"La Golfa de Jamming": En plena forma

Cada Jamming Session es creación en el momento: diferentes improvisacionings, diferentes intérpretes, diferentes estilings, diferentes sugerencias del público… Posibles sorpresas como música en directo y artistas invitadings, de las Jamming Sessions: La Golfa de Jamming, el último viernes de cada mes, donde además si te atreves, puedes subir al escenario a improvisar con Jamming. (TEATRO MARAVILLAS). 

Un regreso por todo lo alto

Jamming Teatro lleva ya más de 20 años sobre los escenarios, por lo que, se valora que sigan triunfando en el público después de tanto tiempo. El regreso de La Golfa de Jamming ha sido un auténtico espectáculo de risas, donde durante la hora y media que dura, logra formar un línea artística hilarante donde luce la calidad de sus improvisaciones. Se puede ver la rapidez mental que presentan los anfitriones, uniendo las diferentes narrativas, de forma que los asistentes no pierden la atención en ningún momento. Además, aunque ya se conocen las distintas secciones que marcan el ritmo del espectáculo, el componente de tener distintos invitados y la propia improvisación hace que cada función sea única. No es la primera vez viviendo la experiencia de Jamming, pero, en esta ocasión, ha regresado por todo lo alto.

Una de las razones de este éxito son los componentes de la compañía, que siguen demostrando la química que hay entre ellos. Tantos años juntos sobre la escena, hace que con apenas unos gestos sepan hacia dónde van. En primer lugar, Paula Galimberti derrocha carisma, es pura potencia escénica, logra captar la atención del público y provoca risas instantáneamente. Después, Juanma Díez navega con fluidez, teniendo momentos de gran lucidez cómica, así como una corporalidad y una gestualidad muy acertada. Por su parte, Lolo Diego conoce a la perfección la dinámica y se deja llevar por la naturalidad, aunque ha tenido funciones mejores. Sin embargo, la guinda del pastel ha sido una excelente Ana Morgade, que despuntó desde el principio. Morgade regaló una clase magistral de improvisación, viéndose su bagaje profesional. Su trabajo sobre el escenario fue de lo mejor de la función.

Una fórmula que sigue funcionando

Una vez se pasa las puertas del Teatro Maravillas, La Golfa de Jamming espera a los espectadores con una banda en vivo. Este detalle, permite que el espectador se siente en el patio de butacas de forma que pueda tener un hilo musical de fondo agradable. Además, así se va creando una atmósfera a tono con el espectáculo que se va a ver a continuación. Después, mediante efectos de sonido, se presenta al equipo de Jamming. La propuesta a nivel escénico no cuenta con muchos artilugios, siendo un acierto por el tipo de producción que es. Aun así, saben aprovechar aquellos elementos que traen a escena, como sillas, incluso su propio vestuario. Efectivo, para apoyar la acción y el movimiento en escena.

El ritmo del espectáculo es vertiginoso, no se produce ningún momento incómodo, lo que permite explotar su dinamismo al máximo nivel. Asimismo, saben equilibrar los momentos en los que echan mano de la participación del público, para dar todavía más juego a lo que sucede sobre el escenario y evitar que todo se efectúe en el mismo tono. Por lo que, la fórmula de Jamming funciona y eso es un hecho, la sensación que se queda una vez finaliza es de haber disfrutado de un show de improvisación de humor de alta calidad. No obstante, lo único que deberían cuidar es el desempeño técnico, durante la función del 29 de septiembre, hubo varios problemas de sonido, lo que produjo durante un tiempo sustancial un pitido y ruido incómodo. Excepto por ello, este montaje logró un alto nivel.

Conclusión

La Golfa de Jamming regresó en plena forma, con espectáculo lleno de hilaridad y que demuestra por qué sigue triunfando esta compañía en el teatro. Además, comenzó con una invitada excelente, Ana Morgade se llevó de calle la función, con una lección magistral de improvisación que expone su talento en este género. Magnífica. El ritmo fue vertiginoso, lleno de dinamismo, sabiendo equilibrar las distintas partes que forman el show. Improvisación en estado puro, con altas dosis de diversión y un talento que hace vibrar al público.

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