La compañía La Polaca Teatro representa hasta el 23 de junio en El Umbral de Primavera, La prudencia, obra original del autor Claudio Gotbeter. Esta comedia ha sido todo un éxito en países como Argentina, Francia y Alemania, llegando a Madrid bajo la dirección de Luis Alain Basadre. Protagonizada por María Resano Zuazu, María Rodríguez Pageo y Susana Inés Pérez, ha logrado obtener éxito entre el público en su paso por la capital madrileña.



La prudencia

Crítica de 'La prudencia'

Ficha Técnica

Título: La prudencia
Título original: La prudencia

Reparto:
Susana Inés Pérez
María Resano Zuazu
María Rodríguez Pageo

Duración: 90 min. apróx.
Dirección: Luis Alain Basadre
Dramaturgia: Claudio Gotbeter
Iluminación y música: Luis Alain Basadre
Fotografía:
Erica M. Santos
Producción: La Polaca Teatro

Tráiler de 'La prudencia' 

Sinopsis de 'La prudencia'

La prudencia nos presenta a dos amigas, Margarita y Trinidad, que se juntan para celebrar el fin de año. Quizá el año que viene será mejor. Alguien llama a la puerta. ¿Será su amiga Nina? La prudencia y el miedo al otro que se generaliza en las sociedades desemboca en paranoia, disparate y absurdo, e incluso en crueldad. Esta comedia negra aúna humor y reflexión sobre el lado más oscuro del ser humano, capaz de justificarlo todo para salvar la fiesta. (EL UMBRAL DE PRIMAVERA). 



La prudencia
Foto de La Polaca Teatro

En defensa propia

Luis Alain Basadre explora un cuento oscuro en esta versión de La prudencia, obra original del argentino Claduio Gotbeter. Por ello, su concepción no sólo se limita al texto, sino a la construcción e identidad visual de los personajes. Gracias a ello, el espectador sabe que está ante dos personajes grotescos, que se introducen al abismo en sus emociones y sen u contagio psicótico. De esta manera, facilita una comedia que basa su fuerza en la exageración, haciendo de sus personalidades exageradas una vía de expresión bien pensada. Como una apología de lo enfermiza que puede ser la sociedad, expone una pregunta en torno a la sobreprotección y al alarmismo social. La irrupción de un tercer personaje, logra que se expanda el conflicto y comience una serie de situaciones rocambolescas que impactan a la par que provocan las risas.

En una gran parte del montaje, se valora una coherencia estética y narrativa en la manera de afrontar el texto. Sin embargo, a pesar de su corta duración, puede llegar a dar la sensación de estancarse en el conglomerado general en su desarrollo. En consecuencia, se comprende la simbología, los símiles, la locura contagiada, pero se pierde en un final que podría haber llegado antes, pero, en consecuencia, perdería la duración que se busca. Con lo cual, se echa en falta que haya una motivación más sólida, más allá de la neurosis en conjunto. Por lo que, se disfruta de su punto de partida, pero se queda en el camino en la profundización de la problemática. A pesar de ello, ofrece una experiencia original, con unos personajes cuanto menos llamativos.

La polaca teatro
Foto de La Polaca Teatro

Para amigas así

María Resano Zuazu y María Rodríguez Pageo reciben al espectador nada más entrar en la sala. Las dos se convierten en el eje central de La prudencia. Para comenzar, María Resano Zuazu saca partido a su estética, combinada con una expresividad muy bien ejecutada. Así, el espectador queda satisfecho con el excentrismo que deja salir al escenario. Esta concepción no se pierde en ningún momento, siendo coherente de principio a fin. Además, se agradece la coordinación de movimientos con su compañera, así como el uso de la voz como elemento expresivo. Una muestra de un trabajo completo, que obtiene su punto más destacado en la transformación que regala en la escena. No se puede negar tampoco la química que experimenta con su compañera, Rodríguez Pageo, formando un combo divertido.

María Rodríguez Pageo realiza una gestualidad en coherencia con su compañera. Además, maneja el tono vocal de una forma contundente, permitiéndole llevar la voz cantante en varias ocasiones. También se valora su gestualidad, así como su lenguaje corporal, siendo este uno de los mejores aspectos de su labor interpretativa. Con lo cual, aprovecha el histrionismo que le ofrece su personaje para exprimirlo al máximo y llevarlo al extremo sin ningún tipo de recelo. Por último, Susana Inés Pérez completa el elenco, siendo una pieza que contrasta con sus compañeras. Así, evita saturarlas y da aire fresco. Además, realiza una actuación ligera, añadiendo un humor físico bien elegido. Hay que aplaudir la manera de sumergirse en la comedia en escenas como la del caballito, donde aprovecha para brillar.

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Foto de La Polaca Teatro

Fin de año

El primer contacto artístico con La prudencia es un lienzo tétrico, que combina con una iluminación en tonos rojos que llama la atención por lo espeluznante y a la par cómico que resulta. Después, una vez comienza, tanto el maquillaje como la escenografía, plantean una sombría estrategia, que hace de lo estrafalario su sello de identidad. Por ende, la locura que desea transmitir se puede degustar en sus decisiones artísticas, añadiendo además distintos juegos como el caballito de madera, el bastón, que ejemplifican la psicosis. También llama la atención el palé a modo de puerta, siendo resolutivo. No obstante, se echa en falta una mayor cohesión y sentido a estos objetos sobre la escena. Cumplen, pero no terminan de gozar de la justificación que deberían.

El diseño de luces es todo un acierto, siendo uno de los puntos a valorar. Tanto a nivel estético como visual, logra un trabajo atrayente. El espacio sonoro, sobre todo en la radio, consigue darle ese toque siniestro, que se complementa muy bien con la propia identidad de la propuesta. Después, el ritmo de la pieza tiene puntos realmente dinámicos, donde se disfruta de ese histrionismo, pero se pierde en algunos momentos, rompiendo con la acción. Aun así, a nivel general, logra entretener al público y llevarles ante esa pesadilla compartida. La duración juega a su favor, aunque podría todavía darle más cuerpo. Por ultimo, una mención especial a la escena de la guerra, siendo de las mejores, técnicamente hablando.

La prudencia
Foto de La Polaca Teatro

Conclusión

La prudencia es una comedia siniestra, que logra varios puntos hilarantes y originales. Así confecciona una dramaturgia estrambótica que en su exageración halla la fuerza. No obstante, se echa en falta una consistencia más sólida en su desarrollo. Luego, el reparto logra un trabajo notable, en coherencia y en sintonía con el sello de identidad a mostrar. A nivel artístico, es importante mencionar el diseño de luces, la escenografía y maquillaje. Una locura compartida que se goza en su rareza, pero donde todavía se le puede dar más contundencia.

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