El pasado 1 de febrero se estrenó El cuerpo más bonito que se habrá encontrado nunca en este lugar en el Teatro de la Abadía. Escrita por Josep María Miró, cuenta con la dirección de Xavier Albertí. Protagonizada por Pere Arquillué, se ha convertido en una de las obras que ha triunfado en estos primeros meses del 2024, siendo aclamada por crítica y público. Estará en cartel hasta el 18 de febrero.



El cuerpo más bonito que se habrá encontrado nunca en este lugar

Crítica de 'El cuerpo más bonito que se habrá encontrado nunca en este lugar'

Ficha Técnica

Título: El cuerpo más bonito que se habrá encontrado nunca en este lugar
Título original: El cuerpo más bonito que se habrá encontrado nunca en este lugar

Reparto:
Pere Arquillué

Duración: 105 min. apróx.
Dirección: Xavier Albertí
Dramaturgia: Josep María Miró
Diseño de iluminación, escenografía y composición musical: Xavier Albertí
Traducción al castellano:
Eva Vallines
Ayudante de dirección:
Roger Vila
Producción ejecutiva y regidoría:
Marta Colell
Dirección de producción:
Josep Domènech
Músicos:
Quirze Egea y Sergi Llopart
Producción: Temporada Alta, en co-producción con Teatre Romea

Tráiler de 'El cuerpo más bonito que se habrá encontrado nunca en este lugar' 

Sinopsis de 'El cuerpo más bonito que se habrá encontrado nunca en este lugar'

El cuerpo más bonito que se habrá encontrado nunca en este lugar nos presenta el cuerpo de un joven de diecisiete años, que aparece muerto, vestido únicamente con un bañador rojo y unas zapatillas deportivas, en medio de un campo de forraje. El hallazgo de este cadáver inicia este texto para un único intérprete, donde a través de varias voces, como si de un ritual de exorcismo se tratara, el público se adentra en este hecho y el bellísimo paisaje rural de un pequeño pueblo en el que, aparentemente, nunca pasa nada. Se conocerá a algunos de sus habitantes, los secretos que se esconden y, sobre todo, la figura de su padre, Ramis, que murió hace una década y se convierte en una pieza crucial en este Rashomon.

El texto de la obra, publicado por editorial Artezblai, está a la venta en el teatro en los días de función. (TEATRO DE LA ABADÍA). 



El cuerpo más bonito que se habrá encontrado nunca en este lugar
Foto de Temporada Alta

Los vestigios de una realidad corrompida

Josep María Miró se lanza ante una de las aventuras más complejas de su vasta carrera teatral con El cuerpo más bonito que se habrá encontrado nunca en este lugar. El libreto goza de un vocabulario y un cuidado de la lengua de alto nivel, que, sin duda, hará las delicias de aquellos que busquen deleitarse también con el lenguaje. Cabe aplaudir que tiene mucha importancia apostar por piezas en las que se colme de unas construcciones lingüísticas trabajadas y de una riqueza que sea un disfrute para el oyente. Asimismo, se acompaña de un universo en el que se disparan varias vertientes, realidades, perspectivas y emociones, lo que dota de matices a la obra y no se queda únicamente en una mirada.

Sin embargo, al afrontar unos sucesos de máxime sensibilidad, hay ciertas expresiones y formas de abordarlo que podrían chirriar por la naturaleza de lo comentado. Lo explícito puede ser disruptivo, rompedor, pero, en este caso, podría pecar de introducir un imaginario que limita con el morbo y al ser personajes que no están en el mismo código, resulta incómodo. En consecuencia, se revela una disonancia entre el cariz de la historia y su intención, más allá de la brillantez literaria. Además, se une la densidad con la que proclama la dramaturgia, donde si se desea comprender cada una de las descripciones que se da, se dificulta por la cantidad de información y el poco tiempo, en varios casos, de digerirlo. Sin duda, seguramente sea un texto que sea una maravilla de leer, pero al pasar a la acción teatral, podría no gozar del mismo impacto.

Teatro de la Abadía
Foto de Temporada Alta

Solo ante el peligro

La propuesta elegida en El cuerpo más bonito que se habrá encontrado nunca en este lugar es arriesgada, dado que ahorra en elementos escénicos para dar importancia casi total al actor sobre la escena. Pere Arquillué es el encargado de transformarse en la obra en los diferentes personajes que deambulan por esta historia. En primer lugar, se aplaude el magnífico trabajo expresivo que realiza a nivel vocal, siendo una de sus principales bazas, al dar a cada personaje una personalidad propia mediante este recurso. Asimismo, el leve lenguaje corporal es elegante y da esa sensación de intimidad, aunque una vez se ha pasado la primera parte, puede resultar algo reiterativo. Aun así, funciona correctamente.

Sin elementos en los que apoyarse, más que su propio cuerpo, utiliza éste de forma que sea su estandarte. No obstante, aquello que engancha más a la audiencia es el cuidado que ofrece con cada una de las palabras del guion. Una perfecta dicción, que facilita al máximo la comprensión de cada una de las partes de la dramaturgia. También se debe aplaudir la presencia escénica que aporta el autor, con una fuerza intrínseca y nada forzada que permite que haga frente este reto y, a nivel interpretativo, logre ganarlo. Con lo cual, su trabajo sobre la escena es de los mejores aspectos que tiene este montaje.

Teatro de la Abadía
Foto de Temporada Alta

Un foco y nada más

En varias ocasiones se puede esperar de obras de teatro, en ciertos espacios, puesta en escena de gran inversión y dimensión. Sin embargo, en El cuerpo más bonito que se habrá encontrado nunca en este lugar se apuesta por un absoluto minimalismo a nivel escenográfico. Así se muestra tan solo un foco como el principal y único elemento sobre el escenario. Sin duda, se aplaude la decisión, remarcando la importancia del actor como única estrategia para dar vida al espectáculo. No obstante, se puede echar en falta un diseño de iluminación que pudiera dar más juego al espacio escénico, ya que se echa en falta más matices artísticamente o estéticamente, ya que se ve que se puede hacer, como ocurre con la tela roja. El espacio sonoro podría explotarse más, como sucede con la música en el desenlace.

La dirección de Xavier Albertí suele ser sinónimo de calidad y así lo ha demostrado en varios montajes en los que se ha puesto al frente. En esta ocasión, ha sabido dejar todo atado ante la estrategia planteada, por lo que, se ve una labor concienzuda en torno a esta estrategia teatral. Lógicamente, como se ha mencionado previamente, al plantearse ante un texto de esta índole, no es un ejercicio fácil. Por lo que, se valora que haya ido a por todas, ya cale o no de la misma manera en cada espectador. El ritmo de la pieza nada en una contemplación, que exige a los espectadores una atención elevada, ya que al tener tanto detalle, se debe dirigir la atención ante lo que sucede en el escenario. No obstante, no es fácil, ya que la densidad provoca varios puntos de desconexión.

El cuerpo más bonito que se habrá encontrado nunca en este lugar
Foto de Temporada Alta

Conclusión

El cuerpo más bonito que se habrá encontrado nunca en este lugar goza de una riqueza de texto, que abre un reto de gran envergadura. Por ello, se valora la calidad del libreto, pero se echa en falta una estrategia que aporte más prismas más allá de lo que se extrae del texto. Con lo cual, sería un placer leerlo, pero verlo sobre las tablas no logra la misma respuesta. Por otro lado, Pere Arquillué muestra un trabajo impoluto, fijándose especialmente en lo vocal, siendo esta su principal baza. A nivel técnico, se aplaude el riesgo, pero no logra establecer puntos de sorpresa, siendo complicado conectar en varios momentos. Una oda a la palabra, donde se echa en falta más acción, ya sea corporal o expresivo.

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