Raúl Cerezo y Fernando González Gómez se juntan de nuevo tras su debut con La Pasajera (2021). En esta ocasión se adentran en el "terror geriátrico" con Viejos, una película que nos obliga a reconsiderar la manera en que nos relacionamos con nuestros mayores. Una de las cuestiones que toda persona tiene predicha en la vida es la muerte, y aunque no tiene por qué llegar como una consecuencia de la vejez, son multitud de ocasiones en la que esta se sucede precisamente por eso. Murió de viejo, dicen.
La manera en que se concibe esta última etapa vital es, generalmente, un tanto degradante. Viejos se encarga de recordárnoslo desde el primer momento, con su título. No es baladí que esta palabra de tono despectivo sea la protagonista de la cinta, puesto que la película hace reflexionar sobre el trato para con las personas de la tercera edad.
El saberse a las puertas de la muerte hace a los ancianos indestructibles en este filme donde hay algo malo, muy malo, con los abuelos. Y la condescendencia con la que se les trata no hace más que acercar a los personajes a su inevitable destino. El castigo divino al que algunos consideran la vejez —puesto que esta implica el fin de la vida— puede orquestarse de maneras distintas. Y eso los ancianos de Viejos lo conocen perfectamente, ya se ha ocupado alguien (o algo) de susurrárselo para que lo entiendan. Estreno el 17 de marzo de 2023 en salas de cine españolas.
Crítica de 'Viejos'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Viejos
Título original: Viejos
Reparto:
Zorion Eguileor (Manuel)
Gustavo Salmerón (Mario)
Paula Gallego (Naia)
Irene Anula (Lena)
Josele Román (Vecina Anciana)
Carmen Ibeas (Presentadora del Tiempo)
Juan Acedo (J)
Año: 2022
Duración: 95 min.
País: España
Director: Raúl Cerezo, Fernando González Gómez
Guion: Raúl Cerezo, Rubén Sánchez Trigos, Javier Trigales
Fotografía: Ignacio Aguilar
Música: Eneko Vadillo
Género: Terror
Distribuidor: Filmax
Tráiler de 'Viejos'
Sinopsis
Manuel tiene que mudarse a la casa de su hijo Mario y la familia de éste después de que un terrible suceso acabe con la vida de su anciana mujer. Poco a poco, la realidad se impone: algo incomprensible ocurre con Manuel. Las voces que dice escuchar, las presencias con las que dice hablar. Lena, la mujer de Mario, quiere echarle de la casa: está segura de que algo espantoso puede ocurrir. Solo Naia, la hija adolescente, está de su parte, pero incluso ella empieza a dudar a medida que los fenómenos extraños se suceden en torno a su abuelo, cada vez más perturbado. Es el verano más caluroso de la historia, ha empezado una cuenta atrás y ya es demasiado tarde para pararla. (Filmax)
Dónde se puede ver la película en streaming
El miedo a envejecer
¿El miedo a hacerse mayor o el miedo que dan las personas mayores? Personalmente, concibo una diferencia entre ambas cuestiones aunque puedan resultar esencialmente similares.
Mientras que la primera consiste en un terror hacia la visión del fin de la vida, la segunda se constituye en base a una mitología social en la que influyen nuestros referentes culturales. Del mismo modo que se nos ha enseñado que, por ejemplo, hablar con extraños puede ser peligroso, la vejez en la tradición popular ha estado compuesta por un elemento misterioso y maligno. Desde Blancanieves y los siete enanitos donde la malvada reina quiere seguir siendo la más bella, pasando por Hansel y Gretel donde la antagonista es una vieja bruja come niños e incluso llegando a la tradición oral a través de menciones a rituales sectarios con reminiscencias vampíricas donde la ingesta de sangre consigue rejuvenecer a aquellos quienes la toman.
De este modo, es sencillo relacionar la vejez con un componente siniestro. Y no hacen falta grandes artificios para que los mayores en la película se presuman tétricos y misteriosos. De hecho, parece que Cerezo y González conocen a la perfección el imaginario que viene de la mano de la vejez. Hacen hincapié en la cotidianidad, en la normalidad y en el realismo para crear atmósferas inquietantes. El hecho de que un hogar que podría ser perfectamente normal se sienta pesado, con una fuerte carga negativa, es un increíble acierto. Y que estas sensaciones traspasen la pantalla denotan un muy buen trabajo tras las cámaras.
Viejos empieza con la muerte de una anciana y termina con los ancianos matando a los más jóvenes. Los viejos acaban sobreviviendo a sus descendientes en un apocalipsis que trastoca el orden lógico de la vida. La tercera edad pasa a ser la primera y única edad, y si se les hubiera tenido más en cuenta, quizá todo habría podido frenarse.
Cuando el terror se eleva solo
Viejos es terror puro y duro. Sin revestimientos ni disfraces, la película ofrece lo que promete.
La reflexión sobre el papel que se le otorga a los ancianos a nivel social, relegándoles prácticamente al olvido, es una de las cuestiones que se plantean en el filme. Asimismo, también es posible vislumbrar una preocupación, intencionada o no, por el tan presente cambio climático.
Estos elementos, que bien podrían conformar una película dramática, son integrados a la perfección dentro de una cinta donde la tensión es palpable y los sustos son bien recibidos. Viejos no deja nada en el tintero y va a por todas, y aunque algunos de estos sustos son más efectivos que otros, siempre es coherente con la intensidad y la turbación que se presenta en el ambiente.
Desde los murmullos, las miradas y los silencios hasta los comportamientos más erráticos. Y, sobre todo, la constante mención a "ellos", a esas cosas que susurran y parecen estar envenenando a los mayores. Viejos se encarga de hacer uso de todos los elementos que tiene a su disposición para crear una consistente película de terror.
La técnica y el detalle
Con la premisa tan cañera con la que parte la película, no se podía esperar menos que un trabajo técnico tan cuidado como el que se ha conseguido.
El uso del color en tonos anaranjados, rojizos y marrones que va predominando la escena conforme los ancianos van tomando fuerza. La excelente realización y dominio de la cámara. Y, sobre todo, la exquisita labor en cuanto a la escenografía. Ya se ha mencionado anteriormente los conceptos de cotidianidad y realismo, a los que añado un componente costumbrista de lo más español que prevalece en cada escena.
La casa de Manuel es suya, porque lo sabemos y nos lo han dicho, pero perfectamente podría ser la de cualquier anciano medio de este país. Los mismos pasillos largos y estrechos, los muebles de madera maciza, la iconografía religiosa, la radio... incluso la tendencia a acumular, en el caso de la película, pilas. Porque sí, porque sabe que en algún momento las va a necesitar. La atmósfera está tan cargada que acaba convirtiendo la ambientación en otro personaje más, y también tiene mucho que decir.
Las actuaciones en 'Viejos'
Teniendo en cuenta lo complicado que puede llegar a ser encontrar un actor español, anciano, que pueda enfrentarse tanto mental como físicamente a todo aquello que una película de terror requiere; haber podido contar con Zorion Eguileor ha sido todo un acierto.
Como Manuel, Eguileor está estupendo. Tan taciturno como misterioso, se desnuda —literalmente— ante la cámara para dejarnos ver a un yayo lúgubre, solitario y tenebroso. Es cierto que quizá hubiese estado bien ver desde antes un carácter más agresivo. Mas no es necesario tirar de la provocación y la fiereza para conseguir transmitir lo que se pretende.
Por otra parte, Mario (Gustavo Salmerón) es el eterno hijo ausente. En su papel de hombre de mediana edad es creíble. También Lena (Irene Anula), su mujer, presenta una madrastra que rehúye de la vejez mientras carga en su vientre la más joven de las vidas. Aunque en un inicio sus quejas puedan parecer un tanto artificiales, infundadas, conforme avanza la trama se acaba convirtiendo en el personaje que parece más sensato teniendo en cuenta el clima de terror en el que viven.
Asimismo, cambiando de generación, Paula Gallego hace de Naia una adolescente bastante atemporal. Pese a su dura coraza, guarda hueco para un incondicional amor hacia sus abuelos. Puede que el hecho de sentirse una adolescente incomprendida la haga mucho más afín a Manuel que su padre, quien tiene demasiados frentes abiertos de los que ocuparse.
Conclusión de 'Viejos'
Raúl Cerezo y Fernando González Gómez nos sirven una ración de terror cocinado a fuego lento que culmina con una explosión de sabores. Con un Zorion Eguileor que sin duda ha sido creado para el terror, Viejos pone un especial énfasis en la ambientación y la técnica para obligarnos a reflexionar sobre el trato que le damos a los ancianos.
Algunos de los sustos son más efectivos que otros y se hubiese agradecido un poco más de exaltación desde el principio en el personaje de Manuel. Aún así, esta intensa y caliente visión de futuro que nos ruega que cambiemos las cosas antes de que sea demasiado tarde es disfrutable y entretenida, y tiene un final que es una locura. Sin duda, ofrece lo que promete.
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