La directora francesa Tonie Marshall en La Número Uno denuncia la dificultad a la que se enfrentan las mujeres para acceder a puestos directivos en la empresas francesas aunque también puede ser perfectamente aplicable dicha situación en nuestro país. Este drama corporativo con ciertos elementos de thriller, está protagonizado por una sensacional Emmanuelle Devos en el papel de una mujer ingeniosa y de mucho talento, que ha de enfrentarse contra el patriarcado y el machismo existente dentro del mundo de las grandes corporaciones. La Número Uno clausuró la primera edición de Cine por Mujeres celebrado el pasado mes de abril en Madrid. Estreno el 6 de Julio.



La número uno

Crítica de La Número Uno

Ficha Técnica

Título: La Número Uno
Título original: Numéro une

Reparto:
Emmanuelle Devos (Emmanuelle Blachey)
Suzanne Clément (Véra Jacob)
Richard Berry (Jean Beaumel)
Sami Frey (Henri Blachey)
Benjamin Biolay (Marc Ronsin)
Francine Bergé (Adrienne Postel-Devaux)
Anne Azoulay (Claire Dormoy)
Bernard Verley (Jean Archambault)
John Lynch (Gary Adams)

Año: 2017
Duración: 110 min
País: Francia
Director: Tonie Marshall
Guion: Raphaëlle Bacqué, Marion Doussot, Tonie Marshall
Fotografía: Julien Roux
Música: Fabien Kourtzer, Mike Kourtzer
Género: Drama. Thriller
Distribuidor: Wanda Visión

Tráiler de La Número Uno

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Sinopsis

La Número Uno nos cuenta la historia de Emmanuelle Blachey, una brillante ingeniera que ha conseguido escalar y finalmente entrar en el comité ejecutivo de su empresa, el gigante francés de la energía. Un día, una red de mujeres influyentes le propone ayuda para conquistar la dirección de una importante empresa que cotiza en bolsa. Esto la convertiría en la primera mujer en ocupar un puesto de tal calibre. Pero en las esferas aún dominadas por los hombres, los obstáculos de tipo profesional y personal se multiplican. La conquista se anunciaba triunfal, pero en realidad se trata de una guerra.

Premios

  • Premios César: Nominada a Mejor actriz (Emmanuelle Devos). 2017

Dónde se puede ver la película



Ser la número uno

Para ser un número uno en la vida hay tres motores esenciales: poder, sexo y dinero. Sin embargo, ningún hombre puede manejar los tres a la vez, a lo sumo dos. Esta es la declaración de intereses expresada por uno de los personajes masculinos de la película. En esta filosofía o modus operandi se tiene que mover nuestra heroína. Pero, ¿para una mujer ser la número uno en un mundo corporativo significa lo mismo?.

Emmanuelle Blachey (Emmanuelle Devos) es una ejecutiva senior miembro de la junta directiva de una importante corporación energética francesa. Un influyente grupo de presión feminista se acerca a ella para pedirla que se presente a la presidencia de la compañía de agua más grande de Francia. Emmanuelle podría estar ante el hito histórico de ser la primera mujer en dirigir una empresa del CAC 40 (el equivalente a nuestro IBEX 35).

Emmanuelle Devos

Para Emmanuelle tener éxito significa poder desarrollar y realizar todo su potencial formativo y profesional. Estamos ante una mujer que ha trabajado duro para construir una carrera llena de éxitos en donde nunca tuvo que jugar con la carta feminista. Sin embargo, cuando se le ofrece la posibilidad de ser la primera directora ejecutiva femenina en la historia de Francia, se da cuenta de que no podrá llegar a donde quiere sin el apoyo y la solidaridad femenina, y lo que es más importante, a saber jugar con las mismas armas utilizadas por los hombres.

Guerra de guerrillas

A partir de aquí la trama se calienta. Para llegar al apreciado cargo no será nada fácil, tendrá que prepararse para una dura y larga travesía, llena de obstáculos, en un mundo dirigido y dominado tradicionalmente por hombres que no soportarán ver a una mujer acceder a tal posición de responsabilidad. Se enfrentará al machismo y a las sucias tretas de sus competidores, encabezados por el manipulador Jean Beaumel (Richard Berry).

Emmanuelle se enrolará en una guerra de guerrillas de sexos, en donde tendrá que aprender a convivir con los celos y las malicias de sus colegas masculinos y con el día a día de las puñaladas traperas por la espalda (el elemento paisajístico más común). Además, debe luchar contra sus problemas psicológicos (su madre perdió la vida ahogada cuando tan solo era una niña), y las rabietas de su marido que al pasar a ocupar un segundo plano tiene que decidir si sacrifica su vida profesional.

La Número Uno

La guinda del pastel, como en cualquier historia de este tipo, no estaría lo suficiente completa sin la existencia de un traidor. Uno especialmente deslumbrante y seductor que se confraternizará con su enemigo.

Elaborado y documentado guion

En la elaboración del guion, Tonie Marshall y su co-guionista Marion Doussot, con la inestimable colaboración de la reportera Raphaelle Bacqué, se han documentado ampliamente. Para ello se han puesto en contacto con muchas mujeres próximas al poder conocedoras del tema (Anne Lauvergeon, Claire Pedini o Laurence Parisot).

En la película se aprecia montones de detalles que describen con preocupación la realidad existente en ciertas altas esferas, donde la lucha por el poder está enquistada, marcada y dominada por determinadas prácticas obstinadas, tradicionalistas y machistas que impiden una renovación o transformación. En contrapartida, aparece un nuevo tipo de gestión, practicado por mujeres altamente preparadas y cualificadas que no tienen nada que envidiar a sus homólogos masculinos, a las que se las cuestiona sus habilidades y autoridad, y que ejercen de manera diferente.

Emmanuelle Devos

Tonie Marshall crea una puesta en escena dinámica y de gran tensión en la carrera hacía el poder. Describe muy bien las pequeñas humillaciones sufridas por las mujeres en su día a día, inclusive en puestos de relevancia, donde tienen que lidiar con un sexismo no acorde a los tiempos en que vivimos, sino más propios de otras épocas.

Ricos personajes y buenas interpretaciones

La interpretación de Emmanuelle Devos es estelar. Tonie Marshall teje una serie de personajes secundarios de gran relevancia, con su propia personalidad, bien desarrollados, alrededor de la protagonista, que ayudan a fortalecer la actuación de Devos. Algunos de ellos memorables, especialmente el de Richard Berry, en el papel de un despiadado ejecutivo, o el de Sami Frey como el carismático padre de Emmanuelle, un profesor de filosofía jubilado, ingresado en un hospital, que ama a su hija pero a la que nunca ha valorado lo suficiente su éxito.

También debemos destacar a Suzanne Clément en su interpretación de Véra Jacob, una confidente y amiga ferozmente feminista, y sobre todo, a Benjamin Biolay como Marc Ronsin, con una interpretación más que convincente, con múltiples registros, personaje crucial en la trama, y es el que más evoluciona de todos (no se si a alguien más le pasará igual, pero me recuerda mucho a Benicio del Toro).

Conclusión de La Número Uno

Interesante drama con tintes de thriller sobre el mundo corporativo, en la que describe de manera fascinante las complejidades de la lucha por el poder, y nos deja un inquietante y claro mensaje: la batalla para ser la primera mujer número uno no acaba con su consecución. Una vez obtenido el cargo, cada decisión tomada por la ejecutiva, solo por el hecho de ser mujer, será cuestionada y analizada con más profundidad de lo que se le haría a un hombre.

Reportaje de La Número Uno en Días de Cine TVE

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