El asesino del nudo (The Clovehitch Killer) es un thriller estadounidense dirigido por Duncan Skiles (The Fuzz) y escrito por Christopher Ford (Un amigo para Frank, Coche policial). Un joven perteneciente a una comunidad religiosa, es marginado cuando su novia encuentra una fotografía de pornografía bondage en su camioneta y difunde el rumor entre sus conocidos de que es un pervertido.
Está protagonizada por Charlie Plummer (Lean on Pete, Todo el dinero del mundo), Dylan McDermott (Hollywood, Josie), Samantha Mathis (Into the Dark, Boarding School), Madisen Beaty, Brenna Sherman y Lance Chantiles-Wertz. La película no se ha estrenado en salas de cine en España y nos llega a través de las plataformas VOD de Movistar+ y Rakuten TV desde el día 17 de julio de 2020.
Crítica de 'El asesino del nudo (The Clovehitch Killer)'
Resumen
Ficha Técnica
Título: El asesino del nudo
Título original: The Clovehitch Killer / El asesino de Clovehitch
Reparto:
Charlie Plummer (Tyler Burnside)
Dylan McDermott (Don Burnside)
Samantha Mathis (Cindy)
Madisen Beaty (Kassi)
Brenna Sherman (Susie Burnside)
Lance Chantiles-Wertz (Billy)
Año: 2018
Duración: 109 min.
País: Estados Unidos
Director: Duncan Skiles
Guion: Christopher Paul Ford
Fotografía: Luke McCoubrey
Música: Matt Veligdan
Género: Thriller
Distribuidor: Movistar
Tráiler de 'El asesino del nudo'
Sinopsis
La reputación de Tyler se viene abajo cuando la chica que le gusta encuentra pornografía bondage en el camión de su padre y cree que es suya. Marginado por su grupo de amigos, se siente atraído por Kassi, una huérfana obsesionada con el asesino de Clovehitch, un asesino en serie aficionado al nudo "clove hitch" que aterrorizó al pueblo antes de desaparecer sin dejar rastro. Tyler descubrirá más fotos en el camión de su padre y temerá lo peor.
Dónde se puede ver la película
El ideal destruido
No estamos ante el típico thriller sobre serial killers, donde lo más importante es la figura del asesino y lo macabro que resultan sus crímenes. El asesino del nudo (The Clovehitch Killer) busca acercarse a su historia desde la mirada inocente de un chico que vive en un entorno donde la religiosidad es una forma de vida. En cierta manera, es una historia sobre la pérdida de la inocencia.
Su familia es el ideal norteamericano. Desayunan panqueques y van a misa. Unos padres siempre dispuestos y comprensivos con sus hijos, que realizan actividades de forma conjunta con sus hijos. El chico forma parte de un grupo de boy scouts, tiene una novia cariñosa y un buen grupo de amigos. Todo parece perfecto, hasta que ese mundo se desmorona inesperadamente. Sucede cuando la novia encuentra una fotografía de pornografía bondage en la camioneta del padre del chico (que en un alarde de inusual rebeldía, había tomado prestada).
Las fotos bondage describen una práctica sadomasoquista en la que se busca la inmovilización del cuerpo de alguien, a través de cuerdas y mordazas, por ejemplo. Es la recreación de una fantasía sexual extrema basada en la dominación del otro. El descubrimiento de esas fotografías convertirá al joven en un paria entre la comunidad religiosa que no le perdonará su depravación, poco importa que las fotos le pertenezcan a él o no. El ideal destruido.
Las fantasías y las perversiones reales
Y ahí está el punto diferenciador de El asesino del nudo (The Clovehitch Killer). El reflejo de la hipocresía existente en la sociedad norteamericana (que igualmente podría extrapolarse al resto de países). Por un lado, la necesidad de sentirse moralmente superior, practicando precipitados juicio de conducta para reafirmar nuestra inocencia. La búsqueda de un chivo expiatorio sin contrastar su culpabilidad, es algo que vemos cada día en las redes sociales con las fake news y su viralidad. Por otro lado, está la represión inherente a cualquier creencia religiosa y que, en muchos casos, lleva a una exploración más concienzuda de las propias debilidades y perversiones. Queda demostrado con la cantidad de abusos sexuales a menores cometidos por sacerdotes católicos.
Ese dibujo del ideal norteamericano que esconde un mundo mucho más perverso y oscuro bajo la superficie, sería algo parecido al que realizó David Lynch en Terciopelo Azul (1986), eso sí, con un estilo muy distinto. Es importante diferenciar las fantasías de la realidad. Las fotos pueden herir la sensibilidad de los más puritanos, pero no tienen porque implicar ninguna desviación si se han hecho con consentimiento. Pero cuando el chico investiga porqué ese padre religioso y modélico tiene en su posesión ese tipo de contenido gráfico, encontrará pruebas que podrían incluso vincularlo con unos asesinatos que atemorizaron al pueblo en el pasado. La fantasía se vuelve real.
La película funciona mientras la verdad es incierta
Los primeros 50 minutos de El asesino del nudo (The Clovehitch Killer) son francamente espléndidos y muy perturbadores. Duncan Skiles muestra mucha pericia en la puesta en escena, basando el suspense en la sutileza de la exposición inicial de los hechos y, poco a poco, construyendo una atmósfera que se vuelve cada vez más malsana.
Por desgracia, la segunda mitad del film baja mucho en intensidad cuando los hechos se ponen de manifiesto de una manera más evidente. La elaboración del suspense se vuelve más obvia y se cae en algunas decisiones que le hacen perder credibilidad. No se termina de profundizar en los personajes ni en sus motivaciones, tampoco en ese entorno social religioso que podría haber dado mucho más juego.
El desenlace se aleja de los tópicos, pero no todas las piezas encajan. Especialmente me chirría el conformismo pasivo que tiene la chica que ayuda al protagonista, cuando éste toma determinadas decisiones. Aún así, es un final potente que refuerza la idea inicial de una sociedad de apariencia perfecta que se construye sobre unos cimientos de carácter fariseo.
Conclusión de 'El asesino del nudo (The Clovehitch Killer)'
El asesino del nudo (The Clovehitch Killer) es thriller estadounidense dirigido por Duncan Skiles. Más allá de la investigación de unos crímenes del pasado relacionados con prácticas sadomasoquistas, la película pretende dinamitar el ideal de la familia americana, exponiéndolo a sus contradicciones. El núcleo de una comunidad religiosa sirve para sacar a relucir la hipocresía que tiene una moralidad basada en la represión.
El asesino del nudo (The Clovehitch Killer) tiene un inicio magnífico que se cuece a fuego lento y le aleja de los cánones habituales del thriller más enfocado a la acción. El suspense va creciendo en intensidad a medida que se nos descubre la trastienda de ese mundo con apariencia perfecta. En la segunda mitad, desciende el interés y pierde credibilidad debido a algunos bandazos del guion, pero sigue siendo un producto atrayente con un desenlace que invita a la reflexión. Si te gusta el suspense con trasfondo de crítica social, seguro que está película te interesará.
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