Weekend (2011) fue el debut en el largometraje del reconocido director británico Andrew Haigh, que el próximo 23 de febrero estrena en España Desconocidos. Un drama romántico sobre dos hombres que se conocen una noche en una discoteca y desarrollan una conexión muy especial durante solamente dos días. Un fin de semana durante el que hablan mucho, hacen el amor y empiezan a conocerse más de lo que habían imaginado.
La película está protagonizada por Tom Cullen (Black Mirror) y Chris New (Chicken). Weekend, que tuvo su premier en el Festival South by Southwest, se alzó con el galardón a mejor actor revelación, para Tom Cullen, en los British Independent Film Awards.
Crítica de 'Weekend'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Weekend
Título original: Weekend
Reparto:
Tom Cullen (Russell)
Chris New (Glen)
Jonathan Race (Jamie)
Laura Freeman (Jill)
Año: 2011
Duración: 96 min.
País: Reino Unido
Director: Andrew Haigh
Guion: Andrew Haigh
Fotografía: Urszula Pontikos
Música: James Edward Barker
Género: Romance. Drama
Distribuidor: Surtsey Films
Tráiler de 'Weekend'
Sinopsis
Una obra sobre lo imprevisto del amor. Y sobre su corta duración. Un film que hace virtud de su escasez de medios y que nos regala una emotiva y poética historia sobre el impacto que puede tener un fin de semana en nuestras vidas.
Un viernes por la noche, tras pasar un rato con sus amigos heterosexuales, Russel se dirige a una discoteca, solo y con ganas de ligar. Justo antes del cierre se liga a Glen. Y así empieza un fin de semana –en bares y habitaciones, emborrachándose y drogándose, contándose anécdotas y practicando sexo– que resonará durante el resto de sus vidas. (Filmin)
Dónde se puede ver la película en streaming
Andrew Haigh demostró tener algo especial
Con Weekend Andrew Haigh evidenció su sensibilidad para contar historias desprovistas de todo tipo de artificio. Con el amor, la palabra, el cuerpo, las dudas y todo lo que cualquier ser humano posee y puede experimentar durante su vida, como único protagonista. Concretamente, en su primer largometraje, el amor inesperado que surge entre dos hombres que se conocen una noche en un club gay de Nottigham. Russell (Tom Cullen) ha decidido bajarse del bus para ver si liga, tras una tarde con sus amigos y su ahijada. Glen (Chris New) está allí y no parece hacerle mucho caso. Pero, sin embargo, los dos acaban pasando la noche juntos en el piso de Russell.
Los dos son muy distintos. Glen es un artista que nada más despertar, aún enredados entre las sábanas y el desconocimiento inevitable entre ellos, le propone grabar en una cinta los testimonios de su encuentro. Russell, que es un tímido empedernido y trabaja como socorrista en una piscina de su barrio, duda y acaba atorado y sin saber muy bien lo que decir. ¿Qué pensó al verle? ¿Iba con intención de ligar? ¿Le siguió al baño de verdad? Demasiadas preguntas para Russell, así que los dos acaban despidiéndose sin saber si se volverán a ver. Aunque se dan los teléfonos.
Y, por supuesto, vuelven a verse. Eso sí, ahora con la urgencia no verbalizada, del que se sabe sin tiempo. Ya que Glen se marcha en un puñado de horas a Estados Unidos para hacer un curso precisa de regreso. Una fatalidad. A pesar de que ninguno está dispuesto a reconocerlo. Porque los dos parecen sentirse demasiado bien juntos.
Dos días pueden ser un mundo
Sin embargo, aunque pronto los dos parecen estar condenados en Weekend, el amor es demasiado poderoso. La emoción de estar ante alguien, seguramente aún muy desconocido para ti, pero asombrosamente afín es demasiado como para estar pensado en el tiempo. Así que tanto Russell como Glen se dejarán llevar por esa sacudida que les tiene tiritando. Porque ninguno de los dos podía ni tan siquiera soñarlo. Porque simplemente estaban en un club, como cualquier otro día, y esa noche en vez de irse con alguien al que olvidar demasiado pronto, se fueron con alguien especial.
Por ello el tiempo en Weekend pasa rápido y lento. Ya que los dos hablan mucho. De sus respectivas salidas del armario. De relaciones más o menos dolorosas. Además, de sus padres o de los padres que nunca llegaron a conocer. De la felicidad. Que quizás no han vivido como desearían. Hablan de casi todo. Casi siempre tumbados sobre el sofá o sobre la cama. Desayunando o tomando un sencillo pan de pita. Da igual la situación porque lo importante es el peso de sus palabras. Lo que son capaces de compartir con ese hombre que casi no conocen. Tejiendo poco a poco una intimidad impagable que solamente unos pocos son capaces de sentir.
La preciada intimidad
Una confianza para ser ellos que Weekend contrapone al mundo exterior. Siendo ese pequeño piso en la planta catorce de Russell una especie de refugio. Un lugar privado donde poder besarse, cogerse de la mano con fuerza y no reprimir ningún impulso. Frente al espacio público, en el que aún deben frenar parte de su identidad. Algo que se muestra a la perfección en una conversación más de los compañeros de trabajo de Russell. Que hablan y hablan de chicas y otros temas comunes, mientras él apura un yogurt sin poder participar. Sabedor de que no le van a comprender. De que es mejor que se mantenga a un lado. A un cauteloso lado.
Pero a pesar de la discriminación palpable, que Weekend sabe mostrar de forma conmovedora en ese final tan precioso y verdadero. Además de todo ello o a pesar de todo ello, la cinta tiene luz. Puesto que Russell es un hombre esperanzado. Un tipo sin ese descreimiento de Glen, que tiene más de coraza que de falta de fe. Un ser independiente, muy romántico y que cree con fuerza. Un hombre interpretado de forma tierna y bonita por el actor Tom Cullen. Siempre con una pincelada de timidez en todo lo que hace. Pero con una valentía a la hora de dar nombre a sus sentimientos innegable.
En un ejemplo de interpretación total que aquí se sirve de la capacidad de Andrew Haigh para poner la cámara en los lugares precisos. Siempre colándose de forma sigilosa y natural entre estos dos hombres. Entre esta intimidad que van trenzando. Mostrando, como consecuencia, un realismo total que puede parecer que bordea el documental. Directo. Sin distracciones. Solamente pensado para alcanzar la emoción más pura.
Conclusión de 'Weekend'
En resumen, Weekend es una hermosa historia de amor entre dos hombre que se conocen sin buscarlo en un club. Una noche de muchas que les unirá durante un fin de semana único. Durante el que compartirán lo inimaginable. Llegando a alcanzar esa intimidad que muy pocas veces se logra. En un ejemplo de historia totalmente verosímil. Directa al corazón. Gracias a la maestría de Andrew Haigh que coloca la cámara en los lugares precisos, para mostrar de forma pura y casi documental el bandazo que sufren los dos protagonistas. Ante la conciencia de estar ante un amor inolvidable.
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