio se convierte en anarquista, sin ni siquiera saber muy bien qué es eso. Como si también fuera un corolario necesario a su biografía de juventud. Tras escapar a París y comenzar a trabajar de albañil entra en contacto con grupos anarquistas españoles, coviertiéndose en partidario de la acción directa. Comienza atracando bancos y con los años a base de falsificar dólares y cheques de viaje tratará de asestar un gran golpe al capitalismo.
Ni acatar órdenes, ni rendir cuentas
Un hombre de acción aunque pueda ser etiquetado de drama biográfico, usa esta característica de un modo flexible. La película emplea no pocos elementos del thriller o incluso del cine de acción. Hay atracos, huidas, persecuciones, las intrigas propias de la clandestinidad y operaciones de sabotaje. Javier Ruiz Caldera trata de conseguir una continua huida hacia adelante imprimiendo un ritmo alto y tratando de mantenerlo todo lo posible. Esta sería la primera incursión de Ruiz Caldera fuera de la comedia, pero utiliza algunos elementos que no le son extraños.
Por ejemplo, el sentido del ritmo y los elementos de acción que ya se pudieron ver en Anacleto: agente secreto (2015) o Malnazidos (2020), solo que en esta ocasión se extirpan los elementos humorísticos. Y dentro de esta estarea Ruiz Caldera cumple bien, la película no tiene casi tiempos muertos, es entretenida, ágil y transcurre con buen ritmo. A pesar de que la sustancia política es un componente importante, no es una película discursiva, ni que se detenga mucho en disquisiciones ideológicas. Se basa más, como dice el título, en los lances de un hombre de acción. Se menciona por encima a Bakunin, Durruti, Proudhon, la necesidad de una acción directa continua, la malicia de bancos y políticos y poco más.
Un hombre de acción, es una película quijotesca donde Lucio Urtubia acomete continuamente a gigantes. Empezando por atracos a bancos, continuando con falsificaciones de dólares para inundar con ellos las calles y devaluar la moneda estadounidense y acabando con la también falsificación del cheques de viaje del coloso bancario Citybank. Para Lucio Urtubia lo principal son los actos revolucionarios, sin rendir cuentas, lo que le lleva a alejarse incluso de seres próximos como su esposa y su hija.
El elenco de 'Un hombre de acción'
En líneas generales la elección del cásting es apropiada. Juanjo Ballesta sabe imprimir a Lucio Urtubia una campechanía ruda y militante, componiendo un personaje no precisamente heroico, pero sí íntegro y decidido. De hecho, la película recae mucho sobre él. Quizá el tono de envejecimiento no esté del todo logrado, ya que la película tiene lugar durante treinta años, y Urtubia parece envejecer demasiado admirablemente. Luis Callejo interpreta al amigo fiel, al escudero intachable depositario de toda confianza. Conoce a Lucio desde sus primeros compases en París. La identificación actor/personaje vuelve a ser acertada.
Otro legendario anarquista español, Quico Sabaté, también hace acto de presencia en la película de la mano de Miki Esparbé. Es un papel sin mucho minutaje, pero importante dentro de la historia como influencia decisiva sobre Lucio Urtubia. Esparbé sabe otorgar simpatía al personaje. En una faceta más íntima se mueve Liah O'Prey, como novia y esposa de Lucio. Es el toque sesentayochista de Un hombre de acción, una chica universitaria que quiere cambiar el mundo y se ve seducida por el ímpetu del anarquista.
Como antagonistas hay matices. El inspector Costello (Alexander Blazy) es el adversario por antonomasia de Lucio, al que persigue durante dos décadas. Un giro de guion curioso es el pacto de caballeros que se establece entre ambos, prometiendo "jugar limpio", sin recurrir a tretas violentas o extremas. Hay un extraño respeto entre ellos, que resalta más por la llegada, como la de un elefante en un cacharrería, del enviado estadounidense a París por el caso Citybank (Ben Temple). Se trata éste de un personaje un tanto caricaturizado, queriendo representar la arrogacia de su país, y que recurre a tretas turbias y mezquinas.
Factura y otros elementos
Como ya decíamos Un hombre de acción tiene numerosas situaciones que remiten al thriller o a la acción. En este sentido Ruiz Caldera hace un trabajo eficaz, y sin planos mareantes y fulgurantes consigue eventualmente momentos de emoción. Igualmente cuando sucede algún tiroteo o alguna algarada con la policía, no hay ni grandes vistosidades ni coreografías, pero siempre hay un grado de competencia, que unido al buen sentido del montaje da la sensación de recursos bien aprovechados.
El diseño de producción es lo suficientemente bueno como para imbuirnos en la esencia de la historia y su tiempo. En este punto también tenemos un buen aprovechamiento, sin fastos desorbitantes. De hecho, Un hombre de acción no está ni mucho menos rodada íntegramente en París. Se pueden apreciar localizaciones en Vigo o Tarragona, ambientadas de tal forma que parezcan la Ciudad de la Luz. El aspecto general no es el de una superproducción, pero hay un buen sentido de la artesanía a la que hay que atribuir su mérito.
El guion, por su parte, enfatiza la vertiente solidaria de Lucio Urtubia, cuyos botines son empleados en gran parte en favorecer a causas anarquistas y en apoyar a las familias de los exiliados españoles encarcelados. Un Robin Hood español. Evidentemente la película tiene una corriente de simpatía hacia Urtubia, pero curiosamente no es una película que sea política en un primer plano, sino que se combina con la ligereza de una obra aventurera e incruenta. Ténganse en cuenta además las licencias correspondientes y que todo ello puede verse complementado con el documental Lucio (2007), dirigido por Aitor Arregui y Jose Mari Goenaga (La trinchera infinita, Loreak).
Conclusiones de 'Un hombre de acción'
Un hombre de acción es una biografía que prescinde de la exactitud y vuela con libertad por sus propios medios. El resultado final es un drama ligero, de ritmo alto, toques de acción y thriller y un generoso sentido de la picaresca. Hay un idealismo que se aleja de la política pura para adentrarse en la amenidad, y cuya acciones revolucionarias se narran de una forma un tanto naif. Lo más interesante es el estupendo sentido del ritmo que imprime Javier Ruiz Caldera que regatea cualquier sensación de tiempo muerto y nos mantiene siguiendo con atención el argumento todo el metraje. Juanjo Ballesta da en el clavo con una mezcla de rudeza, simpatía y carisma bien calibrada.
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