Esmeralda Gómez Souto y Alfonso Plou adaptan Guerra, ¿y si te pasara a ti?, de Janne Teller, en una obra teatral homónima. Asimismo, Gómez Souto se ha encargado de la dirección. Este proyecto nace del compromiso de La Casa Escénica con propuestas escénicas que busquen un discurso para favorecer la conversación social y la preocupación de lo que sucede a la población mundial. Para ello, han contado con Inma Oliver como actriz única de la pieza teatral. Se pudo disfrutar del 3 al 7 de febrero de 2021, dentro de Ciclo de Teatro y Derechos Humanos, realizado por el Teatro Fernán Gómez.
Título: Guerra, ¿y si te pasara a ti? Título original: Guerra, ¿y si te pasara a ti?
Reparto: Inma Oliver (Ella)
Duración: 70 min. apróx. Dirección: Esmeralda Gómez Souto Dramaturgia: Esmeralda Gómez Souto y Alfonso Plou Autora: Janne Teller
Escenografía: Tomás Ruata
Vestuario y utiléria: La Casa Escénica
Caracterización: Virginia Maza
Espacio Sonoro: Alfonso Plou
Asesoría de movimiento: Ingrid Magriñá
Música: Rafa Domínguez
Iluminación: Tatoño Perales
Fotografía: Marcos Cebrián
Audiovisual: Ester Gascón
Dibujos: Clara Marta Moreno Productor ejecutivo: Carlos Mariñosa
Diseño gráfico: Andrea Muñoz Castellot Productor: Alfonso Plou Producción: La Casa Escénica
Tráiler de 'Guerra, ¿y si te pasara a ti?'
Sinopsis de 'Guerra, ¿y si te pasara a ti?'
Guerra, ¿y si te pasara a ti? nos invita a imaginar que aquí donde vives, donde trabajas, donde te reúnes con tus amigos, estalla una guerra. Imagina que tuvieras que dejarlo todo y huir a otro país, la historia de una refugiada que no huye hacia donde tú esperas. Imagina con ella el recorrido de ese viaje apátrida. Si aquí estuviéramos en guerra... ¿A dónde irías?. (TEATRO FERNÁN GÓMEZ).
País en conflicto
Esmeralda Gómez y Alfonso Plou se deshacen de eufemismos para abordar los movimientos migratorios provocadas por los conflictos bélicos en Guerra, ¿y si te pasara a ti?Comienza una historia donde el espectador es invitado a ponerse en la piel de su protagonista y de los eventos que pasan tras sus ojos. Sin entrar en conflictos culturales, o históricos, la dramaturgia busca explorar la necesidad de humanizar a las personas que se ven obligadas a abandonar a sus casas. Gracias a esa sensibilidad bien expresada, se realiza una conexión tan íntima y personal, que sobrecoge sin necesidad de ir hacia lo morboso o a detalles escabrosos de los sucesos que ocurren. Aun así, no significa que no ponga nombres y sustantivos a los delitos que suceden y los mencione sin tapujos, y directamente, porque mediante ese lenguaje claro es donde también halla su fuerza.
Lógicamente, la obra realiza paralelismos entre la situación alarmante que hay con los refugiados en la actualidad, que ha provocado un intenso debate social. Sin embargo, la diferencia principal es hacer reflexionar realizando la pregunta que lleva por título la obra. No se busca una respuesta, ni mucho menos una justificación, sino hacer entender lo que suponen esos episodios tan difíciles para las personas que los viven. Por lo tanto, su intención se ve cumplida, al comprobarse que hay una introspección en el espectador, que, inclusive, dependiendo de su bagaje personal, puede verse totalmente identificado en varias líneas emocionales que se mencionan. Únicamente, este ejercicio teatral necesita de la complicidad del espectador, que es quién debe sumergirse sin miedos sobre la obra, ya que, de lo contrario, podría no fluir el contenido.
Refugiada
Este particular campo de batalla emocional y vital se mete en las carnes de Inma Oliver, que se convierte en la protagonista de Guerra, ¿y si te pasara a ti? Para comenzar, la actriz emprende una aventura experimental mediante su trabajo expresivo y el lenguaje no verbal. En todo momento, se puede ver la responsabilidad con la que se relaciona con la obra. En varias escenas no necesita de las palabras para mostrar el hastío, el miedo, el dolor. Asimismo, no deja de lado el humanismo, la verdad e, incluso, la esperanza y el optimismo. Sin duda, es un trabajo artístico muy complejo, sobre todo, porque todo el peso dramático se posa sobre sus hombros y lo resuelve de una manera totalmente orgánica y natural. Por lo cual, se convierte en una auténtica maestra de ceremonias, a la altura del propio contenido.
Por otro lado, la dicción y la forma de masticar las palabras se convierte en uno de los aspectos más importantes dentro de la obra. Al tener que transformarse en una narradora, que habla directamente al público, debe saber gestionar el influjo que debe pesar en los asistentes y aquello que funciona más como propia narración de lo que acontece. Al saber cómo colocar la voz y la tonalidad con cada parte en la que debe expresar el sentir interior de su personaje, se comprueba la metamorfosis que se expone durante toda la obra. De igual forma, es importante destacar que el diálogo que mantiene con el público promueve una atmósfera de crudeza, pero sin reclamos. Lo que transmite es una mirada, siendo un espejo en el que se puede reflejar el ejercicio de la propia empatía.
Un viaje hacia el horror
El campo minado de las propias vidas que dejan los desastres de los conflictos internacionales, se convierte en el principal leitmotiv de Guerra, ¿y si te pasara a ti?Con la aridez que transforma esa soledad y esas vivencias en la hostilidad que va tejiéndose a lo largo de la pieza teatral. Hay que valorar muy positivamente la calidad de la escenografía, a cargo de Tomás Ruata, donde se comprende perfectamente la poética de lo que se quiere construir en ella. Por ende, hay un significado simbólico en cada una de las piezas, además de contextualizar y ambientar lo que se va narrando. Lo mismo ocurre con el vestuario y los objetos, que toman mayor importancia, dejando un sentimiento que deja al público removido. Una forma de utilizar lo visual para captar ese efecto sensitivo, como también ocurre con los dibujos increíbles sobre el escenario.
Luego, el espacio sonoro mantiene y promueve la atmósfera que va cociéndose poco a poco, hasta llegar a distintos momentos culmen. Aun así, el ritmo se rige por unos niveles de energía bastante diáfanos, lo que indica que no es una obra que tenga la intención de tensionar, sino de acompañar. Por consiguiente, al invitar a pensar, deja los tiempos precisos para ello, lo que conlleva una mayor concentración y un ejercicio de temple. De esta forma, el montaje obtiene una identidad favorecedora ante su discurso social. Únicamente, se debe entender que es una propuesta que demanda atención, por lo que se presenta más acorde para un público que desee reflexionar con el propio teatro, la duración es perfecta. Por último, aplaudir la iluminación y la banda sonora, que acaban por rematar la buena sinergia que hay entre los distintos elementos técnicos de la pieza teatral.
Conclusión
Guerra, ¿y si te pasara a ti? reflexiona sobre las condiciones vitales de los movimientos migratorios, ocasionados por los conflictos bélicos. Gracias a una dramaturgia humana, que se basa en la empatía y en la introspección personal, logra sus intenciones. Así consigue conectar con los asistentes, que, con concentración, se sumergen en esta experiencia compleja y desgarradora. Inma Oliver es una perfecta acompañante, con una expresividad y dicción excelente. Asimismo, la propuesta escénica es magnífica, cultivando a fuego lento los elementos que forman parte de ella. La necesidad de ponerse en la piel del otro mediante una historia basada en la escucha y en las consecuencias humanas emocionales.