Un blanco, blanco día es la segunda película del director irlandés Hlynur Palmason. En 2017 este director de tan solo 35 años estrenó, tras realizar tres cortometrajes anteriormente, su ópera prima, Winter Brothers. Su carrera cinematográfica está comenzando y ya desde el inicio ha sabido plasmar su propio estilo en sus películas. En parte, la narración tan diferente y la fotografía de Maria von Hausswolff, caracterizan sus peculiares proyectos. Tras haber disfrutado de Un blanco, blanco día en el D'A Film Festival en Filmin, esta se estrenará el 26 de junio en las salas españolas.



Un blanco, blanco día

Crítica de 'Un blanco, blanco día'

Ficha Técnica

Título: Un blanco, blanco día
Título original: Hvítur, Hvítur Dagur

Reparto:
Ingvar Eggert Sigurdsson (Ingimundur as Ingvar Eggert Sigurðsson)
Ída Mekkín Hlynsdóttir (Salka)
Hilmir Snær Guðnason (Olgeir)
Sara Dögg Ásgeirsdóttir (Esposa de Ingimundur)
Björn Ingi Hilmarsson (Trausti)
Elma Stefania Agustsdottir (Elín)
Haraldur Ari Stefánsson (Stefán)

Año: 2019
Duración: 109 min.
País: Islandia
Director: Hlynur Palmason
Guion: Hlynur Palmason
Fotografía: Maria von Hausswolff
Música: Edmund Finnis
Género: Drama. Thriller
Distribuidor: La Aventura Audiovisual

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Tráiler de 'Un blanco, blanco día'

Sinopsis

No hay nada más blanco que la pérdida, o un amanecer en Islandia, cuando la vista no distingue entre el cielo y la tierra. Allí vive Ingimundur, un jefe de policía retirado a quien encarna Ingvar Sigurðsson (premio a la mejor interpretación en la Semana de la Crítica de Cannes) con una humanidad tan táctil y rocosa como un protagonista de John Ford.

Pero esto no es un western, pese a tener en el centro a un cowboy solitario (no tanto: es afectuoso padre y abuelo), sino un thriller de suspense donde el viudo Ingimundur empieza a sospechar una infidelidad por parte de su esposa fallecida y esa obsesión da tal vuelco a su vida que haría palidecer a Walter White. El segundo largo de Hlynur Pálmason demuestra con tensión y candor cómo el amor puede ser más frío que la muerte. (La Aventura Audiovisual)

Premios

  • Premios del Cine Europeo: Nominada a mejor actor (Sigurdsson). 2019
  • Festival de Gijón: Sección oficial. 2019

Dónde se puede ver la película



La valentía de arriesgar

Palmason comienza su segundo filme mostrando un accidente de coche bastante raro o así pretende hacérnoslo ver él durante el filme. A esto le sigue una elipsis temporal bastante peculiar. Palmason decide mostrarnos el paso del tiempo con una cámara fija que muestre el cambio viendo pasar las distintas estaciones del año. Algo que podría realizarse con unas cuatro escenas, el joven director realiza cerca de una veintena abusando de dicho recurso tratando de hacer las cosas diferentes cuando con algo más simple la elipsis temporal se hubiera solucionado. Una declaración de intenciones en toda regla, ya que la película y la forma de realizarse es bastante diferente a lo que se nos tiene acostumbrados.

A pesar de la libertad que se toma el director para dar rienda suelta a su creatividad, el comienzo de la historia es cuanto menos cuestionable. Es una historia que se siente vacía, sin ningún significado, sin ninguna trama. Es una historia que se encuentra estancada y que parece no conseguir avanzar. Sin embargo, el filme comienza a coger ritmo cuando decide dejar entrar a los sentimientos, en especial el del duelo.

Centrarse en dicho tema incluyendo el misterioso accidente hace que Un blanco, blanco día coja ritmo, algo lento y distinto a lo común, pero consigue avanzar creando una atmósfera peculiar. Por otro lado, se lleva a cabo una investigación poco profunda y sin demasiados obstáculos que compliquen la trama. Asimismo, la resolución del misterioso accidente de coche no es suficiente interesante para Palmason, quien decide prácticamente no tirar de dicho hilo. Este prefiere centrarse en su personaje principal.

Un blanco, blanco día
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Ingimundur

Ingimundur es el personaje principal de la cinta y prácticamente él es la propia película. Ingvar Sigurdsson es el actor que encarna al personaje de una manera sobresaliente otorgando al protagonista de una personalidad que inquieta. Hlynur Palmason pone a Ingimundur como el eje principal de la película, todo gira alrededor de él como si del propio sol se tratase. Podemos ver como los principales temas que se tratan en Un blanco, blanco día, la muerte, el duelo y el amor se funden con la distinta, impulsiva y autolesiva personalidad del protagonista.

Palmason no pone límites a su personaje que parece actuar de forma libre, sin tener en cuenta la mirada inquisidora de la audiencia frente a la que actúa. Frente a los violentos actos de Ingimundur, la audiencia solo tiene una posibilidad, el de respetar su comportamiento a pesar de que no lo comparta. Y es que resulta muy difícil sentirnos identificados con dicho personaje por la manera en la que realiza las cosas y las decisiones que toma. Es un personaje bastante atípico.

Un blanco, blanco día
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El estilo de Hlynur Palmason

La narración

Como se puede ver en sus anteriores proyectos como Winter Brothers En MalerPalmason deslumbra con la configuración de un estilo tan propio al principio de su carrera. Quizás algo de lo más difícil para un artista. La narración confusa, inquietante, aparentemente inconexa y sin ningún objetivo es una característica que se puede observar. En Un blanco, blanco día al espectador no le queda más remedio que dejarse llevar, ya que la trama es impredecible, además, no se nos plantea un objetivo fijo y a veces deambula demasiado en vez de ir a lo importante.

Ciertamente la trama principal casi pierde hasta la importancia que debe tener con esta  narración tan diferente a la par que original. Aunque cabe destacar que en este segundo proyecto la narración se asienta un poco y baja a tierra permitiendo una mayor comprensión, algo que no es fácil de encontrar en Winter Brothers En Maler, donde el espectador se siente demasiado desorientado.

Un blanco, blanco día
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La fotografía

Por otro lado, cabe destacar los vicios técnicos que se permite el director. A veces, alguno de estos peca de poco sentido e innecesario, pero eso al director le da igual, él decide ser libre en la realización de su proyecto. Cabe destacar también la magnífica fotografía que tiene la película. La encargada de esto es Maria von Hausswolff quien trabajó en anteriores proyectos con el director islandés. Si bien es cierto que siempre consigue un resultado óptimo y muy bello, buenos encuadres, inmejorables puntos de vista y muy buenas composiciones. Pero en Un blanco, blanco día se supera dejando volar su creatividad y consigue una espectacular fotografía usando recursos originales. Sin lugar a duda, este es uno de los mayores puntos a destacar de la cinta.

La banda sonora

A la original narración de Palmason y a la fotografía de Maria von Hausswolff se le suma en este proyecto la banda sonora. Apartado donde las disonancias predominan para crear la inquietante y perturbadora atmósfera que se respira durante la historia. Un conjunto de elementos que enriquecen el segundo proyecto del treintañero director.

Hvítur, Hvítur Dagur
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El desenlace

Si bien la cinta es bastante especial y tiene su propio encanto, el final se queda flojo. Además, el arco de Ingimundur cambia bruscamente una vez se acerca el final de la cinta. Pasa de una personalidad violenta e impulsiva a una extremadamente pacifista y normal perdiendo todo lo diferente que tenía antes. Además, el brusco cambio aparentemente se produce con pocas razones, ya que la conversación que se da el día anterior a todo esto no da unas razones de tanto peso como para dicho cambio. De la noche a la mañana es una persona totalmente diferente.

Además, lo que podría haber sido una buena culminación de la cinta, con gran poder de impacto en el espectador se queda en nada. El enfrentamiento del protagonista con otro de los personajes de la cinta es realmente potente. Es una escena con una alta carga de intensidad, pero a la mañana siguiente todo se desinfla.

Spoiler

Palmason deja muy abierto la interpretación de los sentimientos por los que ha cambiado el protagonista de la noche a la mañana. No se sabe muy bien si lo que ha pasado es que ha perdonado los actos de su mujer, si ha comprendido que su mujer realmente le amaba a pesar de serle infiel, si se ha dado cuenta del daño que se hacía a sí mismo, si se ha dado cuenta de cómo es y quiere cambiar etc. La ausencia de razones claras hace incoherente la personalidad del protagonista al final de la cinta.

[plegar]

El final acaba con toda la tensión y el misterio generado durante toda la historia. Algo que parece haberse construido minuciosamente se desinfla como si de un globo se tratase.

Hvítur, Hvítur Dagur
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Conclusión de 'Un blanco, blanco día'

La segunda película de Hlynur Palmason mantiene el estilo configurado anteriormente por el director. Un estilo muy propio que le hace destacar en este mundo tan difícil y despierta el interés para sus próximos proyectos. Sin embargo, a pesar de llevar a cabo una narración peculiar, distinta y original esta debe de pulirse todavía sin perder lo especial que tiene.

Un blanco, blanco día hace que pongamos el ojo en un director que arriesga haciendo las cosas de forma distinta, algo que siempre es de valorar. A pesar de algunos problemas que pueda poseer la cinta a nivel de guion, sus otros apartado son sublimes, en especial la banda sonora y la fotografía.

Una premisa fácilmente identificable en numerosas películas se trata aquí con una mano artística que la transforma en algo totalmente distinto. Es una película peculiar bajo una dirección arriesgada, por eso ya merece la pena verla. Sinceramente viendo el camino que sigue Palmason creo que tendrá un futuro prometedor.

Reportaje en Días de Cine TVE de Un blanco, blanco día

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CINEMAGAVIA
6,8 / 10
68 %
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Javier Atienza
Estudiante de la Facultad Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. Nací el 7 de febrero de 2001 y actualmente estoy cursando el grado de Comunicación Audiovisual. Además, estoy de colaborador en el programa de radio Momentos de Cine en Inforadio. Aunque fui marcado de pequeño por la mano de Shyamalan y su sexto sentido para crear historias, no fue hasta mi adolescencia con la magia de Chazelle y su historia donde los sueños y el amor se entrecruzaban cuando algo despertó en mí. Ese algo fue la pasión por el cine, Shyamalan y Chazelle me dieron un pase a descubrir un amplio universo de historias, emociones, y cómo no, sueños. Fui pasando por Kubrick y Bergman hasta Tarkovski, descubriendo lo que la historia del cine tenía para mí, mientras germinaban mis ganas de trabajar en la industria. Por otro lado, Alejandro G. Calvo ha sido una de las razones por las que quise adentrarme en el mundillo de la crítica cinematográfica, la pasión que demuestra me hizo darme cuenta de que yo también quería tener la oportunidad de escribir sobre cine expresando la pasión que tengo por este mundo, devolviéndole al cine lo que tanto me ha dado. “No es a mí a quien le gusta el cine, sino el cine a quien le gusto yo” - Arrebato (1979)
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