El 14 de febrero, Día de los Enamorados, desembarcó en el Teatro La Latina 50 sombras, el musical. Esta producción es una parodia musical del fenómeno de "50 sombras de Grey", uno de los éxitos literarios más destacados de los últimos años. Dirigido por Matteo Gastaldo, este musical está protagonizado por Leo Rivera, quién se transforma en nuestro particular Christian Grey patrio. Estará en cartel hasta este 31 de marzo.



Estreno de 50 sombras el musical

Crítica de '50 sombras, el musical'

Ficha Técnica

Título: 50 sombras, el musical
Título original: 50 Shades! The Musical Parody

Reparto:
Leo Rivera (Christian Grey)
Ana Herebia (Ana)
Flor Lopardo (Pam)
Paule Mallagarai (Bev)
Elena Troyale (Carol)
Paula Diaz (Dea/Pole Dancer)
Tatán Sellés (José)
Carles Vallés (Elliot)
Xabi Nogales (Ensemble)
Sergio Campoy (Cover Cristian Gray)

Duración: 90 min. apróx.
Dirección: Matteo Gastaldo
Versión: Daniel Anglés
Libreto: Albert Samuels, Amanda B. Davis, Emily Dorezas, Joseph Shelton, Ashley Ward y Dan Wessels
Música y letra:
Albert Samuels, Amanda B. Davis, Joseph Shelton, Ashley Ward, Dan Wessels
Dirección musical:
Fabio Serri
Diseño de escenografía:
Matteo Piedi
Producción: Pentación Espectáculos

Tráiler de '50 sombras, el musical' 

Sinopsis de '50 sombras, el musical'

Tres amas de casa desesperadas de las afueras, Bev, Carol y Pam, participan en un club de lectura intermitente hasta que un día se interesan en un libro que estimula sus fantasías más profundas. A través de la lectura de la novela, se ven envueltas en las atrevidas pasiones de las dos protagonistas de "50 sombras de Grey": Anastasia Steele, una joven e ingenua estudiante universitaria de literatura que cae bajo la influencia del magnate sensual, excéntrico y vicioso Christian Grey, amante de la experimentación sexual poco convencional.

La implicación y la identificación de las tres lectoras con los protagonistas del libro estimula transformaciones y cambios en su vida privada pero también en su forma de pensar y en el deseo de escapar de la rutina de pareja, dar espacio a nuevas experiencias apasionadas, además de provocar un nuevo diálogo con su lado sexual más profundo.

La esencia cómica del espectáculo descansa en la interpretación de los personajes, disparadatamente alejadas del imaginario colectivo del libro, con referencias irónicas y un lenguaje a menudo apartado de la realidad, propio de la comedia musical.

50 sombras, el musical es capaz de mostrarse transgresor y tratar temas excitantes sin perder nunca su inocencia. En esta parodia, la trama erótica de la novela, da paso a un espectáculo hilarante, entretenido pero nunca excesivo. (TEATRO LA LATINA). 



50 sombras el musical
Foto de Cristian Castelnuovo

La diosa que llevas dentro

El fenómeno de “50 sombras de Grey” causó un furor entre el público, sobre todo femenino, logrando no solo triunfar en las librerías, sino también en el cine e, incluso, en el teatro. De la traducción de Daniel Anglés, llega a España la parodia musical de este título erótico, en clave de comedia, sacando partido a los momentos hilarantes y surrealistas que se podían extraer de la obra. Por tanto, no es una adaptación en sí del libro, sino que lo lleva a un terreno en el que se utilizan aquellos pasajes más caricaturescos para causar las risas en el espectador. De esta forma, 50 sombras, el musical funciona como un entretenimiento divertido, donde se debe focalizar en el pasar un rato agradable y ligero.

Es innegable que al pensar en una parodia musical del fenómeno de “50 sombras” se podría esperar algo todavía más cómico, en especial, por todo lo que le rodeó durante sus picos más álgidos de fama. Sin embargo, esto no depende solo de la propia adaptación, quién sigue la estela del libreto original. No obstante, aunque las risas se suceden en varias partes del montaje, se echa en falta que haya más locura, más histrionismo, más picante... A pesar de ello, hay partes realmente potentes, como en la que Christian Grey rompe la cuarta pared. La traducción de las canciones son solventes, cumplen con su cometido, aunque no gozan de la fluidez necesaria para destacar.

Teatro La Latina
Foto de Pentación Espectáculos

Leo Rivera, consolidación en el teatro musical

Si Leo Rivera logró demostrar que era pura energía en “School of Rock, el musical”, en 50 sombras, el musical se consolida como una figura a tener en cuenta en el panorama del teatro musical español. El actor no solo derrocha carisma, sino que tiene una conexión muy especial con el público, utilizándolo a su favor. Gracias a ello, su interpretación no se limita a ser hilarante y de los mejores aspectos de la obra, sino que levanta varios pasajes que desde el guion no gozan de esa consistencia. Con lo cual, se aplaude su gran labor en este musical, terminando por asentarse como protagonista y dejando al público con su trabajo actoral en la retina. Su lenguaje expresivo está muy bien medido, se lanza de lleno a ese humor físico. Brillante.

Ana Herebia se convierte en una buena partenaire, siendo la contraparte de la famosa Anastasia Steele. Se valora que haya toma la simbología de este personaje y lo potencie al máximo, como el morderse el labio. De esta manera, tiene puntos de humor satisfactorios. Por su lado, Flor Lopardo, Paule Mallagarai y Elena Troyale forman un coro divertido, a veces demasiado exagerado, lo que podría controlarse si fluyera de una manera más natural y no tan encorsetadas. Tatán Sellés entiende y aprovecha la naturaleza del musical y regala un trabajo exquisito. No solo rema a favor de la comedia, sino que corporalmente atina en todo momento. Carles Vallès consigue un buen resultado en su lenguaje corporal, no tanto en su interpretación dramática, se echa en falta algo más de naturalidad. Por último, Xabi Nogales sorprende y triunfa en su sensualidad jocosa, un conjunto bien elaborado y ejecutado.

Teatro La Latina
Foto de Cristian Castelnuovo

Déjà vu

Cada vez la escena del teatro musical en Madrid pone las cosas más difíciles a las producciones que van saliendo. Al haber habido un avance muy notorio, las expectativas que se generan son más altas, lo que es algo positivo para la industria de los musicales. En el caso de 50 sombras, el musical, lógicamente, recuerda en exceso a su predecesora, “Una rubia muy legal, el musical”, a lo que técnica y artísticamente se refiere. Por tanto, la producción ha apostado por una exposición de LEDs que van cambiando según las necesidades de las escenas, pero que se ve algo endeble en la construcción del atrezzo. Además, a diferencia de su antecesora, no hay un dinamismo que salve los muebles, al otorgar más vida, sino que después de varias escenas, se vuelve algo repetitiva.

Se echa en falta más personalidad en la puesta en escena, algo que realmente certifique que se está ante un musical, ya sea parodia o no, de la trilogía sexual de “50 sombras”. En consecuencia, se hace complicado poder levantar la perspectiva artística de la propia producción. No obstante, si no se ha visto “Una rubia muy legal, el musical”, por lo menos, no habrá una sensación de déjà vu, aunque la propuesta se sienta igualmente escasa. A pesar de ellos, el movimiento en escena, así como varios de los números musicales y sus coreografías, consiguen llamar la atención y entretener al público. También se valora un diseño de iluminación sugerente, donde se utilizan colores que se identifican rápidamente con la obra. Hay todo un potencial por explotar, sobre todo, en la idiosincrasia que envuelve a la pieza y a la pieza que hace mención.

50 sombras el musical
Foto de Cristian Castelnuovo

Conclusión

50 sombras, el musical es entretenida y ofrece una comedia que cumple con su intención, aunque no se explota todas las posibilidades que ofrece el universo de “50 sombras”. El libreto hereda de la pieza original un parodia divertida, pero que llegan en su adaptación con cierta ligereza. Por tanto, se puede echar en falta más comedia, más humor, más acidez, en conclusión, elevarla a un nivel más. El elenco está liderado por un magnífico Leo Rivera, que demuestra que es un todoterreno sobre el escenario. Carismático, pura dinamita. A nivel técnico y artístico, no logra una consolidación y se queda a medio gas en varios puntos, se demanda una construcción más sólida. Pese a ello, el movimiento y el diseño de iluminación tienen un resultado notable. Una cita cómica que no llega al orgasmo, pero deja un regustillo simpático.

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