“Jericó, el infinito vuelo de los días”, el lujo de la sencillez

Un caleidoscopio de retratos íntimos de mujeres del pueblo de Jericó en Colombia que revelan el espíritu femenino de su cultura y preservan el patrimonio inmaterial colombiano. (FILMIN)

Dónde se puede ver el documental

Paseando por las alegres calles de Jericó

Jericó, el infinito vuelo de los días es un homenaje coral que la directora Catalina Mesa hace a las mujeres de la localidad de Jericó. situada a 112 kilómetros de Medellín en la región colombiana de Antioquía. Los orígenes familiares de la directora y en especial de su tía abuela son procedentes de ésta bella localidad.

Desde el colorista cartel promocional de la película se muestran sus alegres casas que recorre la directora fotografiando sus exteriores e interiores mientras habla con mujeres de todas las edades y características. Excelente colorización a cargo de Joaquín Olaya.

A través de éstas sencillas pero sabias conversaciones desgranan con naturalidad sus vidas cotidianas enriquecidas con su vitalista sentido del humor. La expresión del sentido femenino de su cultura se plasma en sus ocupaciones diarias constituyendo un rico patrimonio inmaterial.

Catalina Mesa pasea por sus luminosas calles bajo el resplandeciente cielo azul como si fuera un escenario de un lugar utópico y feliz. El documental se enriquece aún más con la alegre y variada música popular de Los Panchos, Pérez Prado y Teresita Gómez con una brillante edición de sonido por Benoit Gargonne.

Coproducción colombiana y francesa de Miravus y Saviadulce  rodada en los años 2014 y 2015 en el Municipio de Jericó (región de Antioquía).

Conviviendo con sus alegres y sabias mujeres

Considerado el pueblo más bonito de Antioquía es fundamentalmente rural con una población de unos catorce mil habitantes siendo un lugar destacado perteneciente a la Red de Pueblos Patrimonio de Colombia. Además tan interesante como sus coloristas casas y edificios de arquitectura característica es su población paisa y la sabiduría y carácter de sus mujeres.

A lo largo del documental Catalina Mesa nos va presentando una por una a once mujeres de todas las edades y de características muy diferentes con el patrimonio común del “lujo de la sencillez”.

Cecilia, Manuela, Elvira, María Fabiola, Luz, Licinia, Ana Luisa, Celina, Laura, Luz Dora, Manuela y Rosa Margarita. Todas ellas mujeres sencillas dotadas de un gran sabio sentido del humor con el que viven a diario. Con ellas paseamos parsimoniosamente por sus tranquilas calles, sus divertidos bazares y tiendas, cafetines y mercadillos.

La habilidad de Catalina Mesa en sacar lo mejor de ellas en sus conversaciones donde nos hablan de sus vidas pasadas y actuales con la sabiduría que da la sensatez. Desde las situaciones más dolorosas hasta las más alegres siempre las abordan con la mejor actitud y el humor más inteligente.

Disfrutamos oyéndolas hablar con sus expresiones más características como “mijita”, sus “agüeros” o profecías, “anillo al dedo”, “gocé mi vida”, “no era para casada”, etc.

Compartiendo “un tinto” (café solo) en sus casas o en cualquier tranquilo cafetín nos cuentan que “el libro de la vida es tan grande que no alcanza a leerlo nadie” o que “Dios nos vio pero nosotros a él no”.

Alegre y sabia filosofía de vivir

Luego entre paseo y paseo con Catalina Mesa, dentro o fuera de sus alegres coloristas casas, desde la más humilde hasta la más espaciosa siguen aportándonos su actitud vitalista desde la calma y el amor. Continúan desgranando sus recuerdos y aprendizajes “Viajar es el mejor estudio que hay” o “La herencia se le deja a los hijos en la cabeza no en el bolsillo, ni en plata ni en nada”.

Las vemos jugar a las cartas, preparar sus sabrosas, sanas y sencillas comidas, reír con sus ocurrencias, rezar a su manera o compartir alegrías poniendo siempre “dulzura a la vida” porque como dice otra “vamos de paso aquí” o “hay que vivir de las esperanzas”.

El sencillo montaje de Loic Lallemand hace discurrir nuestro viaje por Jericó de manera natural sin sobresaltos revitalizándonos con la energía que nos aportan sus habitantes.

El caleidoscopio de personajes es tan variado como la cocinera Luz, la historiadora y antigua maestra Ana Luisa, la humilde mujer ganadera Celina o la joven médica rural Manuela.

Luego ascendemos con la luminosa fotografía de la película a ese lugar mágico que es el Cerro de las Nubes, donde además de respirar aire puro vemos a los niños volando sus alegres cometas. Tras pintarlas y fabricarlas suben en una larga caminata para airearlas volándolas para que puedan verlas y ser vistas desde abajo en el pueblo.

Jericó, el infinito vuelo de los días nos recrea la siempre alegre Fiesta de las Cometas que vuelan los niños tradicionalmente en el Cerro de las Nubes al pie de la gran estatua de Cristo.

Conclusión de 'Jericó el infinito vuelo de los días'

Disfrutaremos viendo éste alegre y colorista documental de realismo mágico como si fuera alguno de los espléndidos libros de la rica narrativa latinoamericana.

Ésta pequeña joya cinematográfica de escaso presupuesto consigue  grandes resultados sin necesidad de costoso casting, sofisticados efectos especiales o complejas construcciones.

Recargamos energías aprendiendo y deleitándonos con sus sencillas y sabias mujeres, disfrutando de sus expresiones y sentido sano del humor.

De nosotros depende no dejar que nos pase inadvertido, Catalina Mesa ya  creó y nos ofreció ésta pequeña maravilla.

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