Jaime Olías y Pablo Sanhermelando debutan este 1 de julio con el estreno de Cómo mandarlo todo a la mierda. Esta serie de ficción muestra la vida de Alba, una adolescente que busca una vida mejor y se embarca en un viaje que le sirve cómo metamorfosis vital. Protagonizada por Naira Lleó, se acompaña de Malva Vela, Gabriel Guevara, Óscar Ortuño, Nadia Al Saidi y Sergi Méndez. Después de varios cortometrajes, entre ellos "Chaval" y "Monstruo", Olías se lanza a su proyecto más ambicioso. La serie consta de un total de 6 episodios y estará disponible desde el 1 de julio en HBO Max.
Título: Cómo mandarlo todo a la mierda Título original: Cómo mandarlo todo a la mierda
Reparto: Naira Lleó Malva Vela Gabriel Guevara Óscar Ortuño Sergi Méndez Nadia Al Saidi
Año: 2022 Duración: 18 min. apróx. (por capítulo) País: España Creada por: Jaime Olías y Pablo Sanhermelando Guion: Jaime Olías Fotografía: Carlos Matías Género: Drama Distribución: HBO Max
Cómo mandarlo todo a la mierdanos presenta a Alba, una joven a la que le cuesta adaptarse y que lleva poco tiempo en su nuevo instituto, que se entera de una horrible noticia: el viaje de fin de curso se cancela. Sus planes de escapar de casa se derrumban. Por casualidad, descubre que un grupo de compañeros tiene un plan perfecto: hacer creer a sus padres que el viaje sigue en pie, robar la furgoneta del hermano de uno de ellos y lanzarse tres semanas a la carretera. El plan es no tener plan, ir sin rumbo fijo, improvisando. Solo hay algunas reglas: no se puede publicar nada en redes sociales, hay que estar siempre moviéndose y, lo más importante, no hay vuelta atrás. (HBO MAX).
Salir del infierno
Jaime Olías consolida su trayectoria como creador audiovisual con la serie Cómo mandarlo todo a la mierda, donde retrata la vida de una joven de barrio con ganas de romper con su infierno personal. Por un lado, muestra con verosimilitud, alejándose de la mirada paternalista, esta etapa vital en la adolescencia, con las locuras y a la par la toma de decisiones que ello conlleva. Además, lo adereza con el realismo que supone encontrarse en las vías de la madurez, pero todavía no ser capaces de medir las consecuencias. En este aspecto, se agradece una propuesta que indaga en ese aparente aspecto hedonista, pero donde también se ve la responsabilidad y preocupación sobre el futuro. Aun así, su mayor fuerte se encuentra en la construcción del personaje de Alba, la cual destaca por encima del resto.
Aunque es una decisión arriesgada, se profundiza solamente en el contexto socio-familiar de su protagonista. Asimismo, se puede ver sus ambiciones y sus sueños, ese halo de esperanza que nace durante un viaje que lo cambia todo. Hay ese resplandor de nostalgia hacia esos momentos cumbres para muchos jóvenes, sobre todo a las puertas del comienzo de una vida más adulta. Por ello, no es necesario conocer el trasfondo del resto de personaje, ya que la riqueza se halla totalmente en Alba. Sin embargo, la evolución de la historia se aletarga a partir del cuarto episodio, donde da la sensación de ir hacia adelante muy paulatinamente. En consecuencia, habría sido más interesante conocer qué va más allá, deshacerse de un preámbulo tan largo y dar alas a su protagonista. A pesar de ello, se deja la puerta abierta a una segunda temporada, que, seguramente, vaya del notable a más.
Los colegas
Cada vez son más ficciones que apuestan por rostros frescos en papeles protagonistas, dado que es una manera de expandir la visibilidad actoral en el panorama artístico español. Cómo mandarlo todo a la mierda presenta a Naira Lleó como Alba. Detrás de esa mirada triste, se encuentra una interpretación sutil y con pinceladas de auténtica naturalidad. Gracias a ello, maneja perfectamente ser el principal soporte del elenco artístico. Sin embargo, hay momentos en los que se echa en falta más matices y no sentir que está en solo tono. Después, Malva Vela realiza un trabajo estupendo, lleno de naturalidad y fuerza. Por un lado, se halla ese carácter más torrencial, mientras que, por otro, hay ese aire jovial y fresco. Junto a Lleó, forman un tándem interesante, aunque Vela termina por sobresalir más.
Gabriel Guevara consigue algo que aparentemente es fácil y es representar un carácter de barrio que se tiene en el radar. Pero, Guevara se deshace de prejuicios y lo aborda desde una humanidad que permite que no sea un arquetipo. Muy conseguido. Luego, Nadia Al Saidi, Sergi Méndez y Óscar Ortuño cumplen con su labor en escena, aunque tampoco hay una lucidez tan predominante como la de sus compañeros. Es cierto que Ortuño es el desahogo humorístico, ejecutándolo de una forma plausible. Por otra parte, el reparto en su conjunto, trabajan en una dirección muy bien cohesionada, llevando a los espectadores ante un grupo de amigos que puede identificarse con la realidad. Hay una química que se utiliza favorablemente, siendo un factor importante al compartir una gran parte de la temporada juntos. Únicamente, algunos actores capitulares chirrían un poco.
Un camino por recorrer
Jaime Olías es conocido por su faceta como actor, pero desde ya hace un tiempo se dedica a la labor de realizador. Prueba de ello, son diferentes cortometrajes en los que firma como director. En Cómo mandarlo todo a la mierda, se encuentra como principal parte activa, tanto como director como creador de la serie, junto a Pablo Sanhermelando. Así, se identifica un estilo visual que ya se ha podido ver anteriormente, lo que permite que la identidad esté muy bien definida. Se valora muy positivamente la selección de la dirección de arte, la cual escoge unos escenarios muy atractivos para la trama. Además, se conjuga con ese aire de barrio, que acerca todavía más esa esencia a los espectadores. No sucede lo mismo con el planteamiento del montaje, eligiendo un 4:3 que no termina de comprenderse.
La razón es que puede llevar a un equívoco, ya que podría pensar que se ambienta en una época pasada. Pese a ello, la fotografía ha sabido plasmar ese frenesí de fiesta, emoción y metamorfosis personal. Asimismo, la música elegida es el perfecto complemento para ubicar a los personajes y su bagaje vital. El público entra de lleno a ritmo de trap y rap, permitiendo que varias de sus letras se identifiquen con el espíritu que luce por bandera la serie. Un homenaje hacia lo urbano que impera en la ficción, consolidando la coherencia interna de la historia. Luego, es una serie corta, con seis episodios de una media de 18 minutos cada episodio, sobre todo en los tres últimos. El final deja una sensación de querer saber más, por lo que cumple con su objetivo. Una serie que ya muestra su potencial, pero todavía puede perfilar varios detalles.
Conclusión
Cómo mandarlo todo a la mierda toma el carácter urbano para contar una historia de superación, contradicción y viaje vital. Mediante un grupo de adolescentes, se hace reclamo a ese espíritu juvenil, que aporta frescura y cotidianidad. Sin embargo, su mayor fuerte se halla en la construcción del personaje de Alba y hacia donde se dirige su evolución. A nivel actoral, el reparto ofrece una interpretación bien cohesionada, con frescura y solvencia. Destacan, en especial, Naira Lleó, Malva Vela y Gabriel Guevara, por su trabajo natural y realista.
Después, la propuesta estética y visual reafirma a Jaime Olías como creador, con elementos artísticos atractivos como la música, la selección de los espacios y la cohesión interna. La duración de los episodios permite que sea fácil de ver y deja con la curiosidad de saber cómo va a continuar esa posible segunda temporada. Un comienzo interesante, que al igual que sus protagonistas, todavía puede madurar más, pero que ha logrado un resultado consolidado.
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