Tierra de leche y miel, ópera prima dirigida por los directores Gonzalo RecioHéctor Domínguez-Viguera y Carlos Mora. Como hemos mencionado en la crítica del largometraje documental, la cinta alberga una cierta tranquilidad narrativa bastante inusual pero que no deja indiferente.

Nos han permitido hacerles una entrevista, la cual duró mas de una hora, donde nos han contado infinidad de momentos que vivieron junto con los protagonistas del documental. Desde el origen de la idea, pasando por la estructura del documental y las distintas historias de los protagonistas hasta los distintos proyectos de los directores y su propia visión del documental. ¡Muchas cosas!

En esta entrevista Gonzalo Recio no ha podido estar pero a lo largo de la misma Héctor Domínguez-Viguera y Carlos Mora han repetido en varias ocasiones la importancia de Gonzalo Recio en el montaje y en la dirección de la fotografía como clave fundamental para el desarrollo y la salida adelante del documental.

Tierra de leche y miel es sin duda una pieza de visionado obligatorio para finales de este 2020. 



Tierra de leche y miel
Carlos Mora, Héctor Domínguez-Viguera y Gonzalo Recio, directores de 'Tierra de leche y miel'.

Entrevista a Héctor Domínguez-Viguera y Carlos Mora de ‘Tierra de leche y miel’

Inicios de un gran viaje

Cristian Urriaga / Cinemagavia: En 2016, Gonzalo realiza el cortometraje documental Still Wind que está estrechamente relacionado con lo que se cuenta en Tierra de Leche y miel. ¿Es de ahí que surgió la necesidad de hacer un formato de largometraje documental? o, en su defecto, ¿de dónde nace?

Héctor Domínguez-Viguera: El documental de Gonzalo fue rodado en el primer viaje. Rodó varias cosas e hizo este cortometraje. El primer viaje lo emprendimos en 2016 y durante todo ese tiempo hemos estado buscando la película y solo fue en el último viaje que ya fuimos con las ideas mas claras, conociendo a las personas y conviviendo con ellas. El deseo de viajar, de hacer un gran viaje y hacer una película a lo largo de ese recorrido fue el vehículo y motor de este documental.

En ese momento estaba surgiendo toda esa crisis migratoria en Europa e investigamos sobre los desplazamientos provocados por la guerra y lo tan terrible de aquel momento. A nivel humano y político es mucho mas importante como son las consecuencias de una guerra. Los tres lo vimos claro. Pensamos que era esto. La idea de acercarnos a una crisis humana era algo que nunca habíamos hecho en el cine dado que veníamos de la ficción y de hablar sobre las inquietudes internas de cada uno. 

Carlos Mora: Fueron las ganas de hacer una película. Obviamente como cineastas tienes las antenas puestas y la sensibilidad a flor de piel de lo que sucede a tu alrededor. Hay mucho de amistad en el viaje. Además, nunca se pensó en el equipo técnico, si esta persona es mejor en una cosa o en esto otro. Fue la amistad. Sin duda. 

Héctor Domínguez-Viguera: Si no hubiese sido por esa amistad y por hacerlo los tres juntos, jamás lo hubiéramos hecho por lo menos de entrada. Igual por otros caminos si pero quizás no hubiese sido de igual forma. Está película se fundamenta por la amistad y por las ganas de vivir una gran aventura juntos. 

C.U. / CG: A nivel fotográfico e iluminación Tierra de leche y miel tiene planos muy bellos como el de los edificios que salen en el tráiler o algunas conversaciones de los personajes muy bien rodadas. Ibais con ellos y os enseñaban los sitios o a veces era la primera vez que visitabais ese lugar, ¿Cómo fue todo el proceso de construcción del documental?

C. M.: Yo creo que ha sido muy natural. El propio gusto de Gonzalo principalmente como director de fotografía. Con respecto a las localizaciones, en su gran mayoría, todos los lugares que aparecen en la película nosotros previamente fuimos con ellos.

H. D.: Como los queríamos mucho, teníamos una relación muy bonita y existía ese vínculo, cuando poníamos la cámara de alguna manera, quizás, se percibía ese cariño y por eso se puede encontrar algunos planos con cierta belleza. Por un lado, por supuesto, principalmente, Gonzalo, genio del montaje y fotografía. Pero por otro lado, habían otros lugares que a pesar de esa fealdad del espacio, de estar viviendo en medio de ninguna parte, ellos construían algo hermoso y nosotros filmábamos eso. Entonces, el resultado creo que también es una imagen hermosa.

C. M.: Detectamos también los vínculos familiares. Son personas incompletas en el sentido de no tener patria y han arrancado sus raíces, sus casas, sus trabajos, amigos, etc. Están en ese no lugar con una mirada hacia al pasado y que han dejado como decía, su gente, sus casas y sus amigos. Y con otra mirada también puesta en el futuro. Es una especie de desorientación muy fuerte pero se ven vínculos familiares muy fuertes que compensan esa falta de patria,  país o de lugar de residencia. Los vínculos familiares eran muy fuertes.

Héctor Domínguez-Viguera
Foto del perfil de Héctor Domínguez-Viguera en Facebook

El laborioso proceso de ‘Tierra de leche y miel’

C.U. / CG: A lo largo de Tierra de leche y miel no hay un contexto sociopolítico al uso del conflicto entre esos países y lo que se habla de política se hace de manera muy sutil y precisa como es una entrega de llaves en Georgia o mediante conversaciones entre los protagonistas. ¿Fue una decisión difícil de realizar o teníais miedo a que algo no se entendiera?

C. M.: Política hay en todo lo único que donde se puede diferenciar es en la forma en la que se llega a esa política. Hay una entrega de llaves en Georgia, donde está el político entregándolas. En este caso hemos hablado de política pronunciando algo pero desde lo humano, desde la intimidad de ellos, desde el paso del tiempo hacía las historias que nos van contando. Una vez has hecho este proceso, estas en su intimidad y en su día a día es ahí entonces donde sale la denuncia. Se puede decir que hay política en el documental pero desde lo humano.  

H. D.: Siempre intentando generar esa empatía desde el espectador como nos pasó a nosotros. Para nosotros fue una decisión clara y firme y en cierto modo arriesgada porque si que nos preguntamos en ciertas ocasiones de si realmente se iba a comprender porque son muchos países y muchos personajes. Ese diálogo y ese transitar entre un lugar y otro donde teníamos que encontrar esos nexos desde por ejemplo, el tema de los capítulos. Además, los personajes tenían mucho que ver entre sí y había muchas conexiones que se palpaban y nosotros las percibimos antes del montaje. 

C. M.: Mirsada cuando dice lo de los bancos de alimentos: “Nosotros nunca vamos a tener una vivienda digna”; Eso sale en sus conversaciones y ahí está la política. Ahí ves que llevan desde el año 95 después del cerco de Sarajevo esperando una solución que tiene que venir de la política y que nunca llega. Desde esa convivencia con Mirsada y con todos los personajes el conflicto político aflora como por ejemplo con las emociones. 

H. D.: Fue una decisión firme porque nos dimos cuenta de que si metíamos ese contexto la película sería otra. No podíamos meter información que te iba a llegar por otro lado. Teníamos que ser fieles a nuestra idea primigenia que era la de trabajar las emociones. 

C.U. / CG: Al ser tres directores en Tierra de leche y miel, ¿Cómo os organizasteis a la hora de pactar el tipo de planos o el proceso de creación? ¿Cómo fue?

H. D.: Ha sido un proceso de aprendizaje de nutrirnos unos de los otros bestial. Y como en todas amistades habían momentos de amor y de odio y también de conflicto. De ese conflicto a veces era un motor creativo muy importante para encontrar soluciones. De que no siempre está todo tan claro y de ahí surgen cosas importantes.

La propia película se iba imponiendo por encima de nuestros egos y el sentido común era lo que imperaba. Del ser humano que teníamos delante salió la decisión que teníamos que tomar y como llevábamos muchos años haciendo cine juntos, hemos estudiado juntos, bebiendo del mismo cine y creciendo en paralelo, tampoco surgieron tantísimas discrepancias. Los puntos de conexión son mucho mas grandes y sólidos que las discrepancias. 

C. M.: Posteriormente se unió al equipo Andrés, productor que ha hecho una labor fundamental para ponerlo todo en orden. A nivel creativo en el montaje, que ha sido larguísimo y arduo con miles de decisiones que tomar, Andrés, nos ha ayudado por contrastes, por el punto de vista mas externo por no haber venido y no haber conocido a esas personas. Es una visión mas limpia y pura. No tanto desde la emoción sino desde el propio cine. En este sentido, Andres ha sido un cineasta mas en la película. 

C.U. / CG: Antes de sacar la cámara vosotros intimabais y os relacionabais con las personas a las que ibais a grabar para establecer ese vínculo del que hemos hablado. Pero, ¿Cuáles eran los requisitos para sacar la cámara en Tierra de leche y miel?

H. D.: Primero les hacíamos partícipes de su creación como personajes, nos sentábamos con ellos y les explicábamos muy bien, durante mucho tiempo, que es lo que estábamos haciendo y una vez, ellos querían participar, nos habíamos hecho amigos, y se había establecido ese vínculo. Ahí empezaron a surgir distintas posibilidades sobre la mesa. Íbamos viendo con ellos que era lo mas interesante y nos proponían en base a lo que habíamos hablado.

Mirsada por ejemplo, nos decía que el miércoles iba a ir al campo de alimentos de Sarajevo y podía ser interesante grabarlo o que tal día iba a limpiar el piso que ella limpiaba o que había quedado con una amiga y era interesante el tema del que podían hablar, etc. Luego nosotros también estábamos abiertos a lo que sucediera. Buscábamos también que ellos viviesen ese momento con la máxima naturalidad y nosotros ser invisibles al tener esa confianza previa ya trabajada.  

C. M.: Habían momentos de preguntas que les hacíamos nosotros a ellos y ellos a nosotros pero también habían muchos silencios y muchísimo tiempo muerto de simplemente estar. Incluso ni pensabas en la película sino que te dejabas llevar con ellos. Eran tiempos de pasar tardes con ellos, comer, emborracharnos, cenar, etc. Por lo tanto, el proceso de sacar esas secuencias y planos era totalmente orgánico.

Carlos Mora
Foto del perfil de Carlos Mora en Facebook

Conociendo a los protagonistas

C.U. / CG: ¿De todas las personas que aparecen en Tierra de leche y miel os ha impactado alguna en especial que os haya dejado atónitos? 

H. D.: De todas las personas se nos ha quedado algo grabado. Pero especialmente, con los que, a mi juicio, entablamos una amistad mas profunda fue con la familia Siria. Con Alia y Hussein el nivel de convivencia fue mayor. El hecho de que su hija viniera desde Alemania y luego ella se volviese a ir. Son momentos muy íntimos que compartimos con ellos. Difíciles también a nivel emocional y alegres por otro lado. 

C. M.: Los conocimos en el primer viaje y hemos conocido en ellos un desarrollo importante. En el primer viaje ellos estaban en un campo de refugiados y en el segundo viaje, una ONG en Polykastro, les dio un hogar donde poder vivir. Eran de los últimos refugiados sirios que quedaban en ese campo de refugiados. Hemos convivido con ellos y les hemos acompañado en esa travesía hasta Alemania que es donde están ahora. Pero, en general, con todos los que hemos conocido nos hemos llevado algo.

C.U. / CG: Conocer a los personajes de esta historia tiene que ser impactante porque es otro modo de ver mas cercano la problemática que hay con estas familias. ¿Cómo lo vivisteis? 

H. D.: Conocerlos nos ha transformado que es lo bonito de haber hecho esta película. Tener la oportunidad de encontrarnos con estas personas, que nos permitieran entrar en sus vidas y se abrieran a nosotros con tanta generosidad. Digamos que mucho más allá del resultado, es el proceso, la forma en la que nos conocimos y el tiempo que pasamos con ellos de convivencia, que fue mucho antes de sacar la cámara por primera vez. Todo eso fue para nosotros mucho más importante que el resultado. Que sabíamos cuando estábamos viviendo esas experiencias que valía la pena con creces nuestro viaje, la aventura, el intento de hacer una película y demás. 

C. M.: El proceso lo he disfrutado mucho. Es una sensación un poco encontrada por las historias que te cuentan y el cómo te cuentan sus experiencias en este horror tan lejano para nosotros. Pero, a la vez poder compartir tiempo con ellos y con el proceso de creación de la película, con Héctor y con Gonzalo, que somos a parte de compañeros muy buenos amigos, es lo que creo que ha sido muy importante. Ha sido un proceso muy vital.

Directores Tierra de leche y miel
Carlos Mora, Héctor Domínguez-Viguera y Gonzalo Recio, directores de 'Tierra de leche y miel'.

Futuro abierto y conclusiones

C.U. / CG: ¿Os volveréis a juntar de nuevo los tres?

H. D.: No descarto para nada volver a hacer una película con ellos. Ahora no porque también necesito dirigir porque creo que es necesario pasar de proyectos mas colaborativos a otros en los que diriges tu mismo. Ambas cosas son enriquecedoras pero necesitas también transitar por aspectos diferentes. Cuanto mas tiempo pase será mas un deseo de volver a ser jóvenes y vivir una nueva aventura. 

C. M.: Yo no lo descarto. Trabajar con ellos seria maravilloso. Con Gonzalo, con Héctor y Andrés. Sin duda. 

C.U. / CG: Si pudierais definir Tierra de leche y miel con una frase en concreto, ¿Cuál sería?

C. M.: Yo diría amistad. La amistad de los directores, la amistad con Andrés y la amistad con las personas que hemos retratado. Amistad. 

H. D.: Algo entre amistad, viaje, la experiencia del desplazamiento. Amistad y viaje. El viaje es fundamental también. 

Tierra de leche y miel
Carlos Mora, Héctor Domínguez-Viguera y Gonzalo Recio, directores de 'Tierra de leche y miel'.

Biografía e información adicional de los tres directores de Tierra de leche y miel en Madavenue.

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