La compañía PasoAzorín Teatro estrenó el pasado 3 de marzo Ausencia de Bernarda, versión de Ramón Paso sobre "La casa de Bernarda Alba" de Federico García Lorca. Así, el dramaturgo pone sobre las tablas su visión sobre una de las tragedias más famosas de la cultura teatral mundial. Protagonizada por Inés Kerzan, Ana Azorín, Ángela Peirat, Alba Barbero, Jordi Millán, Mireia Zalve y Clara Romeu, se representará todos los viernes de marzo en el Teatro Nueve Norte a las 19:30 horas.
Título: Ausencia de Bernarda Título original: Ausencia de Bernarda
Reparto: Inés Kerzan
Ana Azorín
Ángela Peirat
Alba Barbero
Jordi Millán
Mireia Zalve
Clara Romeu
Duración: 85 min. apróx. Dirección: Ramón Paso Versión: Ramón Paso Autoría original: Federico García Lorca
Dirección de Producción: Inés Kerzan
Coreógrafa: Ángela Peirat
Iluminación: Carlos Alzueta
Vestuario: Ángela Peirat
Fotografía: Ramón Paso
Ayudante de dirección: Ainhoa Quintana
Diseño gráfico: Ana Azorín
Prensa y comunicación: María Díaz
Distribución: PasoAzorín Teatro Producción: PasoAzorín Teatro
Sinopsis de 'Ausencia de Bernarda'
Ausencia de Bernarda nos presenta una casa por la que ni el viento se atreve a pasar, una casa gobernada con fuego y rabia por Bernarda Alba… una casa en la que la alegría y la libertad no tienen ni espacio ni acomodo. En esta nueva versión de la inmortal obra de Federico García Lorca, Bernarda se convierte en una ausencia, en una presencia susurrada, que trae miedo, rudeza y aparta las ternuras de unas hijas, Angustias, Martirio, Adela, Magdalena y Amelia, condenadas a obedecer y no vivir.
En esta nueva dramaturgia, manteniendo el setenta por ciento del texto lorquiano y sirviéndose del personaje de la Poncia como una suerte de hilo conductor, ahondamos en las relaciones entre las hijas de Bernarda, creando una psicología de personajes que ayuda a rellenar los trazos, casi documentales, de la obra original de Lorca. Además, buscando una puesta en escena más actual, la danza pasa a convertirse en hermana del texto, recurriendo al rock clásico como banda sonora de este drama intimista de cinco hermanas, una criada, un hombre y Bernarda, la madre siempre presente, pero, al mismo tiempo, ausente. (TEATRO NUEVE NORTE).
Reformular el clásico
Ramón Paso se encuentra en esta ocasión con Federico García Lorca desde su faceta de dramaturgo y director. Así, en Ausencia de Bernarda versiona el famoso clásico de "La casa de Bernarda Alba". Lejos de ser una adaptación al uso, lo impregna de su estilo personal, combinando los versos del poeta con la cotidianidad y urbanidad que se ha podido ver en la forma de escribir de Paso. Por lo cual, no se puede negar que el texto ha logrado explorar su sello de identidad, encajando en el universo teatral de la compañía. Gracias a ello, calará muy bien entre los seguidores de la compañía, quiénes disfrutarán de ese aire desenfadado y un planteo diferente en la famosa tragedia. La mezcla entre ambos universos logra escenas con potencia, sobre todo en aquellas en las que se ve la sororidad entre las hermanas, menos explotada en el clásico.
Sin embargo, se dejan de lado algunos elementos que hacían de la pieza de Lorca una metáfora continua en torno al poder, la opresión, la crítica machista de una sociedad atrasada. Aquí se actualiza de una forma que se hace excesivamente directa, no logrando la sutilidad de la reflexión ante estas temáticas. Además, al omitir la figura principal de la obra, se busca la contundencia de dicha decisión y no se encuentra. No hay una razón de peso para no estar presente Bernarda, únicamente decidirlo así para ahondar en la relación de las hermanas. En consecuencia, la ligereza y comedia que se introduce es fiel al estilo de la compañía, pero mengua la fuerza del material original. Esos matices es lo que engrandecen todavía hoy a la tragedia de Lorca y en esta actualización están más ausentes.
Mujeres y niñas
Uno de los aspectos más importantes a destacar de Ausencia de Bernarda es su elenco actoral, formado principalmente por mujeres. En primer lugar, Ana Azorín lidera como la Poncia, sustituyendo la imagen principal de Bernarda con ella. Como siempre, Azorín muestra su talento sobre las tablas, está estupenda, con fluidez, con energía. Sin duda, conoce bien el escenario y se lanza a él con maestría e inteligencia. Después, Inés Kerzan se convierte en una Angustias empoderada, maternal. Gracias a ello, Kerzan aborda el papel con vigorosidad, no duda, se deja llevar. Con lo cual, los espectadores hallan un trabajo dramático contundente. Ángela Peirat ofrece una versión de Martirio que comienza muy bien, pero termina por caricaturizarse. Ese aspecto aniñado e ingenuo se le vuelve en contra. Aun así, destaca su lenguaje corporal, el cual es impoluto.
Mireia Zalve ya demostró una capacidad dramática sublime en "El abanico de Lady Windermere" y aquí lo vuelve a hacer. A pesar de encontrarse en un plano menos principal, sigue sabiendo destacar y lucirse en escena. Una Magdalena más que notable, orgánica, potenciando sus fuertes. Luego, el trabajo de Clara Romeu es importante de destacar, dado que logra impactar. Su seducción escénica se tiñe de oscura y se valora que se mueva en esa construcción temeraria y llena de contrastes. Por ello, se siente que está algo desaprovechada, podría estar más en escena. Por otra parte, Alba Barbero logra una Adela solvente, se echa en falta más presencia escénica, quedándose algo más descafeinada. Para terminar, Jordi Millán cumple con lo que se le pide. No tiene tiempo para mayor lucimiento.
Las rejas del encierro
Uno de los aspectos que más se han apreciado en los montajes de PasoAzorín Teatro es la eficacia de hacer de lo minimalista un mundo. Por tanto, así demuestra que a veces menos es más y ocurre así en Ausencia de Bernarda. Unas estructuras rojas son las que acompañan la acción, transformándose según las necesidades que demande el libreto. Asimismo, se valora que haya simbolismo en varios momentos, como aquellas escenas en las que se transforman en ventanas, en barrotes, dejando momentos poéticos visualmente. También se puede destacar el cuidado del simbolismo en la iluminación, como los colores escogidos, ejemplo de ello es el verde que se enlaza rápidamente con la figura ausente de Bernarda. Por tanto, es una propuesta interesante, que logra puntos que llaman la atención sobre el espectador.
Por otro lado, la selección musical es acorde al estilo de la compañía, dando esas pinceladas anacrónicas que resultan simpáticas. Únicamente, por el carácter de la obra, podría no casar de la misma forma, aunque tampoco estorba. Sin embargo, las partes en las que se utiliza la danza como vehículo de expresión no logran fluir de la misma manera que otros títulos como “El abanico de Lady Windermere”. La razón no es otra que podrían ir todavía más allá, dar mayor pasión al elemento corporal, algo que sí se produce en el personaje de Amelia. Por otra parte, el ritmo es liviano, ligero, siendo fácil de digerir. No obstante, se echa en falta una atmósfera más asfixiante, una ambientación acorde al mensaje que promulga la pieza. En resumen, parte de un resultado con potencial, que puede todavía evolucionar hacia una propuesta más vigorosa.
Conclusión
Ausencia de Bernarda es el encuentro entre Ramón Paso y Federico García Lorca, viéndose su sello de identidad a través de una adaptación que propone una visión distinta de la famosa tragedia. Por tanto, será una delicia para los seguidores de la compañía, así como una propuesta que innova en algunos elementos dramáticos. Sin embargo, flaquea en las bases principales del material original, echándose en falta algunos aspectos que hacían única la obra de Lorca. Por otro lado, el elenco está magnífico, todas ellas logran un trabajo en conjunto con fuerza, destacando Ana Azorín y Clara Romeu. Después, la puesta en escena es sugerente, apuesta por un minimalismo bien utilizado. Aun así, pueden elevar todavía más su potencial, que, seguro, que va evolucionando con el tiempo. La sororidad por bandera ante una adaptación que apuesta por una perspectiva más ligera.