El último de los Paradiso (2021). A dar cera, pulir cera ponía yo a los guionistas de la película, es un desacertado y supuesto drama realista romántico. Solo faltaba que dijesen que quisieron homenajear al Neorrealismo italiano.
En fin, de nacionalidad italiano, co-escrito por Riccardo Scamarcio y Rocco Ricciardulli y dirigido o perpetrado por este último.
Producida por Lebowski, Silver Productions y la propia Netflix, para ser exhibida por la plataforma de streaming a nivel mundial el 5 de febrero de 2021.
Principio de acuerdos entre Netflix y el Grupo Mediaset para que el segundo pueda estrenar la película en sus cadenas generalistas12 meses después de su paso por la plataforma (El mundo al revés).
Año: 2020 Duración: 107 min País: Italia Dirección: Rocco Ricciardulli Guion: Rocco Ricciardulli y Riccardo Scamarcio Música: Federico Ferrandina y Rocco Ricciardulli Fotografía: Gian Filippo Corticelli Género: Drama Distribución: Netflix
En El último de los Paradiso (el primer sinsentido es el título), nos situamos en el sur deItalia de los años 50, donde los campesinos son explotados vilmente por dos regalitosconfabulados: El terrateniente local y el comprador final del género.
Bajo este dramático entorno, uno de los campesinos, Ciccio (Riccardo Scamarcio, guionista también) se enamora de Bianca (Gaia Bermani Amaral), la hija joya de la corona del terrateniente local.
Ciccio, nuestro protagonista, de los Paradiso de toda la vida (la familia), que aparte de haberse acostado con la mitad de las mujeres casadas del pueblo, está casado y tiene un hijo.
No conforme, se trajina también a la bella hija del terrateniente local, más peligroso que matarle el perro a John Wick.
Además, por su honestidad, seriedad y rectitud de vida, se convierte en el héroe local de los campesinos, por decirle (más tieso que la rodilla de un clic) al compinche del terrateniente delante de todos, que si él no compra la cosecha, será él quien la compre. Y se quedan todos tan panchos.
Bianca, la joya del terrateniente, hay que felicitarla por el buen ojo que ha tenido en su elección. Pero bueno, ya sabemos que en Italia, y más en el Sur, a eso de la honra no le suelen dar importancia.
El terrateniente, otra alhaja. Aparte de explotador, extorsionador y corrupto, violadorhabitual (casi pederasta) y maltratador.
El padre de Ciccio, Papá Paradiso, que por lo visto había sido un luchador nato por los derechos de los campesinos y también un bragueta suelta, con menos sangre que el tobillo de un jilguero.
Y el resto del pueblo, que todos tienen algo que esconder, pero que arruinados y todo visitan la taberna más de la cuenta.
Siguiendo la estela de que el cornudo es el último que se entera (por el terrateniente y su hija) y habiéndose renovado los sueños de los campesinos tras las vacuas palabras de Ciccio, se masca la tragedia.
¿Por dónde terminarlo?
Y se mascó la tragedia.
Llegará del Norte, de la zona industrial, el hermano de Ciccio, igual pero con bigote, gomina y la raya en el pelo.
Los acontecimientos se desbordarán por todas las partes implicadas, pagarán culpables e inocentes, los secretos saldrán a la luz y asistiremos a un final de la cinta que ni Ed Wood en un momento lisérgico hubiese sido capaz de escribir.
Y hasta aquí puedo contar, queridos navegantes.
Ciccio y su hermano
Aunque no sale acreditado en ninguna parte, ambos son el actor Riccardo Scamarcio, enun papel con el pelo revuelto y viviendo como happy flower y en el otro con bigote, gomina y un palo metido en el recto.
El actor italiano es un correcto actor, con gran bagaje cinematográfico, hace poco lo vimos en otra correcta producción Netflix, Lazos malditos (2020) y su filmografía es másque respetable y numerosa.
Ni idea de cómo se ha metido y además co-escrito este culebrón y malo, de sobremesa de Telecinco (Mediaset, Mediaset....) con menos sentido que los créditos de una película porno.
Lo siento querido, pero si en la primera parte de El último de los Paradiso, como campesino, eres menos creíble que el polígrafo de Dinio García, en la segunda como el próspero hermano del Norte de Italia (que además ha pegado pelotazo triple: Guapa, rica y enamorada) no te locrees ni tú que has escrito el guion.
¿Por Dios, quién te ha dicho que para dar una imagen de seriedad y contraste, te tenías que convertir en un representante de Pompas fúnebres?. Actor a seguir.
El perpetrador por sentido doble
El co-escritor y director (Rocco Ricciardulli), italiano, ya talludito, no es tu ópera prima pero para mí como si lo fuera, porque tu película Suddenly Komir (2015), como que no, querido.
A ver, la factura técnica es pasable, salvo en momentos claves de El último de los Paradiso que no puedocitar para no descubrir nada y que parecen rodados por mi sobrino de diez años.
Dirección de actores no existe (y mejor para ti, en este caso). Intentar salvar el invento con algunos primeros planos sin sentido o un par de bonitas canciones en momentos que ni siquiera son apropiados, pues que venga Dios y lo vea.
Nada era creíble en tu guion y aún menos lo es, trasladado por ti a la pantalla: Personajes planos arquetípicos, situaciones de primero de Barrio Sésamo y una mezcla absurda de carga social y presunto romance que no queda ni en agua de borrajas.
Ojo, que los 107 minutos se tornan hasta en cansinos y lentos con esa falta de animosidad que le falta a la cinta y que hace que no empaticemos ni con el hijo del protagonista.
Las figuras del terrateniente y su amigote son de juzgado de guardia, tanto o más que el doble papel de amigo Riccardo y el entresijo familiar de los Paradiso es mejor ponerlo en "cuarentena" porque estamos en los años 50 y en el Sur de Italia, amigo Rocco, ¿Conoces las palabras honra, matrimonio, hijos, tierra, violación? Pues parece que no.
Conclusión
El último de los Paradiso, esperemos que así sea, yo no la voy a recomendar ni por supuesto como es mi lema, decir que no la vean, Dios me libre.
Si quieren ver un culebrón a la italiana, sin pies ni cabeza, mal interpretado y peor dirigido están ustedes en todo su derecho y seguramente hasta se lo pasen bien, me suele pasar con mis críticas negativas.
Netflixnianos y acoplados, gratis es. Si osan, valor y al toro (con perdón).
Pero por favor, no le busquen tres pies al gato (serían cinco, qué frase más corrupta), lo que hay es lo que hay.
El que quiera realismo social de una época, excelentes interpretaciones y un análisis profundo del mundo rural, Los santos inocentes (1984) y pueden hasta repetir, como el buen vino.
Eso sí, no me quiero despedir de El último de los Paradiso sin citar el final. Quiero pensar que es un sueño, pero como soy tan mal pensado soy consciente de que no lo es.
Es de los peores y más insólitos finales desastrosos que he visto en mi vida, aun así habrá a quien le encante, para gustos los colores.