"El maestro que prometió el mar": La importancia de la pedagogía

El maestro que prometió el mar es la emotiva historia real del maestro Antoni Benaiges, la película pone en valor la lucha de tantas familias que todavía buscan a sus familiares enterrados anónimamente en fosas comunes. (FILMAX).

Dónde se puede ver la película en streaming

Amar la profesión

La historia y vida de Antoni Benaiges ha dejado de ser invisible desde hace ya unos años gracias a producciones que reivindican su figura y han sabido reconstruir su memoria. En esta ocasión, Albert Val y Patricia Font homenajean la figura del profesor a través de una película llena de sensibilidad y con una profundidad de gran valor. A pesar de un inicio algo menos lúcido, en cuanto se inicia este viaje hacia la memoria, el espectador queda fascinado por lo que transmite El maestro que prometió el mar. La razón no es otra que se extrae un mensaje donde se subraya la necesidad de abrir la mente en la educación, la necesidad de respetar a los pequeños y como aprender será siempre la llave ante la represión.

Con lo cual, han sabido sacar pecho y dar un punto de vista distinto al conflicto de la Guerra Civil española, que ha sido explotado en varias ocasiones en el panorama cinematográfico español. Por este motivo, se debe aplaudir que hayan logrado una voz propia que les aparte de producciones previas, que hubieran podido opacar su luz. Gracias a ello, no solo se muestra respeto a la figura de Benaiges, sino también a toda una generación que no se ha permitido recordar. No es un panfleto político, ni mucho menos, sino que es una oda a la humanidad, a la sinceridad, a la pasión a una profesión tan importante como es la enseñanza. Asimismo, hay que destacar que la estructura del texto ha sabido ir afianzando la conexión entre el público y los personajes, siendo esta una de sus principales virtudes. Por cierto, hay que prepar clínex, el final es desgarrador.

El calor de la verdad

Uno de los motivos por los que merece la pena deleitarse con una película tan especial como El maestro que prometió el mar es por su elenco actoral. A pesar de dar la impresión de ser un reparto numeroso, la realidad es que han sabido equilibrar y dar su lugar a cada uno de los intérpretes para lucirse. Para comenzar, Enric Auquer está ante uno de los mejores papeles de su trayectoria, gracias a su capacidad de transmitir verdad y cercanía, la ternura inunda su labor ante la cámara sin perder ni un ápice de verdad. Es el perfecto maestro de ceremonias de esta pieza, una actuación íntima, humana y, sobre todo, llena de sinceridad. La entrega de Auquer es total, por lo que, no sería de extrañar que se convirtiera en uno de los trabajos destacados de este 2023.

Laia Costa no se queda atrás. A pesar de tener que lidiar con un arranque algo menos virtuoso, poco a poco va ganándose al espectador. No logra la misma conexión con el público, pero sirve de punto de unión entre presente y futuro de una forma muy orgánica. Con lo cual, su cometido lo cumple. Además, es innegable que Costa tiene una personalidad especial, que hace que todo fluya de una manera muy orgánica. Después, Luisa Gavasa disfruta y eso se puede percibir desde el primer minuto. Se muestra cómoda, saca jugo a su papel y tiene una sinergia muy bonita con Auquer en pantalla. Por último, aplaudir el gran trabajo con el reparto infantil, todos ellos son una maravilla, demostrando que el talento de los más pequeños es fundamental para películas de esta índole.

Recordar para vivir

Después de un texto magnífico, un reparto de lujo, el reto a nivel técnico y artístico de El maestro que prometió el mar era alto. Saber cómo acompañar esta historia, sin caer en lo banal o típico, hace que se valore la estrategia visual que se ha llevado a cabo. Con lo cual, Patricia Font puede celebrar que ha llegado su intención y su mensaje, consiguiendo dar vida a todas las emociones que recorre el film y escenificándolo con una veracidad llena de virtud. Por ello, no solo se ve el gran despliegue para llevar históricamente al espectador a los años 30, sino la forma de transmitir la energía entre los actores para dar esa sensación de hogar. También se juega con la iluminación, trayendo una propuesta muy luminosa, en la mayor parte del metraje, que contrasta con las sombras cuando debe.

La dirección de arte ha sabido escoger qué símbolos merecen ser destacados, no solo a nivel narrativo, sino también a nivel estético. De esta forma, evita dar todo el peso al guion, pudiendo la propia imagen hablar por sí sola. En este sentido, se ha realizado una labor fantástica. Lo mismo sucede con la dirección de fotografía que plasma todo ese recorrido personal, forjando una mirada íntima sin perder en ningún momento el detalle. También goza de una sensibilidad y un gusto la banda sonora, viéndose una composición que deja fluir todas las sensaciones que emergen viéndose este film. Por último, el ritmo de la película es preciso, no va a matacaballo ni busca un dinamismo per sé, sino que da tiempo a la contemplación, así como lo equilibra con parte más vivaces. En su punto justo.

Conclusión

El maestro que prometió el mar es una oda a lo importante que es la pedagogía, mediante una historia llena de sensibilidad, emoción y verdad. Gracias a ello, el guion ha sabido reivindicar no solo la figura de Antoni Benaiges, sino de toda una generación marcada por el silencio. El elenco actoral está maravilloso, liderado por un espléndido Enric Auquer. A nivel técnico y artístico, han sabido captar la esencia personal, íntima y sensitiva que necesita este film. Un canto al recuerdo, un homenaje emotivo, lleno de sinceridad. Auténtico cine.

Reportaje de El maestro que prometió el mar en Días de Cine TVE

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