Género imposible es el formato escénico del disco de Silvia Pérez Cruz ‘Farsa (género imposible)’ grabado en 2019. Un diálogo entre diferentes disciplinas artísticas que estuvo en Naves del Español en Matadero del 16 al 18 de septiembre.
Título: Género imposible Título original: Género imposible
Reparto: Silvia Pérez Cruz
Duración: 110 min. apróx. Dirección: Silvia Pérez Cruz Dramaturgia: Pablo Messiez Ayudantía de dirección y mirada externa: Pablo Messiez y Elena Córdoba
Composiciones musicales: Sílvia Pérez Cruz
Supervisión del gesto y el movimiento: Elena Córdoba
Diseño de espacio escénico: Sílvia Delagneau y Max Glaenzel
Diseño de iluminación: Carlos Marquerie
Ayudante de iluminación: Natàlia Ramos
Creación de piezas visuales en 16mm: Adriana Vila Guevara
Programación de vídeo: David Benito
Diseño de vestuario: Cecilia Molano
Sastrería: Javier Navas
Diseño de sonido e ingeniería de sonido: Juan Casanovas
Dirección técnica y de producción: David Benito y Albert Sorribes
Construcción de la escenografía: Pascualin estructures y Taller de Escenografía Castells
Coordinación de producción: Albert Sorribes y Neus Carreras
Técnico de sonido: Juan Casanovas
Operadora de luces y vídeo: Natàlia Ramos
Producción en gira: Álex Sánchez, Albert Sorribes y Neus Carreras
Distribución en España: El Pez Cruz Producción: El Pez Cruz en coproducción con Grec 2020 Festival de Barcelona y Teatro Español
Tráiler de 'Género imposible'
Sinopsis de 'Género imposible'
Género imposible se presenta en su formato escénico en Naves del Español en Matadero no como un concierto al uso, sino como una nueva creación multidisciplinar en la cual participa un equipo de artistas procedentes de diversos campos: la bailarina Elena Córdoba; el dramaturgo, actor y poeta Pablo Messiez; los escenógrafos Sílvia Delagneau y Max Glaenzel; el pintor, iluminador y poeta Carlos Marquerie; el ingeniero de sonido y creador de espacios sonoros Juan Casanovas, o la diseñadora de vestuario Cecilia Molano, entre otros. Se trata, en definitiva, de un nuevo diálogo entre distintas disciplinas artísticas que aparece como continuación lógica de un trabajo discográfico que propone como punto de partida este mismo diálogo. (TEATRO ESPAÑOL).
Si no canto lo que siento me voy a morir por dentro
Género imposible se presenta como una creación multidisciplinar en la que participan, junto a Silvia Pérez Cruz, Elena Córdoba (bailarina), Pablo Messiez (dramaturgo), Silvia Delagneau y Max Glaenzel (escenógrafos), Celia Molano (diseñadora de vestuario), Carlos Marquerie (ingeniero de sonido) y Juan Casanovas (creador de espacios sonoros). El resultado es un espectáculo plástico y musical en el que la artista catalana muestra el camino recorrido y juega con la idea de romper los límites y aunar los géneros. El diálogo con otras disciplinas, consigo misma y con el público, hace posible un espacio en el que mostrar, al mismo tiempo, la fuerza y la vulnerabilidad.
Silvia Pérez Cruz recibe al público dentro de una cajita de madera que contiene los recursos necesarios para dejarse llevar más allá de la palabra hecha música. Su Género imposible es una amalgama de emociones que vuelan hasta el patio de butacas y vuelven a escena multiplicadas. Hace cantar a una flor, que comienza con la estrofa de la canción de Luis Alberto Spinetti ‘Barro tal vez’. Si no canto lo que siento me voy a morir por dentro compuso Spinetti con quince años.
Con una sensibilidad fuera de lo común, Silvia Pérez Cruz te lleva a lugares en los que nunca has estado gracias a su voz delicada y enérgica al mismo tiempo. Dice que cuando canta se olvida de quién es, pero al mismo tiempo es más ella cantando que hablando. Comienza el concierto con ‘Plumita’ y lo termina con ‘Pequeño Vals Vienés’ al que añade varios temas solicitados espontáneamente por el público. Entre una y otra, canciones del álbum ‘Farsa’ y confesiones a la guitarra.
Una pequeña vida
Género imposible es un espacio de libertad en el que las emociones se sueltan sin que puedas hacer nada por remediarlo. Una pequeña vida donde se para el tiempo y comienza otro donde se roza lo verdadero que parece, sin embargo, un sueño. Silvia Pérez Cruz canta e interpreta, multiplicando su voz gracias a la variedad de micros instalados en su casita de madera. No faltan las guitarras, aunque a su voz no le hagan falta.
En alguna ocasión, Silvia Pérez Cruz ha manifestado que no le gusta hacer siempre lo mismo, quizás por eso se ha convertido en una artista que no admite etiquetas. Purga la tristeza cantando, porque cantando se siente viva. He leído de ella que es un milagro y creo que no hay mejor definición para esta artista risueña e intensa que, sin embargo, no se olvida de meterse en el fango hasta la cintura para ayudar a los que cogen las azucenas.
Conclusión
Género imposible es un pequeño milagro dentro del gran milagro que es el teatro. Podría parecer imposible pensar en un espectáculo como el que Silvia Pérez Cruz se atreve a subir a escena si no fuera porque lo he visto. Casi palpable, su voz es como un lienzo que dibuja otros mundos. Frágiles y mejores.