Isabel Lamberti firma su debut cinematogrĂĄfico con La Ășltima primavera, pelĂ­cula sobre una familia que vive en el extrarradio de Madrid, en un barrio de chabolas. La realizadora alemana es conocida por haber co-dirigido la versiĂłn holandesa de la exitosa serie juvenil "Skam". AdemĂĄs, con esta pelĂ­cula obtuvo el premio de Nuevos Directores en el prestigioso Festival Internacional de Cine de San SebastiĂĄn. TambiĂ©n ha estado en otros certĂĄmenes como el Festival Internacional de Cine de Reykjavik. Tras su paso por la Seminci, llega el 8 de noviembre de 2020 a la III EdiciĂłn del Festival de Cine por Mujeres, que se celebra hasta el 15 de noviembre de 2020. Estreno en salas de cine españolas el 31 de marzo.



La Ășltima primavera

CrĂ­tica de 'La Ășltima primavera'

Ficha TĂ©cnica

TĂ­tulo: La Ășltima primavera
TĂ­tulo original: La Ășltima primavera

Reparto:
Agustina Mendoza Gabarre (Agustina)
David Gabarre Jiménez (David)
Alejandro Gabarre Mendoza (Alejandro)
David Gabarre Mendoza (David)
MarĂ­a Duro Rego (MarĂ­a)

Año: 2020
DuraciĂłn: 77 min
País: España
DirecciĂłn: Isabel Lamberti
Guion: Isabel Lamberti y Lenina Ungari
MĂșsica: Miguel HernĂĄndez Muñoz
FotografĂ­a: Jeroen Kiers
GĂ©nero: Drama
Distribuidora: El Sur films

Filmaffinity

IMDb

TrĂĄiler de 'La Ășltima primavera'

Sinopsis de 'La Ășltima primavera'

La Ășltima primavera nos presenta a la familia Gabarre-Mendoza. Celebra el cumpleaños de su nieto cuando una inspecciĂłn policial interrumpe el festejo. En la Cañada Real, un barrio de chabolas a las afueras de Madrid, surgen tensiones entre las autoridades y los vecinos, ya que los terrenos han sido vendidos y las familias son obligadas a abandonar las casas que ellos mismos han construido. Mientras, la madre, Agustina, pasa de ser una mujer muy alegre a vivir atormentada por el miedo; el padre, David, un chatarrero muy trabajador, intenta encontrar una soluciĂłn, pero la burocracia del sistema les falla. Entretanto, los miembros mĂĄs jĂłvenes de la familia –David hijo, la nuera y madre adolescente MarĂ­a y el joven Alejandro– luchan a su manera con sus vidas en la cuerda floja. (FESTIVAL DE CINE POR MUJERES).



La Ășltima primavera
Foto de Festival de Cine por Mujeres 2020

El perpetuo cambio

La periferia de Madrid se convierte en el escenario principal de La Ășltima primavera. De esta manera, Isabel Lamberti y Lenina Ungari se introducen en la vida de una familia asentada en las chabolas de la Cañada Real. Sin tapujos y sin lo polĂ­ticamente correcto, muestran las vidas de las familias que allĂ­ viven y cĂłmo es su dĂ­a a dĂ­a. AsĂ­, el espectador observa con familiaridad y cercanĂ­a las raĂ­ces que echan en aquellos parajes que, para una parte de la poblaciĂłn, son un “peligro”. Gracias a ese punto de vista, que, incluso, se menciona en la pelĂ­cula, se busca entender los sentimientos que afloran en el significado de hogar y la uniĂłn que les otorga la comunidad que forman. Tampoco hay una intenciĂłn de endiosar, ni de criticar, su modo de vida, dando unas pinceladas de lo que hay detrĂĄs de ese carĂĄcter urbano.

No hace falta decir que la propia experiencia es la que crea el camino a seguir. Sin embargo, el relato no busca una gran profundidad en su contenido. Al contrario, es una carta de presentaciĂłn de unas formas de vivir distintos, que se dividen en vidas paralelas. El punto de uniĂłn es la familia Gabarre Mendoza, cada miembro vive su propia ilusiĂłn. Con lo cual, se tocan temas como la maternidad, la vida laboral, la bĂșsqueda de empezar una nueva etapa y, como no, la pĂ©rdida emocional que se sufraga en sus carnes. Por ende, el pĂșblico logra conectar con las sensaciones que se producen, aunque puede echar en falta haber ido mĂĄs allĂĄ y no quedarse en la corteza. Aun asĂ­, sigue siendo una visiĂłn interesante, una perspectiva agradable y totalmente accesible.

Isabel Lamberti
Foto de Festival de Cine por Mujeres 2020

La propia experiencia

La familia Gabarre Mendoza es interpretada por ellos mismos, pero siguiendo unas pautas de realidad ficcionada, que siempre es curioso de ver. En primer lugar, David Gabarre Jiménez es el patriarca de esta unidad familiar. Desde el principio tiene una energía muy particular, que se combina con una naturalidad ante la cåmara certera. Sabe dar verosimilitud a su interpretación, con matices sutiles que hacen mås atractivo su papel al fijarse en los detalles. Lo mismo sucede con Agustina Mendoza, la matriarca, la cual se añade una ternura maternal muy inocente. Por tanto, da luz y contrasta con una alegría sugestiva, que le deja explotar el mar interior que aflora en la situación que desemboca el film. Entre los dos, ofrecen un retrato de una pareja que su unión en la vida real, se lleva perfectamente a la cinta.

El elenco juvenil tampoco se queda atrĂĄs. El hijo mayor, David Gabarre Mendoza, tiene esa visceralidad mĂĄs fĂ­sica, que le da un poderĂ­o de raza. Su presencia no necesita de diĂĄlogos para llamar la atenciĂłn. AdemĂĄs, su funciĂłn en el film llega en las dosis necesarias, dado que toda esa fuerza debe controlarse para no resultar apabullante. Luego, Alejandro Gabarre Mendoza, el hijo menor, es una de las principales columnas vertebrales interpretativas. Por lo cual, logra dar ese efecto cautivador, con vigorosidad, soportando el peso dramĂĄtico. No obstante, hay momentos donde se percibe que estĂĄ interpretando ante la cĂĄmara y no fluye orgĂĄnicamente como en otras secuencias. Por Ășltimo, MarĂ­a Duro Rego realiza un trabajo interpretativo sin aditivos, rompiĂ©ndose en momentos donde se necesita ese desahogo anĂ­mico. En resumen, el reparto traslada a la perfecciĂłn sus vivencias reales a La Ășltima primavera.

La Ășltima primavera
Foto de Festival de Cine por Mujeres 2020

Canto a la verdad

Basarse en unas experiencias reales y en unas vivencias no abordadas desde la ficción no es una misión tan fåcil. Mientras que se busca ese efecto visual mås descarnado, también se desea poder impregnar la composición artística con un sello propio. Isabel Lamberti sabe llegar a esa intimidad personal, gracias a una fotografía muy entrañable de mano de Jeroen Kiers. Como resultado, da ese efecto de documental, pero sin caer ni distanciarse de lo que es, una película de ficción. Por consiguiente, mantiene unos encuadres que se acercan al lenguaje cinematogråfico, pero ilustran perfectamente los escenarios que se quieren mostrar. Ahí es donde entra la dirección artística, que presenta la realidad de las chabolas, como pudiera ocurrir actualmente en un barrio de la misma índole. Es mås, el impacto de la imagen sucede mås por la interacción con el espacio, que por cómo estå construido.

La representaciĂłn que se da es de una situaciĂłn familiar humilde, pero no hace uso de ella para causar sensaciĂłn y dureza a la imagen. Al contrario, a travĂ©s de esa humildad, consigue plasmar la identidad plĂĄstica que se busca. Ese carĂĄcter se mueve en un estilo sencillo, mĂĄs hogareño, abriendo esos lugares para hacer sentir bienvenido al espectador que los estĂĄ viendo. De igual forma, tambiĂ©n sabe construir los parajes mĂĄs oscuros, donde las sombras y los grises conforman las tonalidades predominantes de estas secuencias. Luego, el montaje sigue un ritmo ligero, sin grandes sobresaltos, pero con suficientes picos de atenciĂłn, que enganchan al espectador. Por Ășltimo, destacar secuencias como el de la destrucciĂłn de una de las casas y el final, ambas sin necesidad de palabras expresan y encumbran el mensaje que hay detrĂĄs de La Ășltima primavera.

La Ășltima primavera
Foto de Festival de Cine por Mujeres 2020

ConclusiĂłn

La Ășltima primavera es un relato muy humano, que se nota que bebe de una realidad ficcionada interesante. No busca ni el dramatismo, ni la reivindicaciĂłn, sino hablar de un modo de vida y presentarlo al gran pĂșblico. Por lo que, no profundiza en ello, aunque a veces se echa en falta. Asimismo, la propia familia Gabarre Mendoza se interpreta a sĂ­ misma, realizando unas interpretaciones eficaces, veraces y con una sensibilidad sorprendente. Cada uno aporta su sello Ășnico. Por otro lado, la composiciĂłn visual es singular, llevĂĄndolo a una estrategia mĂĄs urbana y sencilla, con los puntos de emociĂłn suficientes para atraer al pĂșblico. Los recuerdos de una vida en pleno cambio, donde las raĂ­ces y sensaciones son su propio vehĂ­culo de expresiĂłn.

Reportaje de La Ășltima primavera en DĂ­as de Cine TVE

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CINEMAGAVIA
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Diego Da Costa
Subdirector de Cinemagavia. Comunicólogo audiovisual por la UCM y Måster en Comunicación en la Red por la UNED. Miembro de EGEDA (Premios Forqué) e Ingeniero Audiovisual en Ricoh España. Co-creador de la compañía artística La Joie de la Colina. Como diría Elizabeth Taylor: "Las ideas mueven el mundo sólo si antes se han transformado en sentimientos".
la-ultima-primavera-critica-peliculaUn relato muy humano, que se nota que bebe de una realidad ficcionada interesante. No busca ni el dramatismo, ni la reivindicaciĂłn, sino hablar de un modo de vida y presentarlo al gran pĂșblico. La propia familia Gabarre Mendoza se interpreta a sĂ­ misma, realizando unas interpretaciones eficaces, veraces y con una sensibilidad sorprendente. Cada uno aporta su sello Ășnico. La composiciĂłn visual es singular, llevĂĄndolo a una estrategia mĂĄs urbana y sencilla, con los puntos de emociĂłn suficientes para atraer al pĂșblico. Los recuerdos de una vida en pleno cambio, donde las raĂ­ces y sensaciones son su propio vehĂ­culo de expresiĂłn.

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