El pasado 23 de febrero se estrenó Coraje de madre, obra teatral escrita originalmente por George Tabori. En esta ocasión, Helena Pimenta dirige ese montaje, que cuenta con Isabel Ordaz como principal protagonista. Además de Ordaz, participan en el elenco Pere Ponce, Sacha Tomé, Xavi Frau y David Bueno, al piano. También cabe destacar que es la primera vez que se representa una obra de Tabori en Madrid. Se representará hasta el 19 de marzo en el Teatro de la Abadía.
Título: Coraje de madre Título original: My Mother's Courage
Reparto: Isabel Ordaz
Pere Ponce
David Bueno
Xavi Frau
Sacha Tomé
Duración: 90 min. apróx. Dirección: Helena Pimenta Dramaturgia: George Tabori Adjunto a la dirección: José Tomé
Traducción: Víctor-León Oller Escenografía: José Tomé y Marcos Carazo Vestuario: Mónica Teijeiro Iluminación: Nicolás Fischtel Espacio sonoro: Ignacio García Asesora de movimiento: Nuria Castejón Ayudante de dirección: Noé Denia Colabora: Centro Sefarad-Israel Producción: Teatro de La Abadía, Ur Teatro, Teatre Principal de Palma de Mallorca
Tráiler de 'Coraje de madre'
Sinopsis de 'Coraje de madre'
George Tabori es un autor teatral de enorme interés del siglo XX, cuya obra, sin embargo, apenas se ha podido ver en España. En su escritura resuena el teatro de Brecht y un sentido del humor cáustico, macabro, tal vez típico de la tradición judía. Con motivo de la representación de la obra Coraje de madre, el Teatro de la Abadía organiza varias actividades paralelas en torno a la figura de George Tabori.
En Coraje de madre relata cómo su madre, Elsa Tabori, se salvó de ser deportada a un campo de exterminio. La propia madre corrige una y otra vez la versión del hijo para matizar los detalles. Y así vemos lo difícil que es contar ciertas cosas que no se pueden contar y que, sin embargo, deben ser contadas.
La dirección escénica de Helena Pimenta es un aval para que este texto, que se mueve entre registros contradictorios, llegue con la dimensión adecuada al espectador: con emoción, ligereza, vitalidad, respeto, empatía. (TEATRO DE LA ABADÍA).
Memorias en tercera persona
Helena Pimenta trae por primera vez a España una adaptación de Coraje de madre, escrita por George Tabori. Esta obra dramática expone las vivencias de una mujer, que es despojada de su vida para enfrentarse a su camino hacia Auschwitz. Así, mediante los ojos de su hijo, el espectador vive los episodios detrás de ese oscuro suceso. Por un lado, se presencia un naturalismo que no busca ser orgánico, sino que pasa a un plano más literario y hace gala de ello. Asimismo, se introduce comedia en pequeñas dosis, entregada a dulcificar y dar una energía más cercana al relato. No faltan los momentos en los que se introduce esa discusión entre creador y personaje, que presenta una interacción interesante que lanza una reflexión sobre lo que significa escenificar la realidad.
A pesar de tener un carácter de realidad y fantasía, no echa de lado la crudeza necesaria para denunciar una situación que tiene en sí una oscuridad inmensa. Por ello, momentos como el de las flores o los consejos a los niños, se establece una tensión emocional y personal que encaja con la situación a describir. No obstante, hay escenas en las que el lenguaje no acompaña, al moverse en una sexualidad que no siempre consigue encontrar un fin concreto y una justificación detrás. También mengua su calidad en algunos momentos que sirven de transición, como el primer viaje en tren, que son para contextualizar, pero no logran un dinamismo que sirva de puente. En consecuencia, ralentiza algo el ritmo del relato. Pese a ello, el discurso es entrañable y plasma a la perfección el homenaje a esa madre que protagoniza la acción.
La realidad ficcionada
Isabel Ordaz lidera el reparto de Coraje de madre, dando vida a esa matriarca que debe recorre el horror. Así, la actriz ofrece una interpretación muy particular, que, sin duda, no deja indiferente al espectador. Gracias a ello, abraza un estilo propio, que le permite deambular con su personaje desde una perspectiva diferente, una combinación entre comedia cotidiana y la visceralidad de la elegancia del sentimiento. Por tanto, Ordaz demuestra que se encuentra en pleno rendimiento, acompañando al espectador por ese viaje. Junto a ella, un eficaz Pere Ponce, el cual interpreta desde una soltura bien planteada. Sin embargo, la voz y la proyección de la misma no se encuentran bien resueltos, dificultando el entendimiento en algunos diálogos. A pesar de ello, ambos forman un buen tándem.
David Bueno, Xavi Frau y Sacha Tomé completan el elenco, convirtiéndose cada uno en los personajes que requiere la escena. Por un lado, Bueno y Frau forman un dúo muy simpático, despertando una recepción agradable por parte de los asistentes. Ambos actores saben potenciar su expresividad corporal y su lenguaje facial, llegando a un resultado más que solvente. Después, Sacha Tomé también utiliza su cuerpo como vehículo expresivo de una manera notable. Además, protagoniza una de las partes más entrañables de la función. Únicamente, no termina de fluir todo lo que pudiera, quedando algo más impostado que sus compañeros. Lo mismo sucede con la voz, donde se percibe cierto descontrol en los agudos. A pesar de ello, cumple con su trabajo sin problema.
Recrear el dolor
La propuesta escénica de Coraje de madre invita al espectador a esa conversación entre personaje y creador tan especial. Por lo cual, se establecen dos espacios, uno en el que deambula la recreación y otro donde se posiciona el narrador. En primer lugar, la escenografía no sobrecarga sus elementos en escenas, pero sí sabe ir convirtiendo el espacio para impresionar a los espectadores. Por tanto, hay un movimiento que logra dar al planteamiento un cariz más dinámico. También destaca la sobriedad y la elección de colores, mezclando ese aroma de nostalgia y al mismo tiempo de frialdad. Se da especial importancia a las sombras, por lo que el diseño de iluminación va más allá del esquema estándar. La elección del vestuario de su principal protagonista es todo un acierto, así como la elección que se ve en los personajes secundarios.
Sin embargo, la ubicación del narrador, de ese hijo que acompaña al público, no termina de conseguir un lugar propio. En consecuencia, se siente que es más un añadido que una parte de la escena. El ritmo de la pieza mengua después de haber pasado el segundo tercio de la obra, viéndose un esquema en el que le falta una chispa de acción. A pesar de las recreaciones, se ralentiza levemente. Pese a ello, al comenzar el último acto, retoma la buena energía y culmina con una emoción que logra suplir las flaquezas mencionadas. Por ende, el resultado se convierte en una carta de amor maternal, así como en una exposición histórica diferente sobre un hecho ya hablado en multitud de ocasiones.
Conclusión
Coraje de madre es una mirada al horror desde la ternura de la comicidad cotidiana y el excentrismo de una realidad dibujada. Por tanto, su mayor fuerte se halla en obtener un relato distinto, junto con una humanidad bien llevada en el paralelismo que se realiza entre creador y personaje. Además, logra aumentar su calidad gracias al gran trabajo de Isabel Ordaz, quién ha sabido dar con la tecla con su personaje. Después, la puesta en escena llena de elementos sobrios el escenario, con un estupendo diseño de iluminación y una estrategia artística en pleno rendimiento. Únicamente, se ralentiza el ritmo tras la primera hora y hay partes que se podrían pulir algo más. Un homenaje a una madre singular, que vence a la crueldad con una comedia cercana y un aroma a nostalgia agradable.