Una bonita mañana es la nueva película de Mia Hansen-Løve tras La isla de Bergman (2021). Esta tiene como fecha de estreno en España el 31 de marzo de 2023. En ella podremos observar un fragmento de vida de una mujer marcada por el amor y la muerte. Léa Seydoux verá su mundo renacer con el comienzo de una nueva relación mientras una enfermedad neurodegenerativa reduce la funcionalidad de su padre.
Crítica de 'Una bonita mañana'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Una bonita mañana
Título original: Un beau matin
Reparto:
Léa Seydoux (Sandra Kienzler)
Pascal Greggory (Georg Kienzler)
Melvil Poupaud (Clément)
Nicole Garcia (Françoise)
Camille Leban Martins (Linn)
Sarah Le Picard (Elodie Kienzler)
Pierre Meunier (Michel)
Año: 2022
Duración: 112 min
País: Francia
Directora: Mia Hansen-Løve
Guion: Mia Hansen-Løve
Fotografía: Denis Lenoir
Música:
Género: Drama. Romance
Distribuidor: Elástica Films
Tráiler de 'Una bonita mañana'
Sinopsis
Sandra, una joven madre que cría a su hija sola, visita con regularidad a su padre, quien padece una enfermedad. Mientras ella y su familia luchan para que éste reciba los cuidados médicos que necesita, Sandra se reencuentra con Clément, un amigo al que llevaba tiempo sin ver. A pesar de que él está comprometido en otra relación, inician una apasionada historia. (Elástica Films)
Dónde se puede ver la película en streaming
Amor y vejez
Una bonita mañana recoge, en sus menos de dos horas de duración, retazos de una vida perfectamente posible fuera de la ficción de la pantalla. Se divide principalmente en dos temas, el amor, y la vejez. Por un lado, tenemos a una Léa Seydoux que comienza una nueva relación, con el vaivén emocional que esto supone. Aquí cabe destacar una excelente interpretación, que consigue reflejar a una mujer que descubre una nueva forma de vivir tras años de apagón emocional. El otro tema va de la mano del personaje del padre, de su enfermedad y su dependencia. Esta parte supone el contrapunto más dramático de la película y el que deja mayor poso para la reflexión tras el visionado.
Retrato costumbrista
La directora, como en trabajos anteriores, muestra toda una vida de manera cotidiana, sin efectismos ni estridencias. Esto, que es un arma de doble filo, al dar la impresión de ser una película más sencilla de lo que es, no acaba por dañar el film. Y es que en ningún momento se imposta una emoción en el espectador, llegando en algunos casos, a cortar el plano justo en el clímax dramático. Por tanto, esta visión de apariencia liviana sobre el complejo retrato de la vida, que en un principio puede desesperar al espectador más impaciente debe verse con más perspectiva. Al final, Una bonita mañana esconde el reflejo de actitudes propias del ser humano, tanto positivas como auténticos ataques hacia nuestro comportamiento.
No hay nada más que ver como Léa Seydoux es incapaz de seguir con su trabajo tras mirar un simple mensaje, como todo parece arder cuando desaparece lo que impulsaba su movimiento. ¿Por qué, quién no ha dejado su mente atascada en un mensaje tras minutos de leerlo? ¿Quién no ha sonreído leyendo una conversación de la persona que ama?
El camino de la dependencia
Uno de los aciertos de Una bonita mañana es mostrar un tema no tan propio del mundo del séptimo arte. A raíz de la enfermedad degenerativa y dependencia del padre de la protagonista, asistimos al camino que recorren tanto el afectado como sus familiares. De esta manera nos vemos imbuidos en un periplo de mudanzas que reflejan la poca empatía y distanciamiento de una sociedad que deja de lado al paciente dependiente.
Notamos como el protagonista supone una carga para un sistema que no tiene en el foco de mira al paciente. Es triste pensar que en un momento infinitamente delicado, donde se modifica tanto la situación basal de una persona, pasando a depender absolutamente para cualquier actividad básica, al espectador solo le llegue un sentimiento de frialdad y distanciamiento.
El agotamiento del cuidador
Un punto interesante, algo malinterpretable y totalmente necesario, es el retrato el cuidador. En Una bonita mañana asistimos a numerosas visitas por parte del personaje de Léa Seydoux a su padre. Vemos como la enfermedad va desgastando tanto al padre como a su hija, que ve su vida marcada por este acontecimiento. En numerosas ocasiones el film refleja la expectativa que pesa sobre el cuidador. Parece que los ojos de Léa Seydoux transmiten la incapacidad de estar a la altura de un acontecimiento que la lleva al límite. Los comentarios y opiniones externas, como esa enfermera que le espeta que debería aprovechar cada momento con su padre, incluso si ese momento supone ayudarle a ir al baño, suponen un auténtico golpe contra la protagonista, que se replantea en todo momento si hace lo correcto.
¿Y es qué, quién sabe cómo actuar cuando sientes que todo te sobrepasa?
En ese sentido Una bonita mañana parece dejar un retazo para reflexión posterior, esta idea de cuidar al cuidador. El agotamiento del cuidador de un familiar crónico es algo claramente descrito y que a veces queda en el olvido, opacada por la enfermedad que se cierne sobre el núcleo familiar. Esta no deja ver el continuo desgaste al que se somete a la persona que cuida. Manifestándose esta muchas veces tras el cese de la enfermedad crónica y cuando ya ha afectado al cuidador de manera importante, a veces incluso irreversible.
Es muy notable, por la valentía al mostrar un comportamiento tan duro y humano, la escena donde se observa como la protagonista escucha a su padre desorientado por la residencia y no hace nada por puro agotamiento.
Es también destacable la escena de canto de los monitores que emociona a la hija. Esto provoca que se parta la monotonía que estaba establecida y afloren todas las emociones reprimidas.
Conclusión de 'Una bonita mañana'
Una bonita mañana supone una de las mejores películas de una directora enfocada a retratar el comportamiento humano de una forma sencilla. Esta apariencia de liviandad puede distraer al que busque una trama fuera de la común. Sin embargo, si se observa con atención, la película otorga escenas que atraviesan ese costumbrismo y hace patente al espectador la forma en que se organizan nuestras relaciones sociales. Es, por tanto, una película sobre sentimientos y emociones, que no fuerza ninguna y que permite que sea el espectador quién las capte a su manera.
Reportaje de Una bonita mañana en Días de Cine TVE
Únete a nuestro CANAL DE TELEGRAM