El pasado 29 de septiembre se estrenó Una rubia muy legal, el musical en el Teatro La Latina. Protagonizada por Lucía Ambrosini, Ricky Merino e Íñigo Etayo. Este espectáculo adapta el éxito homónimo de Broadway, así como el famoso film de 2001 interpretado por Reese Witherspoon. Es la primera vez que se estrena en Madrid, pudiéndose disfrutar de miércoles a domingos en el Teatro La Latina.
Título: Una rubia muy legal, el musical Título original: Legally Blonde, The Musical
Reparto: Lucía Ambrosini (Elle Woods) Ricky Merino (Warner Huntington III) Iñigo Etayo (Emmett Forrest) Maia Contreras (Paulette Buonofonte) José Navar (Professor Callahan) Flor Lopardo (Vivienne Kensington) Paule Mallagarai (Shandi / Brooke Wyndham) Alba Sáiz (Serena) Paula Díaz (Margot) Stella Kablan (Pilar) Berta Butinyà (Ensamble) Anna Herebia (Ensamble) Pablo Ceresuela (Ensamble) Óscar Domínguez (Ensamble) Marian Casademunt (Ensamble) Marta Bruzzichelli (Ensamble) Davide Dal Seno (Ensamble) Marcos Olano (Ensamble) Carlos Jota (Ensamble) Carles Vallès (Ensamble) Raúl Pardo (Ensamble) Bárbara Días (Ensamble) Agustina Berenguer (Ensamble) David Freigenedo (Ensamble) Andrea Enrich (Swings) Elena Troyale (Swings) Sergio Campoy (Swings) Xabi Nogales (Swings)
Duración: 150 min. apróx. Dirección: Matteo Gastaldo Dirección musical: Fabio Serri Libreto: Heather Hach
Música y letra de: Laurence O'Keefe y Nell Benjamin
Dirección de escenografía: Matteo Piedi
Vestuario: Verónica Iozzi
Diseño de iluminación: Valerio Tiberi y Emanuele Agliati
Diseño de sonido: Simone Della Scala
Sonido: Marcello Mannini
Co-coreógrafa: Ilaria Suss Producción: Music Theatre International (Mti) Europe y Teatro La Latina
Tráiler de 'Una rubia muy legal, el musical'
Sinopsis de 'Una rubia muy legal, el musical'
Las criadas nos presenta a La protagonista, Elle Woods, es la presidenta de la asociación de estudiantes femeninas de Delta Nu, asidua seguidora de los dictados de las revistas de moda: glamour, manicura, shopping y complementos total pink. Es impecable y siempre está de buen humor, pero aparentemente parece frívola y poco inteligente. Su novio, Warner, descendiente de una dinastía de senadores, la abandona repentinamente porque la considera demasiado rubia y demasiado superficial.
Decidida a recuperarlo, Elle usa su encanto, ingenio e inteligencia para conseguir la admisión en Harvard, misma facultad a la que va a asistir su ex. Pero la vida universitaria está llena de trampas y dificultades, Warner ha encontrado otra novia, una morena "chica buena", y sus compañeros y profesores no la aceptan tal y como es, no la respetan y no valoran sus capacidades. La frustración y algunas nuevas amistades la empujan a empezar a creer en sí misma, a reconocer sus habilidades y a dedicarse al estudio del derecho. Así conseguirá defender con éxito a una persona falsamente acusada de asesinato gracias a su preparación y a sus brillantes intuiciones femeninas. (TEATRO LA LATINA).
Romper el cliché
La temporada de musicales en Madrid ha dado ya el pistoletazo de salida y no son pocos los títulos que inundan el panorama teatral de 2023-2024. Uno de los títulos más esperados no podía ser otro que Una rubia muy legal, el musical, principal producción para este temporada para el Teatro La Latina. Basada en el éxito de Broadway, esta producción logra captar la esencia principal tanto del film original como del espectáculo en el que se basa. Por tanto, su principal función es hacer reír y entretener a los espectadores. Tiene momentos realmente hilarantes, donde hace disfrutar a los asistentes, también han sabido mantener la necesidad de reivindicarse a uno mismo y, como dice el subtítulo de la pieza, romper el cliché.
Lógicamente, no busca una reflexión de gran complejidad en torno a las problemáticas que presenta sobre el escenario. Por ello, las relaciones que se exponen se quedan en un entorno más superficial. Aun así, sabe equilibrarlo con las dosis de humor en varias partes, pero para aquellos que puedan buscar la frescura del film original podrían verse algo frustrados. No obstante, el resultado final deja un buen sabor de boca, no va con la intención de intentar parecer algo que no es, por lo que, se podría decir que su misión la cumple totalmente. La reivindicación de ser uno mismo se envuelve en una estrategia desenfadada, que aderezada con un nivel de petardeo en su justo nivel, hace que sea una propuesta agradable.
Liderando en rosa
Un gran descubrimiento, liderando en Una rubia muy legal, el musical, es Lucía Ambrosini en el papel de Elle Woods. La actriz brilla absolutamente, ofreciendo una interpretación impoluta y convirtiendo su trabajo en uno de los elementos mejor valorados del montaje. Además, no solo se une la naturalidad y el desparpajo sobre la escena, sino que se aplaude que haya una vocalización perfecta y una potencia vocal de gran calidad. Con lo cual, su elección como principal protagonista es todo un acierto, sostiene el peso del montaje sin ningún problema, haciendo que, incluso, algunas posibles mejoras técnicas no le pasen factura. Se puede decir, sin ningún tipo de problema, que mejora el resultado global de la propuesta, dado que salva algunos momentos con su excelente actitud.
Iñigo Etayo es el otro gran agraciado de este musical, con una labor bien ejecutada, consigue fabricar una química muy orgánica con su compañera. Además, se une un carisma especial, que hace que su personalidad se mimetice sin problema con su Emmett Richmond. Está estupendo. Después, Maia Contreras ofrece una actuación notable, se la ve cómoda y eso permite que pueda fluir sin ningún tipo de interrupción. También hay que aplaudir a José Navar, con un Profesor Callahan lleno de matices, incluyendo es parte oscura que desempeña de una manera muy efectiva. Por otro lado, Paule Mallagaray cumple, no hay un gran despliegue, pero sabe mantenerse de forma que llame la atención del espectador. En el caso de Flor Lopardo y Ricky Merino, todavía deben dejarse llevar, encontrándose algo encorsetados en estas primeras funciones. Sobre el coro “griego”, deben cuidar la dicción para evitar que no se les entienda mayormente.
Arrancando temporada
Las primeras funciones de una obra de teatro pueden ser brillantes o algo catastróficas, dado que es el inicio de algo que irá asentándose con el tiempo. En el caso de la función del 30 de septiembre de Una rubia muy legal, el musical, tuvo la mala suerte de tener que afrontar graves problemas técnicos durante un tiempo prolongado. Desde el movimiento de subir y bajar reiteradamente del telón hasta desplegar parte de la sorpresa del número final y dejarlo por suelo. Por tanto, desgraciadamente, no se pudieron lucir todo lo hubieran querido. Siguiendo sin este traspiés, la escenografía toma la tecnología LED para evitar construcciones grandilocuentes físicamente. El problema es que cumple, sí, pero no tiene ese efecto espectacular y se hace algo monótona. No obstante, el diseño de audiovisuales es de sobresaliente.
El diseño de vestuario es una proeza, han sabido utilizar unos diseños atractivos y que mantengan la esencia de los montajes previos. Asimismo, se aplaude el dinamismo, así como las coreografía, dejando varias escenas con una vitalidad que contagia a los espectadores. A nivel musical, en gran parte por los fallos técnicos que pudieran tener, presentaban un desnivel con respecto a las voces, siendo excesivamente alto lo instrumental, comiéndose en alguna ocasión a los propios actores. También la microfonía falló en varios momentos, haciendo difícil la escucha. En consecuencia, hay que revisar cómo explotar una obra de este calado de una forma más ambiciosa, dado que actualmente tiene una presencia de formato de gran escala que todavía está a medio gas. Como apunte distendido, el uso de animales en la ficción genera algo de personalidad.
Conclusión
Una rubia muy legal, el musical es entretenida, su función es hacer pasar un buen rato y así lo cumple. El libreto no busca ir más allá de ofrecer mensajes sencillos mediante un despliegue que no busca complejidad. Por tanto, se debe valorar de esta forma para disfrutarla más. Con respecto al elenco actoral, Lucía Ambrosini está magnífica, sostiene todo el peso de la pieza y sale airosa. Junto a ella, un reparto que cumple y en varios casos, como el de Iñigo Etayo, se queda en la retina. El despliegue artístico y técnico no pudo lucirse, por los problemas técnicos, valorándose muy positivamente los diseños de los audiovisuales, aunque todavía se podría evolucionar más artísticamente. Se rompe el cliché con una experiencia fresca, sin complicaciones.