"Ayer intenté suicidarme": Cuatro espejos

La segunda temporada de Ayer intenté suicidarme nos presenta a cuatro personajes que exponen sus sentimientos, opiniones, experiencias vitales y anécdotas a través de cuatro monólogos con los que invitan a reflexionar sobre un tema considerado todavía tabú. (LA JOIE DE LA COLINA). 

Las diferentes consecuencias de una tentativa de suicidio

Cuatro monólogos que, para su segunda temporada, la puesta en escena hace que interactúen ligeramente en el escenario, mostrando las figuras a la sombra de cada uno de los protagonistas, remarcando tanto la sensación de soledad como de acompañamiento. Da Costa y Viñuela Gavela, bajo la dirección del primero, reflejan las distintas que tiene el suicidio como fenómeno, como de si de la película de ‘Rashômon’ se tratase. Y partiendo de esa premisa, el tono de cada monólogo varía. Sabiamente, la obra va alejándose de su núcleo, creando un curioso círculo desde el testimonio de la persona que se intentó suicidar al de una influencer que se pronuncia sobre el fenómeno.

Es esa senda la que atrapa y permite ver las múltiples caras que tiene esta realidad. Desde los motivos que le pueden llevar a una persona a intentar quitarse la vida a la pareja sentimental y cómo su relación ha podido contribuir sin querer a ello. Da Costa y Viñuela Gavela no entran en juicios de valor, exponiendo testimonios desde los más descarnados hasta los más filosóficos. Tras una primera parte intensa, el tercer testimonio va aflojando ligeramente, permitiendo ver la crítica social en la que se va transformando la obra.

El testimonio pasa a ser el de un familiar cercano de la persona que ha intentado suicidarse, una hermana en este caso. Ella representa cómo la sociedad sigue siendo incapaz de comprender este fenómeno, cómo alguien no puede pedirse una baja de tres días mínima para poder socorrer emocionalmente a un ser querido que ha intentado acabar con su vida. Desde esa perspectiva, es el testimonio que mayor carga de denuncia conlleva, dándole espacio a la música.

Un inesperado giro con una mirada ácida que eleva a la obra

La banda sonora, compuesta por Viñuela Gavela, juega un papel esencial en esta obra, sabiendo acompañar a cada monólogo desde diferentes enfoques. Eso se ve de manera más explícita en el monólogo final, la guinda de la obra y que muestra el rostro a la hora de hablar del suicidio. El papel de la influencer recuerda cómo se está corriendo el riesgo de banalizar con una realidad que está luchando por visibilizarse. Da Costa y Viñuela Gavela saben ponerle un equilibrado toque ácido que introduce una nota de humor negro a la obra, sirviendo justo de contrapunto a un comienzo intensamente dramático.

Ese giro inesperado sabe convertir a Ayer intenté suicidarme en un magnífico comienzo para la compañía La Joie de la Colina y que, en su segunda temporada, ha optado por abandonar una de las premisas que más juego dio en su primera etapa, la de que cada personaje no tuviera un sexo definido, permitiendo que actores muy diferentes pudieran dar vida a los cuatro monólogos.

Conclusión

Aunque para esta versión, se haya apostado por una puesta en escena más estática en ese sentido, la elección de buena parte del elenco es más que acertada. Resalta especialmente el papel de Paula Martínez, quien tiene el reto de encarnar a la influencer, un papel que podría haber caído en la parodia y que sabe defender, dándole ese toque irónico y crítico, que deja en evidencia el cinismo de ciertas figuras contemporáneas.

Esta segunda temporada de Ayer intenté suicidarme invita a que la obra extienda su vida en las salas. No sólo porque toque un tema de primer orden, sino porque tiene un planteamiento tan flexible, que permite darle diferentes significados a un mismo texto, tal y como se vio en su primera temporada. Una obra que sabe entrar de lleno en una temática compleja, sino que sabe plantear preguntas, a sabiendas que es difícil dar las respuesta.

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