Asistimos a un momento en el que el thriller español ha progresado de temer a hacer de tripas corazón con respecto a la esencia del mismo. Pasando por una americanización (aún vigente), y la que es ahora, una nueva revitalización desde una óptica con fondo social. No muy apartada del cine de personajes del nuevo Hollywood de la década de los 70, buscando un realismo que entronca con una percepción desequilibrada en la psicología de sus personajes. Y es precisamente en este soplo de aire fresco donde podemos incluir El Comercial, de Lorenzo Lerín (El Ornitólogo, El Mecánico).
Título: El Comercial Título original: El Comercial
Reparto: Ángel Fós
Jorge Ferrer
Lorenzo Sánchez
David Pellicer
Elia Soler
Jon López
Miguel Agulló
Vicente Guillot
Año: 2020 Duración: 13 min País: España Dirección: Lorenzo Lerín Guion: Lorenzo Lerín Fotografía: Jaume Verdú Género: Drama Distribución: YAQ Distribución
Tráiler de 'El Comercial'
Sinopsis de 'El Comercial'
El Comercialnos presenta a Iván, una persona de carácter impulsivo e irracional, que, finalmente, decide dar un paso adelante en su vida, dejando atrás la figura de la persona que condicionó su vida por completo: su padre. (YAQ DISTRIBUCIÓN).
Infancia quebrada
Lerín sitúa a su protagonista Iván en un momento de su infancia; su padre acaba de regresar de una larga jornada laboral como comercial a puerta fría. Desde el primer instante, vemos que hay una frustración interiorizada por parte de un hombre gris, que parece no tener mucho aprecio, ni tiempo, hacia su hijo. Un hijo que está insertado en un contexto de práctico abandono, a juzgar por el destartalado entorno que apreciamos dentro del hogar.
No tardaremos en comprobar, a través de acciones muy específicas, que hay una intención por parte de Lerín de mostrar la génesis de un trauma. Quedando la circunstancia implícita de esta malsana relación paternofilial en un suspenso. La puesta en escena escarba en la proximidad, pero sin ser inmersiva, lo cual es de agradecer, porque favorece la identificación con el infante Iván, pero no queda relegada a un carácter de mera denuncia. El diálogo es ínfimo, son las acciones las que hablan por los personajes, una sola pequeña muestra de algo que se echa en debida falta en el cine actual: mayor empaque visual, y menor exposición verbal.
Este prólogo, no hará sino mostrarnos a continuación, lo que en apariencia es, otro protagonista; o eso creemos. Otro comercial, iniciando su jornada. De pronto parece que el tono hasta ha cambiado, y que nos encontramos ante un film de temática laboral cualquiera. Hasta que de pronto nos topamos con un Iván adulto (Ángel Fós), evidentemente marcado por el prólogo al que hemos asistido. Y, es entonces, cuando el thriller, en una vertiente de fuerte connotación psicológica, hace acto de presencia.
De lo mental, a lo policial
La dinámica de thriller de asesinos en serie no tarda en instalarse, dos agentes son presentados durante una patrulla de reconocimiento. A ello habría que añadir, un montaje en paralelo, en donde empezamos a conocer hasta qué punto el trastorno de la sumisa relación de Iván con su padre, lo ha llevado a asistir a terapia.
Y aún con esta bifurcación de género, el paradigma sigue siendo el mismo: ¿Qué convierte a un individuo en un asesino en serie? Aquí es donde es inevitable la comparativa con thrillers que intentaron dar respuesta a ello, ya fuera desde una perspectiva clínica, como lo hiciera Richard Fleischer en El estrangulador de Boston, 1968, o más recientemente Todd Phillips, desde una óptica político-socio-cultural con Joker, 2019.
Quizás, Lerín, debiera haberse percatado que por el material que manejaba desde el texto, la trama demandaba un enfoque más analítico, quizás un estudio acerca de la violencia, y al por qué de la efectuación de la misma hacia los demás, como vía de escape a las pulsiones internas. Rasgos que en buena parte de su contenido El Comercial comparte con El vídeo de Benny, de Haneke, 1992, o Una historia de violencia, de Cronenberg, 2005.
Ante todo, porque se aprecia que esa última huida a contrarreloj de la policía, resulta vacua y poco integrada, sintiéndose hasta forzosa en el conjunto de la trama. Que no desmerece ni por asomo, que la fotografía de Jaume Verdú, se adapte en todo momento a las circunstancias dadas. Sin resultar artificiosa y adhiriéndose a la dirección de arte de Ismael Ventura, que apaga los tonos, pero que no deja de reflejar cierto regusto por una colorimetría asociada al giallo ejercido por Mario Bava, y del que es continuador en cierta medida, Nicholas Winding Refn, mediante su estética del neón.
Conclusión
El Comercial es un notable trabajo, especialmente en su dirección, que no pierde de vista el quid de la cuestión que plantea, si bien no da respuestas, ni se pronuncia al respecto, desviándose de forma irregular hacia el ámbito policial. No resulta efectista, dado que la mirada de Lerín pone y presta especial atención a los detalles, confiriendo a los personajes una dimensión profunda y cercana. El elenco cumple en buena medida su función, haciendo que la historia funcione.
Si bien el nivel del acting no es el mismo en todos los casos. Su proximidad a los albores de la corrupción del alma humana, así como el particular interés por los actos de dominación que se acometen entre individuos, hacen de Lerín un cineasta con enorme potencial directivo, y de un mundo propio, siendo su mirada directa e implacable; sin cortarse un pelo a la hora de mostrar lo peor del humano.