En Cinemagavia hemos tenido la oportunidad de entrevistar a uno de los periodistas y críticos cinematográficos de referencia en nuestro país: Javier Tolentino. A su conocida apuesta por el cine independiente y cine de autor, da el primer paso en la escritura y realización cinematográfica con Un blues para Teherán, proyecto al que ha dedicado estos últimos cinco años. La cinta se estrena el próximo viernes 2 de julio, y Javier Tolentino nos habla de ella. Puedes leer AQUí la crítica realizada por Cinemagavia de esta película.

Cuenta con una extensa trayectoria de treinta años ligada a los micrófonos de RNE. Desde hace veinte años dirige en Radio 3 el mítico programa especializado en cine de autor El séptimo vicio. Cuenta con reconocimientos como el Premio de la Crítica (2002), el Premio del Festival de Cine de San Sebastián (2006) y en 2019 La Semana de Cine de Valladolid (La Seminci) le concedió la Espiga de Honor por su trayectoria. Todos estos galardones y muchos más no hacen otra cosa que poner en valor la tarea informativa y divulgativa de este espacio radiofónico.

Además de su trabajo en la radio pública española, colabora en numerosas publicaciones y revistas de cine. Ha publicado los libros El cine que me importa (2014, Larousse), Disculpen que les hable de la radio (2017, Caníbaal), Un alfabeto para Emma Suárez (2019, Extravertida) y en 2021 saldrá a la calle, Un blues para Teherán. Apuntes, un diario poético de sus viajes a Irán que contará con las imágenes de Juan López, director de fotografía de su ópera prima y con el prólogo y la portada de la artista iraní, Shirin Salehi.

Entrevista a ‘Javier Tolentino’

Elia Ríos/Cinemagavia: Javier Tolentino, periodista y escritor, Un blues para Teherán es tu primer largometraje. ¿Qué te ha decidido a dar el paso con este proyecto? ¿Qué querías transmitirle al público?

Javier Tolentino: Tenía varios en marcha. También tengo una trilogía de cortos que voy a cerrar en breve. Hay guiones y algunos proyectos que no han salido y, al final, mira, Un blues para Teherán sí salió. Siempre he tenido gusto por dirigir y hacer cosas de este tipo, solo que algunas veces sale y otras se quedan en el camino. Al principio era un proyecto más que venía trabajando junto con otros. Como en una carrera de caballos, uno empieza a tomar delantera y Un blues para Teherán tenía todas las papeletas porque tenía muy buena base, había estado varias veces en Irán, tenía las localizaciones…  era cuestión de conseguir los visados, que es un tema complicado en Irán.

Javier Tolentino

Intenciones y objetivos de Un blues para Teherán

Elia Ríos/Cinemagavia: Un blues para Teherán parte entonces de anteriores visitas a Irán y tu interés por el pueblo iraní. ¿El objetivo era profundizar un poco más en él?

Javier Tolentino: Sí, empezó por el cine iraní, me llamó mucho la atención. Al final te interesas por sus autores, por conocerlos. Viajé a Irán a los festivales de cine y les conocí. Y así fue saliendo la idea de forma natural. Hasta que me encuentro con Sandra Mora, productora de Quatre films. Ella coge el proyecto con fuerza y mucha confianza. Se consiguen las primeras ayudas de financiación en Valencia y también un apoyo muy grande de Cataluña. Con esos tres pilares arrancamos adelante. Mi objetivo con Un blues para Teherán es intentar, a través de las músicas antiguas de Irán interpretadas por su gente joven, tener alguna explicación sobre el complejo laberinto iraní.

Elia Ríos/Cinemagavia: Tu intención es aportar un punto de vista objetivo y que el espectador genere su propia opinión. Esto se nota en los tipos de plano, el comedido movimiento de cámara… todo tiene un aire muy objetivo. ¿Esta intención es por prudencia?

Javier Tolentino: Claro, yo creo que hoy todo el mundo opina de todo. Hay que tener un poco de respeto. En este caso a los iraníes, no puedes ir desde la burguesía acomodada de Europa y ponerte a juzgar. Mantengo distancia, yo no he venido a juzgar, sino a intentar saber. El uso de la cámara fija da esa distancia, lo que pase, pasa delante de una cámara fija. No hay cámara al hombro, ni ningún movimiento de que no sea natural. No me gustan los drones, por poner un ejemplo, me gusta la mirada natural de una persona. Yo pongo los datos y la música sobre la mesa y que cada uno tenga su percepción.

Quatre Films

Film algo complejo de etiquetar

Elia Ríos/Cinemagavia: Un blues para Teherán es un film algo complejo de etiquetar dentro de las categorías habituales. Cine documental, musical, trazos de comedia e incluso de drama… Nadie mejor que tú para esto, ¿Cómo etiquetas Un blues para Teherán?

Javier Tolentino: Creo que está dentro del cine de no ficción de hoy día; bebe del trabajo con los actores. Trabajas con esas personas como si fueran actores, hablas con ellos para conseguir que esa naturalidad que tienen en la vida cotidiana la tengan frente a la cámara, que se olviden de ella. Por ahí también tiene un resultado un poco de comedia. Al pensar en las búsquedas, las fuentes, la música, la elaboración… es un documental sin duda. Pero a su vez, cuando dejas las canciones prácticamente completas, se considera un musical. Y para otros es un docudrama… Para mí es un poquito de todo, un híbrido entre géneros.

Surtsey Films
Fotograma de Un blues para Teherán

La cultura en oriente, equilibrio entre tradición y modernidad

Elia Ríos/Cinemagavia: Al ver Un blues para Teherán nos acercamos a un pueblo cuya cultura no se conoce demasiado en Occidente, es tu aportación en ese sentido. Existe ese abismo provocado por una falta de interés general por nuestra parte. ¿En el sentido opuesto pasa igual? ¿Hay tanto desinterés en oriente por nuestra cultura como al contrario?

Javier Tolentino: Bueno, es complicado, a veces es algo propio. Por ejemplo, aquí somos muchos los que estamos bastante enamorados del cine iraní. Lo curioso es que ellos no tienen tanto amor por su cine, charlas en festivales internacionales y ves que les gusta más hablar de cine norteamericano. Pasa un poco como en España con el cine español. Creo que es algo muy común en casi todas partes, también me ha pasado en Argentina, que nos encanta su cine.

En una conversación cultural que tienen los artistas en la película dicen: ‘Mi obra es mi propia galería, no me gustaría prostituirme a través de mi arte’. En Irán hay una censura política, pero en Occidente la censura es comercial: lo que no gane dinero, se queda fuera. Es el sistema que tenemos, televisiones, plataformas… nos atontan así. En un festival no tanto, pero en una sala comercial… este tipo de cine no lo aguantan los chavales de hoy. A rasgos más generales, es cierto que Europa en concreto es fascinante para el mundo.

Elia Ríos/Cinemagavia: Aparece muy bien reflejada la convivencia entre la arraigada tradición y la modernidad que se abre paso. Percibimos al pueblo iraní muy aferrado a sus costumbres y tradiciones, pero ellos mismos parecen procurar que esto no deje a un lado lo moderno. ¿Crees que el pueblo iraní ha encontrado el equilibrio entre tradición y toda la modernidad a la que le abren las puertas?

Javier Tolentino: Culturalmente sí. En la música, en España tenemos algunos ejemplos de gente que manteniendo una base sólida de la tradición musical consigue hacer vanguardia, por ejemplo, Ramón Contreras. Para Irán eso no es excepcional, sino un hecho bastante obvio y extendido, la influencia y respeto por la música tradicional es habitual. Aquí parece que le tenemos un poquito de fobia al folklore, incluso la palabra en sí nos suena un poco mal. En Irán es básico.

En la película aparecen unos raperos y utilizan la base tradicional. Y su literatura, su escultura, la pintura, poesía… su relación con las bellas artes es muy importante. Se nota un país histórico con mucho peso. Pero eso no les ha servido para conseguir una organización social más igualitaria. Yo no le voy a dar respuestas al espectador, pero quiero que se haga las preguntas. ¿Cómo es posible que toda esa cultura, ese pueblo tan antiguo, no le sirva para ser un país transparente, igualitario…? Que se haga el espectador esas preguntas.

Javier Tolentino

La música como hilo conductor

Elia Ríos/Cinemagavia: La música precisamente es el hilo conductor y protagonista en cierto modo. Esto es muy interesante ya que, como otras formas artísticas, la música puede ser lenguaje universal y nos acerca unos a otros. ¿Es por la intención de acercar al espectador y que rompa su idea preconcebida?

Javier Tolentino: La música es el origen. Un cronista cinematográfico europeo viaja a Irán en busca de viejas canciones, es el origen de todo. Yo vengo de Radio3, donde la música es la esencia, nuestro lenguaje, para mí es fundamental, esencial. Estaba planificado, la ruta a seguir era la búsqueda de esas canciones. Yo no tengo sentido de lo comercial, no busco llenar el cine, hago aquella película que me gustaría ver.

Te sientas en la butaca y tienes una película que te calma, con planos largos, con los sonidos de la naturaleza… Además de la música, el sonido juega un papel muy importante. Es trabajo de Teresa Font, ella es música y cantante, y ha construido el sonido a través de su propia voz, tiene la misma tonalidad y sinfonía que los mirlos que ella previamente ha grabado. Es un conjunto, supongo.

Javier Tolentino

Erfan en Un blues para Teherán

Elia Ríos/Cinemagavia: Hablemos de Erfan, el rostro principal de Un blues para Teherán, ¿te costó encontrar a tu protagonista? ¿Qué puedes contarnos sobre él?

Javier Tolentino: Efran es kurdo, es un amante absoluto de la cultura. Escribe, lee poesía, hace teatro, canta, es músico, cineasta… Lo contratamos para que fuera mi ayudante de dirección. Poco a poco tuve claro que, aunque se le daba muy bien su trabajo y tenía ideas muy buenas, él iba a ser mi protagonista. Se lo oculté hasta el montaje. Se siente un poco engañado, pero no se lo podía decir, hubiera cambiado todo si él hubiera sabido que íbamos en esa línea.

Creo que se daba cuenta, que nos engañamos los dos, él haciendo ver que no sabía nada y yo fingiendo que le estaba engañando, resultó muy curioso. Es una joya como persona, hemos tenido conversaciones muy interesantes y conoce muy bien la cultura española.

En la película es una especie de alter ego, la metáfora de la derrota iraní: él quizás nunca consiga hacer todo lo que quiere porque está en una tela de araña administrativa que se lo impide, es su realidad y lo que simboliza.

Surtsey Films
Fotograma de Un blues para Teherán

Recorrido por Festivales y ahora en salas de cine

Elia Ríos/Cinemagavia: Tras cinco años para llevar a cabo el proyecto, es curioso que vea la luz precisamente el año en el que más difícil se ha puesto por la situación actual con la pandemia. ¿Ha complicado esto el proyecto?

Javier Tolentino: En realidad, no. La pandemia no ha jugado ningún papel por suerte salvo a la hora de mostrarlo, por la concentración de gente y demás. Hemos tardado tanto porque los permisos para filmar en Irán no son nada fáciles. Como turista en quince días tienes tu visado, pero si les estás diciendo que eres periodista o que vas a filmar, se alarga. A nosotros nos ha costado casi dos años conseguirlo. Después, el rodaje apenas duró un mes.

Elia Ríos/Cinemagavia: ¿Ha llegado a estrenarse en Irán?

Javier Tolentino: No, solo en los festivales. Se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Fajr y en el Cinema Verite. Pero según la embajada iraní esta película nunca podrá exhibirse allí por muchos motivos. Por ejemplo, en la escena de la cocina la mujer muestra su pelo… una mujer iraní no puede mostrar su pelo en público. Cosas del estilo. Pero bueno, eso no nos ha detenido.

Elia Ríos/Cinemagavia: Tras los festivales, ¿Cuáles es son las siguientes paradas?

Javier Tolentino: Nos lanzamos con el estreno en salas al fin. El estreno de fuego digamos que es el que queda, el estreno en las salas de cine. Es ahí donde la película debe encontrar por sí sola su propio público. Y además en América latina, aún estamos en ello, pero esperamos que también pueda estrenarse allí pronto.

Javier Tolentino

El cine y las plataformas digitales

Elia Ríos/Cinemagavia: Sobre todo por la comentada pandemia, en ese sentido, las plataformas de streaming han tomado protagonismo. ¿Crees que es un producto que podría encajar en las plataformas o al que las plataformas podrían serle de utilidad?

Javier Tolentino: Sí, claro. Fíjate que este año muchos festivales de cine han sido online y han tenido una subida considerable de alcance por eso. Deduzco que no todo el mundo quiere, por ejemplo, una comedia comercial, ligera y ya está. Creo que Un blues para Teherán es un tipo de cine con un público más elevado de lo que creen los distribuidores. Creo que hay que buscar, que hay hueco para todo y para todos. Resultaría interesante que cada vez haya más público para cine de calidad y creo que puede pasar.

Elia Ríos/Cinemagavia: ¿Crees entonces que la pandemia ha modificado el modo de ver el cine?

Javier Tolentino: Sí, porque aunque casi todos nosotros ya usábamos las plataformas, el gran público lo ha explotado con la pandemia. La gran incógnita ahora es saber cuánta gente se va a quedar en casa con esas plataformas, que económicamente es comprensible. Pero hay detalles de una película que no se van a apreciar tanto como en una sala de cine. En Un blues para Teherán el tema de sonido es importante, pero no se aprecia igual si no es en una sala de cine. Pero no, no sabemos si la gente que siga disfrutando de las salas de cine serán suficientes para mantener ese formato tal y como lo conocemos.

Mira con la prensa, ¿Quién se compra hoy un periódico? ¿Son suficientes? Pues con las salas de cine, poco a poco, parece que está pasando igual. Esperemos que no. Dentro de un cine de autor a la gente le gusta un coloquio, una presentación con el equipo artístico y el equipo técnico… eso ya lo teníamos antes, en filmotecas, cinetecas… pero claro, el cine que no se ve en salas, no se ve en condiciones, está rodado para ello, para verse y disfrutarse en salas.

Javier Tolentino

Proyectos futuros

Elia Ríos/Cinemagavia: Por último, nos encantaría conocer tus futuros proyectos tras el estreno de Un blues para Teherán.

Javier Tolentino: Seguiré en la línea del cine. Estamos con el segundo proyecto, estudiando su viabilidad.  Si todo va bien, el primer trimestre de 2022 estaremos rodando en Cataluña. Además, empecé en 2008 una trilogía de cortometrajes. El primero fue La noche que supe de Peter Pan, el segundo fue Alba, en 2013 y ahora en 2021 llega la tercera entrega rodada en Úbeda, se titula Entre telas. Es una trilogía de romance, la tercera entrega es bastante erótica, con Cecilia Gala, bailarina del Teatro Real de Madrid. Es bastante subversivo y creo que muy interesante.

Perfil de Javier Tolentino en IMDB

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