"Bien está que fuera tu tierra, Galdós": El hallazgo inesperado

Bien está que fuera tu tierra Galdós es una obra concebida como un proyecto de indagación en sí misma. De este modo, a través del juego entre las fronteras de la ficción, los cinco actores del espectáculo se verán reconvertidos en investigadores escénicos. Todo comienza con una pregunta: ¿Cómo repensar a Galdós desde el siglo XXI?.

La respuesta a ello llega con un golpe de suerte: el descubrimiento en los archivos de la Biblioteca Nacional de la autobiografía novelada que Galdós escribió en sus últimos días y que jamás dio a conocer. A través de la escritura y dramatización en directo de estos manuscritos, los ecos de la historia e intrahistoria de nuestro país atravesarán la representación: Sisita, José María de Pereda, Real Academia Española, Concepción Arenal, El Liberal, Pardo Bazán, Café Universal, Valle Inclán, Maura, Isabel II, Exposición Universal, Partido Socialista Obrero Español, Margarita Xirgú, Clarín, Teatro Español... (TEATRO FERNÁN GÓMEZ).

Lo que dejó Galdós

El año 2020 es el primer centenario de Benito Pérez Galdós, una de las figuras más representativas de la cultura española. Uno de sus homenajes llega en forma de obra teatro, bajo el nombre de Bien está que fuera tu tierra Galdós. A diferencia de otros proyectos, Alma García arriesga con una dramaturgia que se aleja de solo traer el alma de Galdós a través de su obra. Por lo cual, realiza una realidad ficcionada contando las pericias y, por tanto, la influencia del autor en esta pieza teatral. De esta manera, deja un recuerdo bonito de cómo se encuentra su sello en distintas partes de los propios recuerdos de la vida cotidiana, que permite establecer una visión compartida con el espectador. Así fomenta que entre dentro de la obra con una sutil atracción muy elegante.

Luego, a través del archivo con el que cuenta, se relata la vida de Galdós con una estructura no lineal, que navega por algunos de sus momentos más significativos y por varias de sus relaciones más importantes. Por ende, no se deja llevar solo por la anécdota, sino que deja salir esa parte profesional y personal que realiza un retrato verosímil y sincero. Además, según va transcurriendo la propia obra, se descubre el verdadero significado y el fin al que se quiere llegar, que es apartar a Galdós del olvido. Dicho de otra forma, recordar lo necesario que es reivindicar su obra, su figura y su persona, al igual que otros grandes autores de la cultura española. Finalmente, como si se tratara de una fábula, activa esa necesidad de seguir divulgando sus creaciones. Incluso, para aquellos que no sepan quién es Galdós, les nacerá el querer conocerle después.

La motivación dramática

Esta compañía que ha dado a luz a Bien está que fuera tu tierra Galdós está conformada, artísticamente, por Esther Isla, Macarena Sanz, Alma García, Antonio Fernández y Julio Hidalgo. Para comenzar, Isla es una de las mejores intérpretes en esta obra, con una interpretación con fuerza, una dicción espléndida y una sinergia sobre el escenario muy llevadera. Gracias a ese torrente de energía, que lo une a una tranquilidad dinámica, permite desarrollar su papel con una madurez muy singular. Incluso, a pesar del lapsus en la última escena con sus compañeros, sigue disfrutando sobre el escenario. Después, Macarena Sanz brilla por su expresividad luminosa, que se une a una tonalidad de voz muy dulce. Además, su trabajo interpretativo es tierno, que podría potenciarse con mayor ángulo de registros para dar más detalles de su capacidad.

Por su parte, Alma García es grácil sobre las tablas, firme en momentos de mayor tensión y más ligera en aquellos donde se apoya en el movimiento. Tiene soltura, lo que indica un bagaje interpretativo preparado, al igual que la verosimilitud que le da a su discurso. No obstante, al igual que Sanz, se mueve por un estilo que no deja salir más colores interpretativos que, seguramente, pueda mostrar. Luego, Antonio Fernández otorga frescura al conjunto actoral, es audaz y sabe cómo exprimir su actitud corporal como vehículo de expresión. Asimismo, arriesga con sus propuestas, lo que es un plus, aunque no siempre consiga el mismo impacto. Por último, pero no menos importante, Julio Hidalgo es espléndido. Tiene un arranque vertiginoso, que se mantiene hasta el final de la obra. Puro talento y entrega todo a la obra. Por lo que, se convierte en una auténtica interpretación arrolladora y extraordinaria.

Recrear un legado

Nada más entrar en la Sala Jardiel Poncela en el mítico teatro madrileño Fernán Gómez, ya se produce la fabricación del ambiente en Bien está que fuera tu tierra Galdós, con unos ejercicios de repetición y movimiento que da las primeras claves. Por este motivo, el espectador capta rápidamente que es una obra que se va a apoyar muchísimo en el propio componente del lenguaje del movimiento y del espacio teatral. Y así lo cumple. Los símbolos y distintas transformaciones del entorno, hacen que esté siempre en continuo movimiento y de la sensación de estar vivo. Por consiguiente, el público no puede apartar su mirada de lo que acontece, ya que el ritmo no se estanca y aprovechan esos cambios de energía constantes. También se une la manera de sorprender y continuar la coreografía visual que se presenta.

El cuidado del simbolismo se puede observar ya desde el vestuario y los componentes que forman parte de cada uno de los actores que están sobre el escenario. Prueba de ello son los colores que van apareciendo, que llaman a una atmósfera contemplativa y en unos colores cálidos que invitan a construir esa proximidad. De forma análoga están la colocación de los instrumentos que van apareciendo en la puesta en escena, que acompañan y ejemplifican estéticamente. También forma parte de ello los signos que direccionan la mirada del espectador para saber qué personaje es el que está sobre el escenario en ese momento. Por tanto, no hay oportunidad de confusión. Es una obra distinta, que se desmarca y encuentra su sello. En síntesis, prometedora y con un atractivo muy interesante, que deja con ganas de saber qué será lo siguiente.

Conclusión

Bien está que fuera tu tierra Galdós es un homenaje que mezcla la figura de Benito Pérez Galdós con la importancia de un legado actual. Gracias a una dramaturgia fresca e inesperada, el espectador conecta y se abre ese influjo cultural que se sublima en un mensaje cautivador. Por lo cual, reivindica la necesidad de no olvidarnos de una parte importante de la historia sociocultural española. El reparto es equilibrado y tienen un elenco con una sinergia muy especial. Asimismo, la puesta en escena está viva y capta la atención al siempre estar en movimiento. Una oda a Galdós, en un centenario muy especial, con una personalidad original y diferente.

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