Me siento, con curiosidad, ante el televisor, para ver Desnúdate rebélate (Strip Down, Rise Up), el último documental de la interesante realizadora Michèle Ohayon ("Colors Straight up") sobre el empoderamiento de la mujer a través del pole dancing. La veterana actriz de televisión Sheila Kelley ("The Good Doctor") lleva de la mano a un grupo de mujeres en un viaje catártico hasta la aceptación de su propio cuerpo. Llegó a Netflix el pasado 5 de febrero de 2021.
Desnúdate rebélate (Strip Down, Rise Up) nos presenta a un grupo de mujeres que quieren reclamar sus cuerpos y sus vidas. Exploran las intersecciones entre movimiento y significado en un impactante curso de 'pole dance'. (NETFLIX).
Michèle Ohayon, nacida en Casablanca, pero formada en lo audiovisual en la Universidad de Tel Aviv, ha mostrado desde sus inicios en la industria una gran vocación de denuncia social. Fue una de las primeras cineastas en retratar el conflicto entre Israel y Palestina con su cortometraje Lahatz (Pressure) en 1984. Después, su carrera tomó el camino del documental, género de Desnúdate rebélate (Strip Down, Rise Up), un medio más directo y crudo para compartir su mensaje.
Habían pasado ya cinco años desde su último trabajo, Power, sobre el uso que hacemos de la energía en nuestro planeta y veinte, desde el que en nuestra opinión es su mejor trabajo hasta la fecha, el nominado al Óscar, "Colors Straight Up". Un documental en el que un grupo de chavales en riesgo de exclusión social encontraban una salida a través del arte dramático.
Entre el vídeo promocional y el reality
En los primeros minutos uno se pregunta si se enfrenta a un vídeo promocional. Se nos presenta a un grupo de mujeres que buscan un cambio vital a través del programa fundado por Sheila Kelley S Factor. Poco a poco se nos van desvelando sus historias personales, sus heridas, cada vez más profundas.
Y es aquí donde Desnúdate rebélate (Strip Down, Rise Up) falla. Su poderoso mensaje inicial sobre el bloqueo sexual y personal que sufren las mujeres por culpa de una sociedad jerarquizada por lo masculino se acaba diluyendo, en forma de reality, en historias personales, terapias de grupo y llanto, mucho llanto.
Pole Dancing como revulsivo
Cuenta Sheila Kelley cómo descubrió lo femenina y sensual que podía llegar a ser gracias a su escena de baile en barra de la película "Dancing at the Blue Iguana" (Michael Radford). Ese día se formó la semilla que germinaría en la creación de su programa.
En paralelo, Michèle Ohayon nos presenta a Amy Bond, un instructora de pole dancing que busca dejar atrás su paso por la industria del cine para adultos y a Jenyne Butterfly, bailarina profesional. En esas historias cruzadas, Desnúdate rebélate (Strip Down, Rise Up) Up pierde la perspectiva y, a ratos, se convierte en una narración sobre el baile en barra más que en un alegato feminista.
Entre el conjunto de mujeres, se van revelando historias de abusos, violaciones, una viuda que descubre que su marido la engañaba, una mujer con cáncer y otra que quiere perder peso. Aquí la frontera se vuelve peligrosa. Se dibuja una línea hacia lo sensacionalista difícil de respetar. La directora se entrega de lleno a lo lacrimógeno y su mirada se posa en el drama para quedarse.
Conclusión
Intentar conectar el baile en barra (tremendamente sexualizado en nuestra sociedad patriarcal) con el feminismo es una apuesta tan original como arriesgada. Los mensajes de Kelley parecen forzados y poco creíbles. La actriz suena más a empresaria de coaching que a adalid del feminismo, y uno tiene la sensación de que la fundadora de S Factor es consciente de que vender su producto de esa manera es más efectivo que llamarlo simplemente, clases de baile en barra. Tampoco Michèle Ohayon consigue su objetivo en Desnúdate rebélate (Strip Down, Rise Up). En su viaje hacia el empoderamiento de la mujer, se equivoca de salida y acaba en ninguna parte.