La Última Canción es una modesta producción de cine independiente americano y comedia romántica del director novel Sean Mewshaw sobre la relación entre una viuda (Rebecca Hall) de una estrella de la canción folk y un profesor universitario (Jason Sudeikis) experto en la cultura pop.
Crítica de La Última Canción
Resumen
Ficha Técnica
Título: La última canción
Título original: Tumbledown
Reparto:
Jason Sudeikis (Andrew McDonnell)
Dianna Agron (Finley)
Joe Manganiello (Curtis)
Rebecca Hall (Hannah)
Blythe Danner (Ellen)
Richard Masur (Bruce)
Griffin Dunne (Upton)
Maggie Castle (Shannon)
Bates Wilder (Jefe)
Meredith Prunty (Estudiante)
Alex Quijano (Ben)
Mary-Bonner Baker (Heidi)
Pepper Binkley (Fan)
Zachariah Supka (Chico de la librería)
Gabe Gibbs (Ethan Woodcock)
Año: 2015
Duración: 105 min.
País: Estados Unidos
Director: Sean Mewshaw
Guion: Desiree Van Til
Fotografía: Seamus Tierney
Música: Daniel Hart, Damien Jurado
Género: Comedia romántica
Distribuidor: DeaPlaneta
Tráiler de La Última Canción
Donde comprar la película
- Rebecca Hall, Jason Sudeikis (Actores)
- Sean Mewshaw (Director)
Sinopsis
Hannah (Rebeca Hall) intenta recomponerse tras la muerte de su marido, un famoso cantante folk, escribiendo una biografía sobre él. Andrew, un atrevido escritor de Nueva York, la contacta para aportar su propia versión de la vida y muerte del músico. Entre ambos surgirá una relación muy especial, que les ayudará a pasar página y disfrutar de nuevo, de la vida. (DeaPlaneta)
Dónde se puede ver la película
Situemos la acción
La Última Canción es una comedia romántica ambientada en una pequeña ciudad de Maine. Hannah (Rebecca Hall) intenta recomponer su vida tras el fallecimiento hace tres años de su marido, Hunter Miles, un afamado cantante de folk que tan solo grabó un álbum antes de su prematura muerte en un accidente de senderismo. El disco penetró en lo mas hondo de los corazones de muchísimos seguidores convirtiéndose en un álbum de culto. Ella visita de forma continua la tumba de Hunter al igual que muchos admiradores de su música hacen peregrinaciones acompañados de regalos para depositar a pie de lápida en su honor.
Hannah sigue sufriendo y no consigue superar la trágica pérdida por lo que para calmar el dolor decide escribir una biografía sobre su corta vida y música. Al mismo tiempo para mantenerse ocupada y liberar su cabeza, colabora en un periódico local que dirige un amigo suyo, Griffin Dunne, con historias de interés humano sobre habitantes del lugar, y mantiene sexo con un guardabosques interpretado por un rudo Joe Manginello, con el que no tiene ningún tipo de afecto romántico.
Hannah descubrirá que está demasiado unida emocionalmente a su marido como para poder escribir una biografía rigurosa y objetiva sobre él por lo que aparece en escena Andrew (Jason Sudeikis), profesor del Manhattan American Studies especializado en cultura pop y admirador de la música de Hunter Miles, con la intención de aportar su perspectiva en la vida del músico para hacerlo inmortal, pero Hannah es una mujer muy recelosa y protectora del trabajo de su marido y rápidamente se producirá un choque entre ambos y muchas discrepancias, pero después de continuas peleas y de comprender las verdaderas intenciones de cada uno de ellos, ella aceptará a colaborar con él en la biografía.
Personajes poco creíbles
Difícilmente La Última Canción puede llegar a ser del todo una comedia romántica en estado puro cuando por un lado se intenta rendir un homenaje al marido muerto y por otro se escenifica un juego de seducción para conquistar a la enviudada. En un principio tanto el director, Sean Mewshaw, como su mujer y co-guionista, Desiree Van Til, permiten que Hannah y Andrew descubran sus sentimientos alrededor de Hunter, para poco a poco dar paso a una más que predecible y agria comedia romántica.
A pesar de la química existente entre Rebecca Hall y Jason Sudeikis sus personajes son poco creíbles, la historia de un erudito de la cultura pop que ve a Hunter Miles como un ídolo es una pieza difícil de encajar como la nueva pareja sentimental de Hannah, sino más bien como una fantasía propia de un fans que quiere ocupar el puesto de su héroe y más teniendo en cuenta el poco tiempo transcurrido en el desarrollo de la trama.
Por otra parte, a Sudeikis, conocido principalmente por sus papeles en comedias, parece que le cuesta trabajo asumir una interpretación más sobria y dramática de lo acostumbrado por esos tic cómicos algo exagerados utilizados en muchas escenas a lo largo de la película para provocar que no nos tomemos en serio su personaje y sacarnos de la historia.
Conclusión de La Última Canción
Posiblemente lo mejor de la película sea el excelente trabajo del compositor de Seattle, Damien Jurado, que escribió la mayoría de las canciones de la banda sonora y suministra la voz de Hunter Miles para conseguir que parezca un genial artista.
El guión no se centra en mistificar y engrandecer la figura de Hunter Mills como si fuera un nuevo Kurt Cobain, sino en los sentimientos y emociones de Hannah para proteger la memoria de su marido. Se agradece los esfuerzos por alejarse de los clichés del género gracias a ese toque dramático de la historia pero La Última Canción se queda a medio camino y no pasa de ser una discreta película bien intencionada y sincera.