"El perro del hortelano": Lope brilla con Paco Mir

El perro del hortelano es una obra palatina de enredo en la que una condesa, viendo que una de sus criadas se ha enamorado de su secretario, tiene un ataque de celos y, olvidándose de la diferencia de clases, se encapricha de su sirviente a pesar de que su honor de condesa pueda quedar mancillado. Los pretendientes de la condesa, alarmados por los acontecimientos, contratan a un matador para librarse del sirviente, pero, a última hora, una argucia convierte al secretario en el hijo perdido de un conde, por lo que la boda entre la condesa y su sirviente pone un final feliz a la comedia. (TEATROS DEL CANAL). 

Pero, ¿dónde está la compañía?

Por un error de agenda, la troupe que debería representar El perro del hortelano se encuentra a kilómetros de distancia. Solo dos técnicos se enfrentan al reto de no defraudar al público. Deben poner en escena la comedia, con escasos recursos, pero con mucha imaginación y con la ayuda de dos actrices locales.

Este tópico del teatro dentro del teatro, que es profundamente barroco, resulta actualizado por Paco Mir, con una propuesta llena de ironía y de comicidad. El propio Lope de Vega exploró este recurso en Lo fingido verdadero, que pudimos disfrutar la pasada temporada en el Teatro de la Comedia. El espíritu de Tricicle impregna el montaje, repleto de gags visuales, juegos de palabras y una ruptura constante de la cuarta pared.

Un excelente trabajo actoral

Los enredos amorosos de la voluble condesa Diana de Miranda y su secretario Teodoro se popularizaron con la versión cinematográfica de Pilar Miró en 1996. Las intrigas, los celos, las identidades fingidas y, sobre todo, la lengua de Lope permanecen en esta renovada versión. Paco Mir sacrifica lo purista y académico, pero el resultado es oxigenante y lleno de vitalidad.

Si el acercamiento al texto es original y acertado, las extraordinarias interpretaciones de sus cuatro protagonistas acaban de dotar a la propuesta de una personalidad y una fuerza que convierten El perro del hortelano en un imprescindible del otoño madrileño. Moncho Sánchez-Diezma, Paqui Montoya, Manuel Monteagudo y Amparo Marín seducen con su dominio del verso. Pero también con su capacidad para transformarse en diferentes personajes, lo que ofrece un sinfín de situaciones hilarantes.

La escenografía, a cargo también de Paco Mir, y el vestuario, de Mai Canto, juegan a su vez un importante papel. Los escasísimos recursos de este par de técnicos, cuatro trastos reaprovechados de otras obras, nos trasladan, gracias a la imaginación y a la colaboración del público, a Nápoles del XVII. La energía y el diálogo que se crean entre el patio de butacas y el escenario es otra de las grandes virtudes de la propuesta.

Conclusión

Paco Mir nos brinda con esta adaptación de El perro del hortelano la oportunidad de acercarnos de forma renovada a este clásico de nuestro teatro barroco. Con tan solo cuatro actores y una propuesta ingeniosa, original y divertidísima, el texto de Lope cobra vida para volver a encandilar al público del siglo XXI. Imprescindible.

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