El Carnaval de las Almas (Carnival of Souls) es una película de terror del año 1962, de exiguo presupuesto y creciente culto, que ha conseguido convertirse en un pequeño clásico. Su apuesta por las atmósferas enrarecidas y el terror psicológico definen los pilares sobre lo que se asienta la película. Un oscuro y sutil relato de fantasmas que supuso el único largometraje de su director, Herk Harvey.
Resumen
Ficha Técnica
Título: El Carnaval de las Almas
Título original: Carnival of Souls
Reparto:
Candace Hilligoss (Mary Henry)
Herk Harvey (El Hombre)
Sidney Berger (John Linden)
Frances Feist (Mrs. Thomas)
Art Ellison (Sacerdote)
Stan Levitt (Doctor Samuels)
Año: 1962
Duración: 78 minutos
País: Estados Unidos
Director: Herk Harvey
Guion: John Clifford
Fotografía: Maurice Prather
Música: Gene Moore
Género: Terror
Distribuidor:
Sinopsis
Mary Henry es víctima de un accidente automovilístico; desde un puente colgante su vehículo se ha precipitado a un río. Horas después, Mary aparece sola y desorientada en un banco de arena. En seguida notará que el mundo que le rodea ha cambiado. La línea que separa a los vivos de los muertos se hace cada vez más borrosa. Es entonces cuando aparecen… ellos..
Dónde se puede ver la película en streaming
Hay diversas manearas de ponderar el valor de una película. Se puede hacer en base al éxito de taquilla, la consideración de generacional al representar los valores e idiosincrasia de un determinado momento, por los premios, etc. La valoración de El Carnaval de las Almas, valores cinematográficos al margen, es por su oceánica influencia. Partiendo de un éxito nulo, de una distribución menesterosa, y de ser un película de escasísimos medios ha llegado a ser obra de gran importancia para ilustres creadores.
George A. Romero ha señalado la influencia que tuvo para su seminal La Noche de los Muertos Vivientes (1968), cosa que se comprende viendo el aspecto de algunas de sus "apariciones" y de determinadas escenas. También ha dejado su impronta en David Lynch, por sus atmósferas oníricas, y cuyo sentido de pesadilla se dejan notar en, por ejemplo, Cabeza Borradora (1977). Por citar un par de ejemplos más, James Wan la menciona como una de sus referencias para la creación de Insidious (2010) y conceptualmente Shyamalan recibe ideas muy valiosas.
¿Y qué nos cuenta El Carnaval de las Almas para ser fuente de inspiración de tan diversa índole? Nos cuenta la historia de Mary Henry (Candace Hilligoss), una organista que en un pique entre dos coches sufre un grave accidente al caer con su automóvil en un río. Desde ese momento, Mary comienza a tener perturbadoras visiones de un ser fantasmal, y a tener ciertas experiencias que parecen alejarla del mundo.
Alguien te observa
El Carnaval de las Almas consigue perturbar con modestia, pero con maestría, utilizando agudamente los recursos más esenciales a su alcance. Fotografía, iluminación. montaje, música... En todo ello prevalece la creación de atmósfera, tan irreal como para asustar, pero lo suficientemente cercana para incomodar. Los miedos en sí son bastante primarios, como por ejemplo la sensación de sentirse observado, de una manera súbita e inexplicable. De aquí nacerán miedos más metafísicos.
La utilización de la fotografía y la iluminación tiene momentos magistrales. Baste con observar la escena en la que Mary va conduciendo, en medio de una noche lóbrega, de grandes claroscuros cuando, sin fastos ni subrayados, vemos la primera "aparición". Algo así como la escena de la huida en coche de Marion Crane en Psicosis (1960), pero envuelta en un silencio fantasmal roto apenas por una música de órgano minimalista y monocorde.
La música de Gene Moore, del que no tengo más referencias, es persistente y de querencia vanguardista. A veces resulta incómoda, pero por el mismo hecho de que su misión es exactamente ésa. Hay momentos en que combinada con el montaje, como la escena en que Mary toca el órgano en la iglesia, produce efectos de gran potencia. En esta escena vemos, casi sentimos, un éxtasis alucinado, medio sacrílego, donde la mezcla de imágenes aleatorias (o no tanto) es absolutamente inquietante.
Una historia psicológica
La historia de El Carnaval de las Almas, es también una narración de derrumbe psicológico, de una mente en absoluta zozobra. Las tribulaciones de Candance Hilligoss recuerdan un poco a las de Catherine Denevue en Repulsión (1965), de Roman Polanski. La pura alucinación va haciendo progresivamente vulnerable el aspecto psicológico de una persona. La película muestra una calculada ambigüedad entre la razón plausible, como el trauma tras un accidente de coche, y una de características sobrenaturales. Para acabar de completar el cuadro, Mary siente una intensa fascinación por una especie de parque de atracciones abandonado en las inmediaciones de un lago.
Algunos personajes son simbólicos de ciertas perspectivas. De este modo, los personajes del médico y del sacerdote ofrecen las visiones de la ciencia y de la fe como reacción a lo que le ocurre a Mary. Sin embargo, ninguna de las visiones es triunfante. El doctor Samuels no atina a explicar, con sus argumentos casi psicoanalíticos, las visiones de Mary, y por su parte el sacerdote acaba mostrando una extraña hostilidad. De tal modo que la sensación de soledad del personaje interpretado por Cadence Hilligoss es descorazonadora.
Así pues, tenemos la dicotomía entre ciencia y espiritualidad, los posibles efectos de un shock postraumático y la sombra de un mundo extraño adentrándose en la vida de la protagonista. Como todo queda un poco metafísico, hay una ligadura a un mundo más terrenal en la forma del pesado de John Linden (Sidney Berger), siempre tratando de seducir a Mary, hasta casi llegar al acoso. Por supuesto, tampoco ofrece ayuda, ni comprensión, acrecentando la sensación impotencia y soledad.
Las actuaciones y otros detalles
El Carnaval de las Almas tiene un aire completamente principiante, al menos en los que respecta al cine narrativo (tanto el director como el guionista, venían de hacer películas didácticas, sobre temas industriales sobre todo). Ninguno de los actores tuvo una carrera fructífera o constante en el cine. De hecho, se dice que el representante de Cadence Hilligoss dejó de representarla tras esta película. Hay que comprenderlo, la película dispuso de un presupuesto de 33.000 $, y se terminó en apenas tres semanas. Por mucho que sobre entusiasmo, falta casi todo lo demás, y afecta a todos los órdenes de película. Y sin embargo el resultado final tiene acabado fascinante, dentro de su baratura.
De todos modos, la actuación de Candace Hilligoss tiene momentos destacados, donde el extravío mental, la desesperación, y cierta frialdad están bien representados. Pero no es una película memorable por sus actuaciones. Acaso si se pueda decir que los actores son creíbles dentro del arquetipo que tienen que representar. Como curiosidad, el director hace él mismo de la aparición principal.
Por otro lado, cabe decir que si bien El Carnaval de las Almas es el kilómetro cero de muchas obras posteriores, no está exenta de haber recibido sus propias influencias. Así pues, el cuento de Ambrose Bierce, El Incidente del Puente del Búho sugiere una base conceptual bastante parecida. Y en lo audiovisual hay cierta semejanzas con el episodio de La Dimensión Desconocida llamado El Autoestopista (1960). Y es que pocas cosas parten de cero, pero El Carnaval de las Almas coge algunos apuntes para que otras películas posteriores tomaran nota.
Dentro del género de terror es difícil encontrar una película que acumule tantos méritos para ser considerada como una obra de culto. Justamente resarcida de sus fracasos y olvidos iniciales, cada vez está más establecida en el imaginario colectivo de los aficionados al género como una indiscutible piedra de toque. Y todavía, a día de hoy, consigue que nos movamos incómodos en nuestro sillón al asistir a su peculiar sentido de la atmósfera.
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