"June y Kopi": Una fórmula tan infalible como tramposa

Netflix suma a su catálogo una nueva pieza de origen asiático, concretamente producida en Indonesia. Noviandra Santosa se distancia del terror propuesto en su primera cinta (Pintu Merah) para presentar June y Kopi, película familiar protagonizada por los dos caninos que prestan sus nombres al título. La trama es superficial pero efectiva. Una familia acoge en su vida una mascota peluda que, con desobediencia y ternura, irá haciéndose un hueco en cada uno de sus corazones. Cuando termina, son muchas las preguntas que culposamente rondan nuestra cabeza. Estreno en Netflix el 28 de enero.

Crítica de 'June y Kopi'

Ficha Técnica

Título: June y Kopi
Título original: June & Kopi

Reparto:
Acha Septriasa (Aya)
Makayla Rose Hilli (Karin)
Ryan Delon (Ale)

Año: 2021
Duración: 90 min.
País: Indonesia
Director: Noviandra Santosa
Guion: Noviandra Santosa
Fotografía: Budi Utomo
Música: Joy Ngiaw
Género: Comedia
Distribuidor: Netflix

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Tráiler de 'June y Kopi'

Sinopsis

Un perro callejero es acogido por una pareja joven, y el hoyo de la familia se convierte instantáneamente en cómplice mientras se adapta a su nuevo y amoroso hogar.

Dónde se puede ver la película

June

Podría acusarse a June y Kopi de tener una moralidad cuestionable, ya que se incluye dentro de esa subcategoría de películas que utilizan artimañas para rendir al público a sus pies, o mejor dicho, a los de su mascota. June es la única protagonista de la película. Su actuación eclipsa y sobrepasa a la de cualquier miembro del reparto, incluido Kopi, su compañero cuadrúpedo. La producción parece estar hecha expresamente para que esta joven perrita se luzca frente a la pantalla. El resto son diálogos banales sin carga expresiva que devalúan aún más el nivel de las actuaciones. El único cometido de la familia es construir un conjunto de situaciones que permitan a June ir robando el corazón de los presentes de cara a su objetivo final.

Descontrol

Es obvio que June y Kopi está destinada a un público concreto, los niños. Aunque no fuera cierto, esta podría ser una de las razones para explicar la superficialidad de la mayoría de los personajes. Solo de esta manera, podríamos entender el comportamiento tan exagerado y estridente de la tía, además de su función en la película. Un comportamiento que más que generar humor termina causando agotamiento.

La puesta en escena no está muy estructurada, podría decirse que absorbe muchas características de una sitcom o comedia de situación. Toda la película parece estar cubierta por una capa de bajo contraste. Las luces son suaves, esto dificulta o impide marcar una pizca de sombra en la cara de los actores. Su parecido con las sitcoms también se puede extrapolar a su dirección, donde los planos parecen alargarse excesivamente y buscan sin ningún fundamento captar la acción. La falta de planificación deriva en un popurrí de errores de difícil comprensión; planos insustanciales, errores de etalonaje, cámaras lentas y un desbarajuste en la utilización del plano subjetivo.

Sin duda, todos estos errores no serán evidentes desde la mirada de un niño, que centrará su atención en la dulzura de la perrita, y seguramente en las situaciones cómicas que este personaje, a diferencia de la tía, sí sabe generar.

La trampa

Es en este apartado donde la artimaña se hace más evidente. El drama incluido en la segunda mitad de June y Kopi, funciona como anillo al dedo gracias a la utilización de recursos fáciles de gran carga emotiva. Es en esta parte donde los flashbacks y la música toman gran prioridad. También la repetición de acciones ya establecidas, como el gesto de dar la patita.

Aunque se observan errores bastante notorios y algo de superficialidad en la película, es en el desenlace donde todo se olvida. Nos dejamos cautivar por el carisma de la protagonista, imponiendo de forma cruel la seguridad de June respecto a la del resto de su familia. Este pensamiento, es sin duda, bastante cruel, pero en todo momento, la directora lo utiliza para despertar emociones. Es en este punto donde con mucha facilidad se manipulan los sentimientos del espectador.

Conclusión de 'June y Kopi'

June y Kopi no muestra un ápice de originalidad dentro de un subgénero de emociones fáciles. Al igual que la mayoría, funciona al despertar dentro del espectador un sentimiento de nostalgia y compasión, extraído de la lealtad desbordante de la mascota protagonista. De alguna manera, vemos a estos acompañantes como seres de pureza infinita, la directora lo sabe, y lo utiliza como un recurso fácil para generar emociones en un espectador indefenso ante lo mencionado anteriormente.

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