Presentada Fuori Concorso en la 82ª edición del Festival de Venecia, El último vikingo reúne a Nikolaj Lie Kaas y Mads Mikkelsen, una pareja que confirma su química con una naturalidad asombrosa. Anders Thomas Jensen, fiel a su estilo, mezcla humor negro, acción y tragedia en una película tan explosiva como inestable, una fórmula similar a la que empleó en Jinetes de la justicia (2020). A veces la narración se dispersa o salta de una idea a otra sin llegar a profundizar en las más potentes; pero incluso en esos desvíos, mantiene una energía interna difícil de ignorar. El último vikingo ha inaugurado la 22ª edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla.
Crítica de 'El último vikingo'
Resumen
Ficha Técnica
Título: El último vikingo
Título original: Den Sidste Viking / The Last Viking
Reparto:
Mads Mikkelsen (Manfred)
Nikolaj Lie Kaas (Anker)
Søren Malling (Werner)
Sofie Gråbøl (Margrethe)
Nicolas Bro (Flemming)
Bodil Jørgensen (Freja)
Lars Brygmann (Lothar)
Kardo Razzazi (Hamdan)
Lars Ranthe (Padre)
Anette Støvelbæk (Halberg)
Rikke Louise Andersson (Madre)
Kjeld Nørgaard
Lila Nobel (Mujer policía)
Año: 2025
Duración: 116 min.
País: Dinamarca
Director: Anders Thomas Jensen
Guion: Anders Thomas Jensen
Fotografía: Sebastian Blenkov
Música: Jeppe Kaas
Género: Comedia negra
Distribuidor: Avalon Distribución Audiovisual
Tráiler de 'El último vikingo'
Sinopsis
Anker sale de prisión tras cumplir una condena de quince años por robo. El dinero del atraco fue enterrado por su hermano Manfred. Solo él sabe dónde está. Por desgracia, desde entonces Manfred ha desarrollado un trastorno mental que le ha hecho olvidarlo todo. Juntos, los hermanos emprenden un viaje inesperado para encontrar el dinero y descubrir quiénes son en realidad. (Avalon Distribución Audiovisual)
Dónde se puede ver la película en streaming
El humor del trauma
Desde su prólogo animado, un cuento infantil que relata la leyenda vikinga sobre el sacrificio y la hermandad, El último vikingo deja claro que no estamos ante un crimen ordinario. Anders Thomas Jensen prepara el terreno para lo que podría definirse como el absurdo nórdico: un cine de extremos, donde cada acto se lleva al límite y donde el trauma se trata con agudeza y humor; de ese modo, la frontera entre la risa y el horror se diluye hasta desaparecer.
El vínculo entre los dos hermanos —centro emocional de la historia— es, sin duda, el punto más sólido de El último vikingo. No solo por la escritura de Jensen, sino por la humanidad que ambos actores dan a sus personajes. En especial, destaca Mads Mikkelsen, que ofrece una de las interpretaciones más excéntricas y desafiantes de su carrera. Su personaje, marcado por un trastorno mental, se convierte en una figura entrañable y absurda a la vez: alguien cuya sinceridad incómoda se transforma en virtud. Jensen aborda el drama con respeto, aunque evitando el dramatismo clínico y explorando lo tragicómico que ofrece cada situación.
El reflejo del otro
Más allá de la superficie de comedia negra, El último vikingo es una película sobre la mirada. ¿Cómo somos vistos? ¿Cuánto de lo que proyectamos nos define realmente?. El viaje que propone Anders Thomas Jensen no es introspectivo, sino exterior: nos invita a contemplar la identidad como algo que se construye entre lo que somos y lo que los demás perciben. Esa dialéctica entre la auto imagen y el juicio ajeno convierte la película en una fábula contemporánea sobre la fragilidad de la identidad.
La fotografía de El último vikingo, firmada por Sebastian Blenkov, utiliza el paisaje nórdico con una mirada pictórica. Los bosques, las nieblas y los interiores de madera se convierten en proyecciones del ánimo de los personajes, creando una calma tensa en cada encuadre. Jensen no utiliza la cámara para ilustrar la acción, sino para suspenderla, dejando que el entorno dialogue con el absurdo.
En algunas escenas la cámara se mantiene fija, casi indiferente, mientras que en otras se suelta y el caos se impone en la pantalla. La luz de Blenkov subraya que en este relato la realidad siempre es un disfraz del mito, no sabemos bien quién se disfraza de quién. Jensen logra que el exceso y la belleza convivan sin que el conjunto pierda verosimilitud. Los gags, las bromas, las miradas —desde la gestualidad hasta los diálogos— están armonizados con una precisión casi musical, explotando en ocasiones con una sorpresa que descoloca y fascina al espectador.
Conclusiones de 'El último vikingo'
En el universo de El último vikingo se alternan bellezas raras, sueños nunca realizados, crueldad instintiva y fantasías que rozan lo ilegal. Es una fábula grotesca, a veces conmovedora, otras violenta y en general muy divertida (a menudo todo eso dentro de una sola escena). Anders Thomas Jensen lleva muchas situaciones al límite, en un gesto irregular pero valiente, a contracorriente del cine actual.
El último vikingo posee todos los ingredientes para una gran comedia negra y al mismo tiempo para un cuento de hadas moderno. Es una película que se ríe de su propia oscuridad y que nos recuerda que, incluso en los paisajes más helados del alma, puede haber espacio para la risa.
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