El mejor de los sentidos, escrita por Luis Flor y con la dirección a cargo de Juan Carlos Talavera, se ha estrenado en los Teatros Luchana el pasado sábado 28 de noviembre.
Protagonizada por el mismo Luis Flor, además de por Felipe Andrés y Susana Hernáiz, es una historia de amistad que pretende mostrar el poder sanador de la comedia dirigiendo nuestra mirada hacia el lado positivo de la vida.
Título: El mejor de los sentidos Título original: El mejor de los sentidos
Reparto: Felipe Andrés (Floren) Susana Hernáiz (Úrsula) Luis Flor (Marc) Carmen Gutiérrez (Voz en off)
Duración: 80 min. apróx. Dirección: Juan Carlos Talavera Dramaturgia: Luis Flor Espacio sonoro: Nazan López
Iluminación y jefa técnica: Sara Moyano
Vestuario: Manuela Santos
Fotografía: Jesús Mayorga Diseño cartel: María La Cartelera Dossier: José Santiago Jefa de prensa: María Díaz Producción ejecutiva: Felipe Andrés y Luis Flor Productores asociados: Susana Hernáiz y Juan Carlos Talavera Producción: Poseidón Teatro y Felipe Andrés Producciones
Tráiler de 'El mejor de los sentidos'
Sinopsis de 'El mejor de los sentidos'
Con el estreno de El mejor de los sentidos conoceremos a dos amigos. Floren y Marc. Uno, actor en horas bajas que se está quedando sordo y con una vida amorosa lamentable. El otro, un treintañero, que vive con su madre a cuerpo de rey, y a quien la sola idea de tener que ganarse la vida por sí mismo, le causa una agotadora crisis personal.
Un buen día conocen a la nueva «gurú» de la madre de Marc, Úrsula. El encuentro con esta enigmática mujer, desencadenará una serie de divertidos contratiempos que les cambiará la vida para siempre.
Se abre el telón
Mientras esperamos que empiece El mejor de los sentidos, se escuchan tenuemente en el teatro los primeros acordes de “Moon River”, de Henry Mancini. Una de las bandas sonoras más famosas de todos los tiempos que a todos nos arranca una sonrisa de felicidad y nos hace rememorar la maravillosa escena con que comienza la película Desayuno con diamantes. Blake Edwards, que la dirigió y obtuvo cinco nominaciones a los Óscar en 1961, fue capaz de vendernos casi como un cuento de hadas la sórdida historia de una mujer sin escrúpulos que se vende al mejor postor como si fuera una jovencita inocente, casi virginal.
Según palabras del propio director de la obra, Juan Carlos Talavera, en el dossier de prensa de El mejor de los sentidos: ”ese toque de glamour del cine de Edwards, la alta comedia de ayer y de siempre inspira su montaje”.
Pero en vez de ese glamour que nos prometen, vemos al personaje que interpreta a un rico aburrido de la vida, en batín, un batín glamuroso, eso sí, preparando cócteles. Y... para de contar.
Glamour con mayúsculas es ver a Audrey Herpburn con su vestido negro de Givenchy y gafas de sol comiendo un croissant mirando el escaparate de Tiffany’s.
Aquí, sin embargo, el glamour ni está ni se le espera.
El escenario muestra un jardín, lo que según el director es “un espacio real que apela a los sentidos y que, al mismo tiempo, en nuestra cultura, es todo un símbolo del pensamiento y de la imaginación artística”.
Desde el patio de butacas, nuestros sentidos lo que ven es… un jardín. El jardín de un adosado con muebles de plástico blanco.
Una historia de amistad
Dos amigos, Marc y Floren, interpretados por Luis Flor y Felipe Andrés, cada uno arrastrando sus miserias por la vida, verán sus vidas trastocadas por la irrupción de una tercera en discordia, Úrsula, que volverá del revés su existencia, interpretada por Susana Herráiz.
“El humor, es sencillamente, una posición frente a la vida”, dijo Wenceslao Fernández Flores en su discurso de ingreso en la Real Academia Española, y eso es lo que de alguna manera tratan de decirnos con la obra, pero el mensaje apenas llega al espectador. No hacen gracia los chistes o bromas sobre personas con discapacidad auditiva o ni cómo se mencionan las profesiones con menor cualificación. El humor es una cosa muy seria que hay que hilar con hilo de plata para no caer en el despropósito o la ofensa.
Sí que hay que decir que se trata con total naturalidad el tema LGTBI que aparece en la obra, circunstancia que siempre es de agradecer, por un lado, por la sensibilidad del tratamiento, y por otro, por la visibilidad que le otorga.
El elenco intenta dignamente salvar una comedia que hace aguas desde su base, desde su misma esencia más bien. Le falta fuerza, sentimiento, calado. El mejor de los sentidos quiere ser una comedia que apuesta por el optimismo y la capacidad de superación, pero, a pesar de los intentos de los actores, cuesta trabajo entender lo que nos quieren transmitir con las tribulaciones de estos tres personajes.
Conclusión
El mejor de los sentidos se plantea como una adivinanza que nos plantea una pregunta final: ¿Cuál es el mejor de los sentidos? Pues realmente, con lo que vemos en el escenario, no tenemos ni idea de a qué sentido se refiere.
Después de 80 largos minutos en los que vemos a los actores andando arriba y abajo del escenario, en los que se alude a una queridísima e importantísima cómica ya fallecida, donde asistimos a lloros, gritos y situaciones esperpénticas, no sabemos bien de qué va la historia, ni si cuando se apagan las luces la función se ha terminado, o es un descanso, ni vemos el humor por ningún sitio.
Una comedia que quiere ser un canto al optimismo y la superación, además de un homenaje a los cómicos españoles, pero que se queda en eso, en un simple intento, una historia sin gancho, floja y vacía.