Kaouther Ben Hania es una directora y guionista nacida en Sidi Bouzid, en Túnez. En 2021 fue nominada a los Premios Óscar con El hombre que vendió su piel en la categoría de mejor película internacional. Así, se convirtió en la primera nominación a una película tunecina. Este film es su tercer largometraje, tras el éxito de "La bella y los perros", preseleccionada en los Premios Óscar. Ha sido estudiante de La Fémis, una de las universidades de cine más prestigiosas del mundo. Ahí realizó proyectos como el cortometraje "Moi, ma sœur et la chose". También se forma en la Universidad Sorbona-Nouvelle en París. Además, en 2014 realiza su debut en el séptimo arte con "Le Challat of Tunis", una sátira social sobre la relación entre hombres y mujeres, seleccionada en el programa ACID del Festival de Cannes. Su filmografía se ve influenciada por el género documental.
En Cinemagavia hemos tenido el placer de entrevistar a Kaouther Ben Hania por el estreno en España de El hombre que vendió su piel, este 8 de abril de 2022. En primer lugar, nos cuenta cómo vive el estreno del film. A continuación, nos explica si siente presión al haber sido nominada en los Premios Óscar. También reflexiona con nosotros sobre la crítica social que se ve en el film, así como sobre el significado de dignidad. Asimismo, nos da su punto de vista sobre el poder y cómo este término es fundamental en su cine. Por otro lado, nos cuenta cómo pudo crear ese ambiente de ansiedad de forma técnica y la selección de colores utilizados en el film. Por último, nos da su opinión sobre el debate creado en torno a los refugiados ucranianos y su trato, en comparación a los refugiados sirios.
Resumen
Entrevista a Kaouther Ben Hania
Diego Da Costa / Cinemagavia: ¿Cómo te sientes que el estreno de El hombre que vendió su piel llegue a salas de cine comerciales en España?
Kaouther Ben Hania: Significa mucho para mí, sobre todo España, porque hay territorios como Francia que son productores, de Túnez ni siquiera vamos a hablar. Por lo que cuando la película llega a un país que no ha contribuido en la producción ni en la financiación, es una alegría enorme. Entonces, es magnífico.
Diego Da Costa / Cinemagavia: Al ser una película que ha sido nominada en los Premios Óscar, ¿sientes cierta presión a la hora de afrontar un nuevo proyecto?
Kaouther Ben Hania: Presión no, espero que me ayude a poder financiar mejor mis películas, porque tengo muchos proyectos todavía, hay proyectos ambiciosos. Por lo que, los Óscar representa una garantía, aunque no signifique nada como tal. Sin embargo, para la gente que tiene un poco de miedo de correr cierto riesgo al financiar mis películas, es una forma de garantía.
Diego Da Costa / Cinemagavia: ¿Cómo surge combinar ese universo entre una crítica social con los refugiados y una sociedad cada vez más mercantil mediante la representación de un refugiado sirio y una galería de arte contemporáneo?
Kaouther Ben Hania: Esa combinación ya existía en la base principal de la película, un hombre normal que se convierte en una obra de arte y yo lo convertí en un refugiado, para que hubiera un reencuentro entre esos dos mundos que, normalmente, no se conocen. Entonces, esa historia original es las raíz de ese encuentro, pero después, con el desarrollo de la película, se produce ese contraste y ese encuentro.
La dignidad humana
Diego Da Costa / Cinemagavia: No hay una definición real sobre lo que te hace ser digno, ¿cambia el significado de la dignidad según las condiciones de cada persona?
Kaouther Ben Hania: Yo creo que la dignidad tiene un sentido real, creo que hay gente que puede tener un compromiso con su dignidad y personas que están a caballo entre las dos cosas, eso a nivel individual. Luego, nos encontramos en un sistema político, como ciudadanos, que no respeta la dignidad humana. Y ahí es donde es complicado.
Entonces, las personas que están a caballo entre su dignidad y lo demás, su destino es mucho más complicado a la hora de tener que acomodarse a las circunstancias. La noción de la dignidad está muy ligada a la noción del poder y a la de dominación-sumisión. La persona que es dominada, le cuesta más, ya que se supone que puede hacer más concisiones, lo cual no siempre es verdad. Se espera que una persona con poder sea más digna, a priori.
Las relaciones de poder
Diego Da Costa / Cinemagavia: Hablando sobre el concepto de poder, vimos una crítica en tu anterior película a este término mediante el sistema policial. En esta ocasión, es el poder a través de la posición social, del dinero. ¿Había una intención de mostrar a las sociedades occidentales la responsabilidad que pueden tener en estas relaciones de poder?
Kaouther Ben Hania: La noción de poder me interesa de una manera absoluta, independientemente del lugar geográfico. Esa es la razón por la que en mi anterior película lo aborde a través de la policía, porque ellos tienen el poder mediante las armas. En cambio, esta película me interesaba otro concepto de poder, menos violento, sin tanta confrontación, un poder de guante blanco. Esa era mi meta, y también introducir el mercado del arte, ese poder es más fuerte que el de las armas, es un poder conceptual, un poder que forma ideas.
Por tanto, es un poder mucho más fascinante, hablamos de occidente, porque es la civilización triunfante, es la civilización que fabrica las ideas para el resto de la humanidad. Por ejemplo, si hablamos de Hollywood, fabrica una noción de ideas en torno a superhéroes, vaqueros... Dentro de cualquier país hay una élite que forma las ideas, es una idea que se puede extrapolar también a otras culturas y otros lugares.
Huir del poder
Diego Da Costa / Cinemagavia: ¿Es imposible escapar del poder?
Kaouther Ben Hania: Sí, no se puede. Los seres humanos nos hemos quedarnos aquí en la tierra porque colaboramos, y en esa colaboración hay un toma y daca. Ese toma y daca es una relación de fuerza. Para cooperar hay que crear una relación política, y ahí se empieza a complicar. No podemos vivir en una sociedad 100% igualitaria, hay una característica relacionada directamente con los recursos en el mundo. Por tanto, a menos que vivamos en una especie de paraíso, donde cada uno pueda tener lo que quiera... Si tuviéramos ese paraíso con todos los recursos, igual podríamos estar en una sociedad igualitaria. Sin embargo, cuando hay carencias y luchas por los recursos, ahí surge el tema del poder.
Diego Da Costa / Cinemagavia: ¿Es importante que directoras como tú, puedan mostrar esas relaciones de poder desde la perspectiva de las personas menos favorecidas?
Kaouther Ben Hania: Sí, es importante, que yo esté ahí (risas), es muy importante.
Diego Da Costa / Cinemagavia: El cine no deja de ser una relación de poder...
Kaouther Ben Hania: Sí, absolutamente, esos juegos de poder...
La ansiedad y la mirada
Diego Da Costa / Cinemagavia: ¿El cine está más abierto a ver esas realidades del pueblo, esa mirada de los barrios, de gente no tan favorecida?
Kaouther Ben Hania: Sí, claro, el cine es un medio para suscitar ideas, es una herramienta de propaganda. En comparación con el discurso dominante de años anteriores, se le está dando voz a los personajes que estaban en el segundo o tercer plano, donde no había mucha profundidad, donde eran arquetipos. Entonces, convertirlos en personajes principales es hacer propaganda, ya que al mostrar que son importantes, que son humanos complejos, eso sacude el imaginario que tenemos.
Diego Da Costa / Cinemagavia: También se ve ese ambiente de ansiedad en la película. Ese país que comienza por ser su anhelo de libertad acaba por ser su cárcel. ¿Cómo has creado ese ambiente a través de la forma técnica, sin apoyarte tanto en palabra? ¿Lo tuviste siempre claro o fue surgiendo con el rodaje?
Kaouther Ben Hania: No había ideas claras al principio, fue una búsqueda constante. A veces reescribimos, cambiamos, buscamos la mejor manera de encontrar la mejor forma de expresar las emociones, los sentimientos... Además del actor, del decorado, el color, la luz... Todo ello participa en esta sensación. Entonces, la construcción se produce como en la arquitectura.
El realismo y la ficción
Diego Da Costa / Cinemagavia: A la hora de escoger los colores, ¿tenías más claro cuáles querías en la película?
Kaouther Ben Hania: Como yo sabía que la imagen principal de la película era el visado Schengen tatuado, quería utilizar los colores de ese visado en la película y hacerlos estallar, pero también quería empezar y terminar con una escena blanca. Quería hacerlo porque el blanco es un poco todos los colores. Eso me dio la posibilidad de sacar los colores e ir desarrollando algo a partir de cada canon.
Diego Da Costa / Cinemagavia: En tus películas se ve que hay una base real, aunque en esta película sea solo el punto de partida, ¿siempre necesitas inicio, a partir de un caso real, para comenzar tus proyectos?
Kaouther Ben Hania: No sé si es importante, pero eso me viene seguramente del documental, porque yo empecé en este género, y sigo haciéndolo. Creo que la realidad al final a veces es más fuerte que la ficción. A veces también sugiere la ficción. Para mí, es una buena relación hacia lo real, plantearme qué significa "lo real", cómo explorarlo.
La crisis de los refugiados
Diego Da Costa / Cinemagavia: Para terminar, estamos viviendo la crisis de la guerra de Ucrania, donde hay un movimiento importante de refugiados. Uno de los debates que se presenta es la apertura de fronteras de una manera más fácil a los ucranianos por ser ciudadanos europeos, pero no hay esa accesibilidad cuando los refugiados son de Siria. ¿Qué opinas sobre ello?
Kaouther Ben Hania: ¿Por qué me lo preguntas sobre ello? Yo solo he hecho una película. (Risas)
Diego Da Costa / Cinemagavia: Porque el protagonista es un refugiado sirio.
Kaouther Ben Hania: Sí, es verdad. No sé... Supongo que los europeos se sienten más afines a los ucranianos. No sé qué decir. Mi opinión sobre ese tema va a lo tribal, a una idea muy antigua. Hay un proverbio chino que dice “yo me alió con mi hermano contra mi primo, luego, con mi hermano y mi primo contra mi vecino y todos ellos contra ese otro barrio”. Siempre necesitamos al “otro”, porque definimos nuestra identidad por las diferencias que tenemos con el otro.
Son cosas primitivas, y siempre han existido. Son ideas muy antiguas, muy arraigadas en los humanos, incluso en los europeos. Ahora los europeos tienen el privilegio de acoger y recibir, pero en el seno de un mismo país está el “mi hermano contra mi primo, los dos contra el vecino”, pasa en todas partes. En los momentos de crisis y de guerra, vuelve esa noción arcaica. No significa que los ucranianos sean más simpáticos que los sirios, solo quiere decir que estamos hechos así. La civilización intenta ocultar el lado primitivo, pero basta con que haya una crisis y miedo para que lo primitivo vuelva a florecer y salir.
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