Maider Fernández Iriarte dirige el documental Las letras de Jordi. Está dentro del colectivo Las chicas del Pasaik. Por otro lado, compagina la dirección de proyectos cinematográficos con otros proyectos educativos, relacionados con el cine, como Cinema en curs. Este film fue su primer largometraje y fue seleccionado por el programa Ikusmira Berriak en 2017, donde fue reconocida con el Premio Rec Grabaketa Estudioa a la Posproducción. Además, estuvo dentro de la 67ª edición del prestigioso Festival de Cine de San Sebastián. En cines españoles el 10 de julio.



Las letras de Jordi

Crítica de 'Las letras de Jordi'

Ficha Técnica

Título: Las letras de Jordi
Título original: Las letras de Jordi

Año: 2019
Duración: 70 min
País: España
Director: Maider Fernández Iriarte
Guion: Maider Fernández Iriarte y Virginia García del Pino
Fotografía: Maider Fernández Iriarte, Carlos Muñoz Gómez-Quintero
Género: Documental
Distribuidora: Márgenes Distribuciones

Filmaffinity

Tráiler de 'Las letras de Jordi'

Sinopsis de 'Las letras de Jordi'

Las letras de Jordi nos presenta a Jordi. Nació hace 51 años con parálisis cerebral. Aunque no puede hablar, trata de comunicarse usando su tabla. Así es como le cuenta a Maider, la directora de esta película, que a los 21 años sintió a Dios hablándole por primera vez. Sin embargo, hoy día, después de mudarse de la casa de sus padres a una residencia, ya no siente a Dios. Una vez al año, Jordi hace un viaje de peregrinaje al Santuario de Lourdes. Es allí donde busca su conexión con Dios, a pesar de no saber si Dios volverá a él algún día. Ópera prima. Proyecto desarrollado en el programa de residencias Ikusmira Berriak. Premio REC Grabaketa Estudioa a la postproducción. (MÁRGENES DISTRIBUCIÓN).

Dónde se puede ver la película



Las letras de Jordi
Foto de Márgenes Distribuciones

Emotividad en búsqueda

La historia que recorre el documental Las letras de Jordi se establece entre varios frentes: la parálisis cerebral, el amor por la religión y un viaje a Lourdes. Sin embargo, la manera en la que se expone no sigue una narrativa atractiva. Por lo tanto, no se puede concretar cuál es la razón y el mensaje que se quiere mostrar con el film, más allá de enseñar una historia de vida. Además, según se va entrando en detalles, la línea narrativa no termina de profundizar y se queda dentro de un prisma superficial. No hay una motivación concreta, aunque se puede ver una intención muy válida y potente. Pero no consiguen armarlo y da como resultado un guion con flaquezas que terminan pasando factura al film. Mientras que se ve la humanidad en algunos momentos, se pierde la efectividad al no desarrollarse.

Por un lado, el film narra las vivencias y la manera de vivir de su protagonista, pero se enfoca, en especial, en la manera de comunicarse. Durante un espacio de tiempo prolongado en el film, no se plantea mayor momento de emoción y se vuelve algo repetitivo el proceso. Después, una de las pasiones del protagonista se expone y se plantea como debate, pero no se exprime y apenas saca la sensibilidad que podría extraerse de este relato. Además, era una oportunidad de poder dar visibilidad a las personas con parálisis cerebral, pero las aristas y los matices que faltan, hacen que no se vea estructurado el libreto. Por lo cual, uno de los pensamientos que queda en el espectador es no saber cuál es la intencionalidad o justificación del texto.

Foto de Márgenes Distribuciones

Solo él: Jordi

El principal protagonista de Las letras de Jordi es el propio Jordi. No se puede negar que tenga una ternura en sí mismo que lo extrapola al espectador. Además, se puede ver la intención de mostrarse ante la cámara tal y como es, sin ningún tipo de floritura. Por lo tanto, se convierte en lo mejor de la película y, por ello, se echa en falta que hubiera habido una mayor complejidad en su historia. El público se queda con ganas de conocer a Jordi y lo que le rodea. Sin duda, tiene soltura ante la cámara y es muy generoso con lo que regala al espectador. Por otro lado, no pierde ese toque de ilusión por las vivencias que se exponen, aunque no se desarrolle a nivel técnico y narrativo.

Después, apenas hay otros componentes en el documental, lo que hace que recaiga toda la atención en Jordi. El problema surge cuando la interactividad con otras personas dentro del documental se vuelve algo insustancial, como que falta cierto sentimiento. Por lo cual, se echa en falta ese pico de interactividad, incluyendo la aparición de su madre. Aunque hay un carácter cotidiano, parece como si se hubieran quedado imágenes que permitan la cohesión y mayor implicación con el protagonista. Luego, la propia directora y narradora de la cinta podría no conseguir ser la voz que envuelva al espectador en la atmósfera, por lo que podría no verse el compromiso que tiene con la cinta. De esta manera, al igual que Jordi es un protagonista excelente, no se ve acompañado por el resto de personas que aparecen en escena.

Foto de Márgenes Distribuciones

El problema técnico

Una de las flaquezas que, sin duda, marca el resultado de Las letras de Jordi es la manera en la que se ha realizado el largometraje técnicamente. En primer lugar, la dirección de fotografía se excede en la forma de querer mostrar una cotidianidad y cae en la posibilidad de ser percibido como algo amateur y descuidado. Sin embargo, hay ciertos planos que son brillantes, por lo que es una pena que no se haya realizado de la misma manera en todo el film. Luego, la dirección artística no se explota y apenas se puede ver la riqueza de los lugares que se muestran durante el documental. Realmente, se puede notar cierto descontrol en la forma en la que se ha decidido exponer, como si hubiera cierta improvisación. Falta mayor profesionalización del medio.

Por otro lado, el montaje presenta unos problemas que se hacen vigentes desde las primeras secuencias. Por ejemplo, hay varios planos de demasiada duración en pantalla, repitiéndose este esquema durante todo el film. Además, estos planos, que ralentizan el ritmo, no hay una justificación creativa como para establecer el foco de atención por tanto tiempo en esos puntos. Después, deja unos agujeros creativos muy notorios, no hay una correlación entre secuencias orgánica y se rompe abruptamente la línea de ritmo. Por último, apenas hay un realización sonora, pero en los momentos en los que aparece, tiene un efecto positivo. Únicamente en la secuencia final falta el clímax y una conclusión, se puede intuir lo que quiere decir, pero se deja en un limbo muy peligroso. Por lo cual, es un conglomerado desestructurado.

Las letras de Jordi
Foto de Márgenes Distribuciones

Conclusión

Las letras de Jordi es un documental con potencial, pero que acaba haciendo aguas por las flaquezas que presenta. Un guion poco cohesionado y sin momentos de emotividad. Una historia de vida que merece ser contada, pero que se pierde la oportunidad al no profundizar. Sin embargo, Jordi es un protagonista con fuerza y, sin duda, interesante. Aun así, la realización técnica es bastante floja y con una excesiva parsimonia, en la que falta mayor dinamismo. También se echa en falta una dirección fotográfica y artística con un acabado más creativo y atractivo para el espectador. Un espejo que se queda en un retrato empañado en un plano superficial.

Reportaje de Las letras de Jordi en Días de Cine TVE

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CINEMAGAVIA
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Diego Da Costa
Subdirector de Cinemagavia. Comunicólogo audiovisual por la UCM y Máster en Comunicación en la Red por la UNED. Miembro de EGEDA (Premios Forqué) e Ingeniero Audiovisual en Ricoh España. Co-creador de la compañía artística La Joie de la Colina. Como diría Elizabeth Taylor: "Las ideas mueven el mundo sólo si antes se han transformado en sentimientos".
las-letras-de-jordi-critica-peliculaLas letras de Jordi es un documental con potencial, pero que acaba haciendo aguas por las flaquezas que presenta. Un guion poco cohesionado y sin momentos de emotividad. Una historia de vida que merece ser contada, pero que se pierde la oportunidad al no profundizar. Sin embargo, Jordi es un protagonista con fuerza y, sin duda, interesante. Aun así, la realización técnica es bastante floja y con una excesiva parsimonia, en la que falta mayor dinamismo. También se echa en falta una dirección fotográfica y artística con un acabado más creativo y atractivo para el espectador. Un espejo que se queda en un retrato empañado en un plano superficial.

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