Tras éxitos como "Objetivo: Washington D.C.", o "El mensajero", Ric Roman Waugh vuelve a la gran pantalla con Greenland. El último refugio. De esta forma, el realizador se adentra en el género distópico, con una película de acción y supervivencia. Además, ha contado con dos rostros reconocidos por el gran público como son Gerard Butler, ya un habitual, y Morena Baccarin, completando el elenco protagonista Roger Dale Floyd. Se estrena en cines españoles este 25 de septiembre de 2020.
Crítica de 'Greenland. El último refugio'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Greenland. El último refugio
Título original: Greenland
Reparto:
Gerard Butler (John Garrity)
Morena Baccarin (Allison Garrity)
Roger Dale Floyd (Nathan Garrity)
Scott Glenn (Dale)
Randal Gonzalez (Bobby)
Año: 2020
Duración: 119 min
País: Estados Unidos
Dirección: Ric Roman Waugh
Guion: Mitchell LaFortune, Chris Sparling y Ric Roman Waugh
Música: David Buckley
Fotografía: Dana Gonzales
Género: Thriller
Distribución: Diamond Films
Tráiler de 'Greenland. El último refugio'
Sinopsis de 'Greenland. El último refugio'
Greenland. El último refugio comienza cuando el mundo se entera de que el asteroide más grande de la historia va a impactar en la Tierra y aniquilar todo rastro de vida, los gobiernos de todo el mundo realizan un sorteo en el cual los afortunados podrán sobrevivir en refugios secretos. Esta decisión desata un caos a nivel mundial. Jeff (Gerard Butler) y su familia emprenderán un peligroso viaje donde se enfrentarán a los más imponentes peligros de la naturaleza, lo que les obligará a encontrar la manera de mantenerse unidos mientras encuentran la forma de sobrevivir. (DIAMOND FILMS).
Dónde se puede ver la película
El héroe del momento
El fin del mundo es una de las temáticas que se ha abordado en el cine de distinta forma. Por lo cual, no es de extrañar que Greenland. El último refugio haya apostado, en esta ocasión, por una destrucción parecida a la vivida por los dinosaurios. En primer lugar, el guion comienza con una cotidianidad perfecta, en la que solamente se nombra la proximidad de un cometa, como puede ocurrir en la actualidad. A continuación, el libreto se complica ante una amenaza, en la que no hay una solución posible de la mano de los protagonistas. De esta manera, se convierte en una carrera contrarreloj, donde las rencillas y lo políticamente establecido dejan paso a un instinto de supervivencia. Gracias a ello, se produce unos dilemas emocionales y personales que convencen a la audiencia.
Sin embargo, el principal inconveniente que se presenta son los momentos cumbres del film, donde se complica la problemática de la película de una forma excesivamente oportunista. En consecuencia, hay secuencias que no son verosímiles y, por ende, se resuelven de la misma manera. Por tanto, las partes más humanas, se ven opacadas por una heroicidad impecable, que se aleja de la adrenalina del principio, para caer en el virtuosismo conveniente. Además, sus dos protagonistas se entregan al melodrama del perdón, aunque hay momentos certeros e interesantes. Aun así, es una cinta que entretiene a los espectadores perfectamente, manteniendo una historia que funciona, a pesar de no innovar y flaquear en varios de sus elementos narrativos. Un pequeño apunte, el final es predecible, pero se gestiona la acción estupendamente, en conjunción con el despliegue audiovisual, dejando una buena sensación.
La familia unida
Se ha convertido en uno de los estrenos del mes, dado que Greenland. El último refugio es una de esas películas distópicas que llaman la atención por su reparto. En resumen, la gran atracción del film es Gerard Butler. Por una parte, el actor muestra un talante muy natural, que se junta con su vigorosidad ante la pantalla. Naturalmente, hay escenas en las que no termina de funcionar esa familiaridad que plantea, pero sabe encauzarlo con un carisma bien llevado. Además, hay que recalcar que no abusa de su heroísmo ante la pantalla, sino que maneja maravillosamente la energía, para no opacar al resto de compañeros de reparto. No obstante, se echa en falta una mayor sensibilidad en su expresión y no dejar todo a la intensidad filosófica y firme, aunque sigue siendo un héroe de acción a la altura.
Por otro lado, Morena Baccarin realiza una evolución dramática a lo largo del film, creciéndose ante las escenas en las que se exige mayor compromiso emocional. De esta forma, consigue ir seduciendo al espectador muy poco a poco, para no llegar a una metamorfosis saturada. En cambio, funciona su trabajo mejor durante las secuencias acompañada con Roger Dale Floyd, más que con Butler. La razón no es otra que parece que su potencia disminuye en las secuencias que comparte con su marido en el largometraje. Por último, Floyd no destaca realmente durante la película, a pesar de su presencia imprescindible en la pantalla. Por lo cual, da la sensación de ser una justificación artística para dar mayor ímpetu a los dos actores protagonistas. Por último, Scott Glenn ejecuta una participación en su justa medida y con una gran calidad.
El efecto rebote
Lo que hace a Greenland. El último refugio un entretenimiento ameno es la forma en la que han explotado el factor de espectáculos visual. Incluso, hay momentos que se salvan por la buena elaboración del montaje y los efectos especiales. Sin embargo, pueden llegar a recordar al espectador a films de la misma índole como "2012" o, salvando las distancias, "La guerra de los mundos". Por lo cual, la cinta gana, sobre todo, en aquellas secuencias que llaman al gran plano general, donde se introducen esa lluvia de cometas por el cielo y su principal consecuencia. Por ese motivo, ese efecto de pura acción es lo que permite que el espectador disfrute. En especial, aquellos que busquen un divertimento donde no haya que pararse a pensar y solamente limitarse a ver y vivir esa tensión.
Lo mismo ocurre con la dirección de arte, que se sublima en los puntos donde se recrea esa vorágine de desconcierto y aniquilación. Asimismo, hay un uso frecuente de las sombras, para explotar esa visión de fin del mundo, pero sin un significado expresivo como tal. Por ende, la realización técnica juega a favor de un buen escaparate plástico, pero sin reparar en espacios de reflexión. Gracias a ello, el montaje es un torrente de energía, pura y dura, que acaba en una montaña rusa dinámica. Sin embargo, se puede percibir que flaquea en algunos momentos, no sabiendo enlazarlos con una cohesión suficiente. Así, termina por mostrar sus costuras y enseña que no se puede vivir del constante “chute” de adrenalina y se necesita una historia con mayor sustancia detrás. A pesar de esos inconvenientes, cumple con su función y tiene claras sus intenciones.
Conclusión
Greenland. El último refugio es una película de pura adrenalina, dibujando una carrera a contrarreloj por la supervivencia. Mientras que funciona perfectamente como un entretenimiento del cine de acción, flaquea en un libreto en el que se juega demasiado en el oportunismo. Después, Gerard Butler ofrece un papel notable, donde se echa en falta unas pinceladas de mayor complejidad. Aun así, es implacable como héroe de acción. Por otra parte, a nivel visual, es potente y con una buena realización de efectos especiales, creando ese golpe de espectacularidad, aunque no haya innovación en ello. Un torbellino de sensaciones, donde su mayor baza es mantener al espectador pegado a la pantalla a través de un escaparate de acción.
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