"Una noche con los clásicos": Los versos del recuerdo

Una noche con los clásicos, obra de Adolfo Marsillach que, con motivo de su 20 aniversario en 2022 llevarán a escena Miguel Rellán y Blanca Marsillach, bajo coordinación escénica de Mario Gas.

Versos divertidos, irónicos y hasta modernos, que convirtieron a “Una Noche con Los Clásicos” en una función elegante, pero con la picardía y la emoción que marco Adolfo Marsillach.

Una noche con los clásicos, es una obra que transita por los mejores textos de nuestra lírica de los siglos XVI y XVII con un hilo argumental que viene dado por un lado por la selección de poemas y por otro, la no ocultación de ese juego de complicidades y guiños que los actores se traen entre manos.

Un sugestivo viaje a través de los versos de nuestros mejores poetas, Góngora, Lope, Gil Vicente, San Juan de la Cruz, Sor Juana Inés de la Cruz, Calderón, Garcilaso de la Vegao Gil Vicente entre otros​. (TEATRO INFANTA ISABEL). 

Homenaje a Adolfo Marsillach

Se cumplen 25 años del debut de Una noche con los clásicos, de Adolfo Marsillach, que vuelve a la vida en las voces de Blanca Marsillach y Miguel Rellán. Manteniéndose la versión original, la pieza teatral deambula por varios de los versos más conocidos de la poesía española del siglo XVI y XVII. Por tanto, muchos de ellos serán fácilmente reconocidos por los espectadores, quiénes disfrutarán con ese viaje lírico-histórico. Además, cuenta con ese efecto nostálgico que se expande al patio de butacas, al respetarse el montaje original, por lo que es toda una carta de amor para Adolfo Marsillach. También sería importante destacar que este espectáculo se celebra, asimismo, por el 20 de aniversario de la muerte de su célebre figura. Por lo que, se convierte en un espectáculo que se invade de sobriedad, elegancia y familiaridad.

Blanca Marsillach y Miguel Rellán han sido los encargados de poner alma, en esta ocasión, a los distintos autores que van apareciendo por el escenario. Para comenzar, Blanca Marsillach realiza un trabajo más que notable, donde se ve la concentración y el cariño que manifiesta hacia este montaje. Con lo cual, su gestualidad y su entonación ofrecen una labor estupenda. No obstante, a nivel facial, se encuentra más estática en su ejecución, compensándolo con la expresividad de sus manos y su movimiento corporal. Después, Miguel Rellán está excelente, con una capacidad dramática exquisita e impoluta. Así logra darle personalidad a cada uno de los poemas, lo que permite que se disfrute de la transformación de cada uno de los tonos elegidos. Desde la comedia, hasta la tragedia, Rellán juega con su voz y su acción dramática para dar un resultado maravilloso.

La sobriedad del recital

La ambientación que se ve desde el primer minuto en Una noche con los clásicos es la sobriedad con la que se desea emplazar el montaje. Por lo cual, se da importancia a la palabra, permitiendo a los espectadores disfrutar de los versos sin ningún tipo de distracción en la puesta en escena. Sin embargo, esta producción no ha apostado por un recital en el que solo voz, palabra e interpretación se sumerjan en una, sino que también utiliza el lenguaje audiovisual. Así, se consolida el homenaje al completo a Adolfo Marsillach, lo que es un acierto en cuanto a idea. No obstante, la ejecución sufre algunos inconvenientes, al haber vídeos que se cortan entre sí, mientras el audio sigue su curso. Aun así, en su conjunto, hay que aplaudir la elección, que lleva a esa combinación entre el pasado y el presente de una manera simbólica.

La dirección de Mario Gas destaca en los pequeños detalles que hay, viéndose un ritmo suave y contemplativo, que permite dar importancia a las palabras que se están narrando. Por otra parte, la composición de la iluminación lleva a ese universo más distinguido, enraizado en una elegancia bien construida. Además, utiliza transiciones tenues, que mantienen la delicadeza en su estructura artística. También hay que destacar el espacio sonoro, el cual adquiere una notable presencia sobre la puesta en escena. Gracias a ello, se consolidan los distintos elementos artísticos para ofrecer un resultado atractivo y sin demasiados aditivos. Únicamente, se puede mencionar que puede ser un espectáculo no accesible para todos los públicos, ya que se debe comprender la templanza que emerge del disfrute de la poesía. Con lo cual, no habrá ni grandes sobresaltos ni golpes de acción.

Conclusión

Una noche con los clásicos es un homenaje a Adolfo Marsillach, con un espectáculo poético lleno de sobriedad, elegancia y templanza. Además, lleva a la escena varios de los poemas más famosos de la lírica española, junto a unos maravillosos Blanca Marsillach y Miguel Rellán en sus voces. La ejecución de estos intérpretes lleva al recital a un nivel superior, viéndose el compromiso que tienen con la obra. También cabe destacar la puesta en escena, que sigue ese sello de identidad más distinguido, poniendo el foco, sobre todo en las palabras. Solamente, señalar que los audiovisuales podrían mejorarse en su acabado, al deslucir en algunas partes. Una carta de amor a la poesía, al teatro y a Adolfo Marsillach, envuelta en versos llenos de delicadeza y serenidad.

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