Los últimos Gondra (memorias vascas) es una obra teatral, escrita por Borja Ortiz de Gondra y dirigida por Josep Maria Mestres. Una pieza teatral a modo de epilogo, de la trilogía teatral escrita por Borja Ortiz de Gondra; es decir, Los Gondra (una historia vasca), Los otros Gondra (relato vasco) y esta última, de la cual vamos a hablar en esta crítica. El leitmotiv que se evidencia en Los últimos Gondra (memorias vascas), es el continuo cuestionamiento del autor sobre el poder de la memoria y de si vale la pena avivar fuegos fatuos, que solo hacen echar más sal a las heridas para siempre abiertas. Un cuestionamiento profundo sobre la identidad, el dolor y la esperanza del pueblo vasco, que pone en relieve las grandezas y miserias con las que ha cargado.
Los últimos Gondra (memorias vascas) está protagonizada por Ylenia Baglietto, Sonsoles Benedicto, Marc Bosch, Lander Otaola y por José Tomé, entre muchos otros. Esta obra teatral se puede disfrutar en el Teatro Valle Inclán de Madrid, hasta el próximo 21 de noviembre.
Título: Los últimos Gondra (memorias vascas) Título original: Los últimos Gondra (memorias vascas)
Reparto: Ylenia Baglietto (Martina)
Sonsoles Benedicto (Natalia / La cestera ciega)
Marc Bosch (Iker)
Fenda Drame (Edurne)
Aizpea Goenaga (Blanca)
Samy Khalil (Claudio / Don Íñigo de Gondra)
Markos Marín (Imanol)
Antonio Medina (Don Andoni)
Joaquín Notario (Borja)
Borja Ortiz de Gondra (Yo)
Lander Otaola (Eneko)
Pepa Pedroche (Nerea)
Victoria Salvador (Uxue)
Cecilia Solaguren (Ainhoa)
José Tomé (Matthew)
Duración: 105 min. apróx. Dirección: Josep María Mestres Dramaturgia: Borja Ortiz de Gondra Escenografía: Clara Notari Iluminación: Juanjo Llorens Vestuario: Gabriela Salaverri Música: Iñaki Salvador Movimiento: Jon Maya Sein Videoescena: Álvaro Luna Ayudante de dirección: David Blanco Ayudante de escenografía: Juanjo González Ferrero Ayte. de vestuario: Laura Agustín Ayudante de iluminación: Paloma Cavilla Navarro Estudiante en prácticas de dirección: Natalia del Buey (RESAD) Estudiante en prácticas de videoescena: Alba Trapero García Fotografía: Luz Soria Tráiler: Bárbara Sánchez Palomero Diseño de cartel: Equipo SOPA Realizaciones: Mambo Decorados y Sfumato Pintura Escénica S. L. (escenografía), Sastrería Cornejo S. A. (vestuario), Atrezzo Mateos S. L. (utilería) Producción: Centro Dramático Nacional
Tráiler de 'Los últimos Gondra (memorias vascas)'
Sinopsis de 'Los últimos Gondra (memorias vascas)'
Los últimos Gondra (memorias vascas) nos lleva a una noche alucinada. Borja, encerrado en la casa ancestral de los Gondra, recuerda, sueña o inventa el momento de su muerte, rodeado de antepasados vengativos que le reprochan lo que ha hecho con la memoria familiar. ¿O son solo fantasmagorías del escritor ante la noticia más inesperada que podía recibir? Aquel a quien siempre reprocharon “no serás un verdadero Gondra hasta que tengas un hijo” ha descubierto la existencia de dos hijos gemelos de los que nada sabía: Iker, un activista que pronto saldrá de la cárcel reivindicando la lucha política, y Eneko, un escultor que vive en el extranjero sin preocuparse de pasados heredados.
En el mundo cerrado de Algorta, una generación de jóvenes busca su propia vía: Edurne, que se arrepiente de haber comenzado una nueva tumba y una nueva tradición; Claudio y Martina, una pareja formada por el hijo de quien tuvo que irse y la hija de quien seguramente tuviera mucho que ver en esa huida. Pero también hay miembros de la generación anterior atados al pasado: Blanca, que regresa por primera vez desde que tuvo que huir; Uxue, que expía sus culpas propiciando encuentros reparadores entre antiguos enemigos; Imanol, viudo de una activista aferrado a la pérdida.
Rodeado de esos jirones de memorias, Borja deja su propia herencia envenenada a quienes vienen detrás: una casa centenaria, un manuscrito de novela sin terminar, sus propias cenizas. Su viudo, sus hijos y una extraña ciega que teje cestas habrán de decidir cómo se llega al silencio final. (CENTRO DRAMÁTICO NACIONAL).
Una lucha interminable
Puede dar la impresión a uno, que ciertos temas están muy desgastados y que poco o nada pueden llegar a sorprender a estas alturas. El conflicto vasco es una cuestión de la que se ha tratado y escrito en infinidad de ocasiones, pero es evidente que sigue habiendo mucho que contar y de lo que volverse a cuestionar. En ese sentido, Los últimos Gondra (memorias vascas) es un brillante ejercicio reflexivo sobre qué futuro le aguarda a un pueblo incapaz de dejar su pasado atrás.
Dicho esto, la realidad es que no es fácil desprenderse del pasado de la noche a la mañana, el arriesgarse uno a dejar en el olvido tanto dolor, tanta sangre derramada… Es por ello que creo firmemente que Borja Ortiz de Gondra ha sabido escribir un texto dramático muy equilibrado, con mucho respeto y belleza poética para todas aquellas personas que se vieron involucradas de alguna forma en esta historia común.
Un elenco maravilloso
Los últimos Gondra (memorias vascas) cuenta con un elenco muy grande, por lo que perdónenme si no hablo de todos ellos. Lo que sí puedo afirmar con rotundidad, es que el trabajo coral que hacen todos ellos, es sencillamente maravilloso de ver y que es difícil ponerles un pero. Entre todas las grandiosas interpretaciones que vemos en esta obra, hay una que llama especialmente la atención, que es la interpretación de Marc Bosch en el papel de Iker. Siendo totalmente sincero desconocía su trabajo antes de verle en esta obra, y lo que vi de él encima del escenario fue pura pasión, verdad y entrega absoluta. Un joven actor, que destaca y ofrece algunos de los momentos más mágicos de la obra.
Por otro lado, destacar el trabajo de Ylenia Baglietto en el papel de Martinita; una interpretación tremendamente conmovedora, que consigue protagonizar la escena más bella de toda la función junto a Markos Marín. Musicales, comedias, dramas, da igual lo que haga esta joven actriz, que siempre consigue maravillar y encandilar al público; a nivel personal, la mejor interpretación que he visto de ella como actriz hasta la fecha.
Por otra parte también destacar, la impresionante maestría de registros interpretativos que maneja Lander Otaola en esta obra. Su personaje es el más ecléctico de todos, pasando de lo enternecedor a lo cómico, con suma naturalidad y desparpajo.
Una escenografía asombrosa
A veces me tira para atrás los shows que se montan en varios montajes teatrales, más propios de un concierto de U2 o de Coldplay, que de una obra teatral. No obstante, Los últimos Gondra (memorias vascas) maneja una escenografía grandilocuente y de grandes medios, que tiene sentido y que refuerza la experiencia teatral que se está presenciando encima del escenario. Esa nostalgia que debe de estar latente en una obra como esta, se ve retratada con suma belleza poética en muchos tramos, que esbozan una leve sonrisa e incluso una furtiva lagrima en el espectador.
Los simbolismos de los que hace uso la obra, más luego lo bien coreografiadas que están todas las escenas corales, hacen que Los últimos Gondra (memorias vascas) sea una obra mágica de las que se quedan incrustadas en tu cabeza durante días. Es difícil realizar teatro con tanto cariño y dedicación, como el que se llega a ver en esta función teatral.
Conclusión
Los últimos Gondra (memorias vascas) es una obra dotada de una belleza poética tremendamente absorbente, que recuestiona el valor de la memoria y el pasado compartido del pueblo vasco. Cuenta con un elenco enorme de actores, en los que todos y cada uno de ellos están lúcidos y brillantes, aunque el que más destaque sea Marc Bosch. Del mismo modo, cuenta con una escenografía muy estilizada, que sabe reforzar las partes más emotivas del brillante texto de Borja Ortiz de Gondra. En definitiva, una obra de las que uno sale extasiado y profundamente conmovido por lo que ha llegado a vislumbrar encima del escenario.