Ben Stassen (“Las aventuras de Sammy, un viaje extraordinario”) y Benjamin Mousquet dirigen Hopper, el polloliebre, esta divertida y educativa película de animación, una coproducción belga y francesa que mantiene sujeto en el asiento tanto al público infantil como adulto. Film que se estrenará en los cines españoles el próximo día 28 de octubre.
Título: Hopper, el polloliebre Título original: Chickenhare and the Hamster of Darkness
Año: 2022 Duración: 91 min País: Bélgica Dirección: Ben Stassen y Benjamin Mousquet Guion: David Collard Género: Animación Distribución: A Contracorriente Films
A Hopper le llaman “polloliebre” por ser mitad pollo y mitad liebre. Adoptado por el Rey Pedro, un famoso aventurero, Hopper deberá mostrar su valor para ser aceptado pese a ser diferente. Junto con sus fieles amigos se embarca en una emocionante aventura en busca de la reliquia conocida como “Hamster Oscuro”. La misión se complicará al tener que sortear las trampas que el malvado Lapin les tenderá intentando que fracasen. (A Contracorriente Films).
Hopper, un adolescente mitad pollo, mitad liebre, es hijo de un rey, pero este rey tiene una peculiaridad y es que le gusta vivir aventuras, es el rey de los exploradores, y no es casualidad, ya que el padre de este también lo fue, de ahí le viene su gran pasión. Sin embargo, Hopper, que cree que debe seguir los pasos de su protector, se halla en un momento crítico ya que se siente diferente, no solo porque sea mitad pollo, mitad liebre sino, también porque no encaja con la figura que cree que debería ser.
A pesar de estos altibajos Hopper se embarca en una gran aventura a la que se unirá Meg, una valiente mofeta y Abe su fiel servidor, una tortuga consejera. Ambos se convertirán en un gran apoyo para Hopper.
En este viaje de autodescubrimiento y aceptación logrará alcanzar sus objetivos con ayuda de sus grandes amigos.
Ser o no ser
El argumento que nos plantea la película Hopper, el polloliebre es muy shakespeariano: dos hermanos, uno de ellos rey y el otro (antagonista) quiere arrebatarle la corona. El tercer personaje que se suma a la ecuación es el protagonista de esta historia, Hopper, hijo adoptivo del rey, sobrino del antagonista que pugnará para que su tío no se salga con la suya. Pero además el personaje de Hopper se encuentra en una situación crítica, atraviesa un conflicto interior ya que se da cuenta que quizá no es digno de ser rey porque no se siente capaz de alcanzar las habilidades que posee su padre. Tiene dudas, se siente perdido y no encaja en la sociedad porque es diferente. Ser “especial” no le ayuda a entender su situación.
La autoaceptación
Últimamente no hago más que ver películas donde el personaje principal realiza un viaje de búsqueda de identidad, y sobre la importancia de aceptarse a uno mismo. Será que la sociedad en la que vivimos rechaza todo aquello que no se rige por una moda. Igual cabría detenerse y pensar en ello. En serio, pensemos en ello.
En el film Hopper, el polloliebre el personaje de Hopper siente que es diferente porque es rechazado por la sociedad y busca en él mismo ese motivo porque el que es rechazado para poder entender la causa de esa burla. La solución a este problema es decirle a Hopper que ser diferente lo hace especial, pero él no entiende eso que lo hace especial porque para él no hay distinción entre esas dos palabras.
A mí me vienen a la cabeza mil preguntas con respecto a esto, por ejemplo: ¿qué es ser normal? ¿es mejor ser normal que ser especial? ¿Por qué se utiliza tantas veces la palabra especial para calmar las inseguridades de una persona? ¿Por qué se utilizan tantas etiquetas para aceptar a los que creemos que no son como nosotros? En esto incide la película, algo que ha estado siempre inherente en la sociedad que nos rodea, pero en la actualidad adquiere mayor preocupación.
Sin embargo, Hopper logra entender la palabra “especial” y el desenlace de la historia parece positivo para él. Este largometraje invita a una reflexión en familia. Es un viaje que no se debe hacer solo.
Conclusión
Hacía mucho tiempo que no veía una película de animación. Creo que esta clase de películas ganan mucho si las ves en compañía porque el mensaje es compartido y tanto niños como adultos pueden disfrutar y aprender de ese viaje. Mi sobrino Sam que tiene 8 años, mi acompañante en esta aventura, la califica como “muy buena” así que, siguiendo su criterio y haciendo una reflexión después del visionado, no puedo hacer otra cosa que darle una buena puntuación a Hopper, el polloliebre.