Hombre muerto no sabe vivir es la primera película del director malagueño Ezekiel Montes. Thriller de 105 minutos lleno de acción y violencia. Realizada por 73140323 Producciones Cinematográficas. Presentada a concurso en la Sección Oficial de Largometrajes del 24 Festival de Málaga. Puedes leer AQUí otra crítica realizada por Cinemagavia de esta película.
Guion de compleja trama elaborado por el propio director, guionista y productor de diferentes películas. Ambientada en el mundo del tráfico de drogas, los negocios oscuros y los submundos de la corrupción. Previsto su estreno el 2 de julio de 2021.
Crítica de 'Hombre muerto no sabe vivir'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Hombre muerto no sabe vivir
Título original: Hombre muerto no sabe vivir
Reparto:
Antonio Dechent (Tano)
Rubén Ochandiano (Ángel)
Jesús Castro (Trujillo)
Elena Martínez (Aitana)
Paco Tous (Eduardo)
Juanma Lara (McCoy)
Manolo Caro (Maita)
Año: 2021
Duración: 105 min.
País: España
Director: Ezekiel Montes
Guion: Ezekiel Montes
Fotografía: Nemkoff
Música: Luis Hernaiz
Género: Thriller
Distribuidor: Filmax
Tráiler de Hombre muerto no sabe vivir
Sinopsis
La historia gira en torno a Tano, quien ha trabajado toda su vida para Manuel, un empresario de la construcción que en épocas mejores controló toda la ciudad. Ahora, a la vejez, Tano ve como Manuel ya no puede llevar la empresa y toda la estructura se enfrenta a un cambio generacional, a nueva gente, nuevos negocios, nueva forma de llevar la empresa, pero la misma violencia de siempre. (Filmax)
Dónde se puede ver la película en streaming
El oscuro mundo del tráfico de drogas
Desde el principio Hombre muerto no sabe vivir contrapone el mundo del poder con el de la marginalidad y la droga. Manuel, Manuel de Blas, es un empresario que disfruta de una vida de alto nivel económico fruto de sus negocios no siempre claros. Al otro lado está Tano, Antonio Dechent, que es su hombre de confianza para poner orden en la organización.
Sin embargo el dinero fácil ya no llega como antes por lo que todos están preocupados exigiendo su parte. Algún intermediario de la cadena no ha cumplido su compromiso quedando paralizado el flujo de dinero.
Los subordinados de la organización empiezan a exigir que se les pague y algunos ya piensan en dejar su participación como Eduardo, Paco Tous. Para complicar aún más la situación económica un cargamento de droga no ha llegado a su destino empezando a cuestionar quién lo ha robado.
Desde 2018 el director Ezekiel Montes estuvo preparando la película y desde el primer momento escribió el guion para Antonio Dechent. Según comentó “sin él como protagonista principal no habría hecho la película”.
Rodada en Málaga con localizaciones en la barriada de Palma-Palmilla y polígonos industriales así como en el puerto de Cádiz. Buena fotografía diurna y nocturna a cargo de Nemkoff.
El eficaz y fiel Tano que lleva muchos años trabajando para el veterano empresario Manuel es su enlace con organizaciones del tráfico de drogas. Tangencialmente cuentan con un concejal corrupto para sus manejos con los políticos.
Otro oscuro personaje como Chule, El Chule en la vida real, se mueve entre una pequeña asociación de ayuda terapéutica a personas drogadictas y el narcotráfico. El Chule, líder vecinal de su barriada de Málaga, y diversos vecinos participan interpretando diversos papeles secundarios.
Exceso de violencia extrema con guion poco consistente
En el desarrollo del guion van apareciendo sucesivos personajes que van haciendo cada vez más compleja la trama. Ángel, Rubén Ochandiano, hijo de Manuel, es muy ambicioso y maneja extrañas alianzas más allá de la aprobación y el conocimiento de su padre. Ello hace que en diversas ocasiones Manuel sienta preocupación y desconfianza por los dobles juegos que esté haciendo su hijo.
Otros personajes tan ambiciosos como Ángel se mueven en todas las orillas del negocio de la droga. Maita (Manolo Caro), Trujillo (Jesús Castro) y Nolasco (Laurence Joseph) entre otros muchos.
Un “salto” de droga (robo de una banda a otra) hace que salten todas las alarmas en la organización. Comienzan las pesquisas, interrogatorios violentos, torturas, delaciones y persecuciones. La acción acelera su ritmo por pisos y locales para almacenaje todo ello supervisado desde la apacible vivienda de lujo de Manuel.
La violencia se instaura en la trama creciendo cada vez más a medida que la película avanza y van apareciendo más sospechas y nuevos personajes en la acción.
Algunas secuencias son muy realistas como las operaciones clandestinas en la Zona Franca del Puerto de Cádiz o las persecuciones entre las naves de polígonos industriales.
Sin embargo Hombre muerto no sabe vivir no acaba de cuajar y su gran efectismo no se traduce en coherencia del contenido. El gran derroche de medios técnicos y especialistas no va acompañado de un guion maduro consecuente.
Desenlace con gran enfrentamiento entre bandas
La aparición de los personajes femeninos es escasa, secundaria y marginal. Queda reducida a su presencia en el centro de tratamiento de drogodependientes y en la que es pareja de uno de los traficantes.
El tercio final de Hombre muerto no sabe vivir es una vertiginosa acción donde las persecuciones continuas entre bandas aceleran el ritmo. Al mismo tiempo las escenas crudas de violencia son cada vez más frecuentes y mucho más crudas. Quienes gustan de deleitarse con golpes, torturas y derramamiento de sangre tiene un amplio menú.
Los giros de la trama hacen que acaben confluyendo traficantes rusos, gitanos y otros a ambos lados del Estrecho. Traiciones mutuas entre traficantes, nuevos “saltos de drogas” entre bandas comienzan a causar asesinatos sucesivos.
Hombre muerto no sabe vivir sin embargo no aporta nada nuevo al gran repertorio de películas que desde hace décadas se han rodado sobre el tráfico de drogas. Un exceso de elenco, una trama exagerada y un gasto excesivo para tan pobre resultado.
Lo que queda más claro es la exposición del retorcido mundo del narcotráfico donde no hay principios ni fidelidades eternas. Tampoco más fines que la corrupción, la violencia o las muertes. Así como que los jóvenes quieren remplazar de manera más violenta en el narcotráfico. Queriendo con urgencia dinero fácil y poder olvidando los viejos códigos de amistad, honor y lealtad.
El final de la película es un alivio que nos devuelve al aire fresco primaveral de las terrazas cercanas.
Conclusión de 'Hombre muerto no sabe vivir'
Hombre muerto no sabe vivir es una película más sobre el mundo del tráfico de drogas que no aporta nada nuevo interesante. Adolece de un guion recargado pero finalmente poco consistente y de una dirección errática.
A su favor hay que mencionar la buena actuación habitual de algunos de sus principales actores como los ya veteranos Manuel de Blas, Antonio Dechent o Juanma Lara en el personaje de Mc Coy.
Si no les interesa especialmente ésta temática o están ya saturados de ella dediquen su precioso tiempo a descansar o disfrutar tan bien como deseen.
Reportaje en Hombre muerto no sabe vivir Días de Cine TVE
Únete a nuestro CANAL DE TELEGRAM