Dany Visiedo dirige y escribe Maricas todas, una comedia LGBT+ que bebe del teatro musical. Autodefinida como libre y sin prejuicios, va dirigida a un público que busque disfrutar de lo rocambolesco, lo disparatado y lo hilarante. Así, las carcajadas están aseguradas. Además, se ha convertido en uno de los títulos más llamativos de la cartelera de OFF Latina, siendo una de sus obras insignias. Se puede disfrutar hasta el 8 de enero de 2022 en la Cava Alta de OFF Latina.
Título: Maricas todas Título original: Maricas todas
Reparto: Karlos J. Martínez (Santiago) Dany Visiedo (Borja) Jesús Arribas (Tony) Malole Jaraba (María Jesús)
Duración: 70 min. apróx. Dirección: Dany Visiedo Dramaturgia: Dany Visiedo Sonido e iluminación: Fran Belijar y Rocio Garcia
Regiduría: Maria Balastegui
Escenografía: Pepe Moreno
Dirección musical: Malole Jaraba
Canciones originales “Arcoíris” Y “Aquí estoy": Dany Visiedo y Malole Jaraba
Voz en off: Fran Belijar
Fotografía: Juan Tejada
Cartel: Rocío García
Edición de sonido: Rocío García Producción: Nueve Musas Producciones
Sinopsis de 'Maricas todas'
Cinco amigos y antiguos alumnos de canto e interpretación se reencuentran más de una década después de acabar sus estudios. Tony, el anfitrión que ha triunfado como director de cine, los invita a una cena en su casa por un motivo. Borja, Jesús, Santiago y Guille llegarán con intención de cambiarlo todo para siempre, quizás sin saberlo. ¿Que ocurrirá cuando todos se junten tras tanto tiempo sin verse? ¿Qué ha pasado para que todo haya cambiado? ¿Siguen manteniendo la misma amistad?
Maricas todas es una comedia LGTBI con brillantes números musicales. Tolerante, libre y sin prejuicios. No apta para personas serias y sin sentido el humor. (OFF LATINA).
Reencuentro de envidias
Los colores inundan Maricas todas, obra teatral de Dany Visiedo donde un grupo de amigos se reencuentra tras vario tiempo sin verse. Mediante este encuentro, que sirve de excusa para ponerse al día, se teje una telaraña de comedia vivaz y desternillante. Además, logran convertir lo LGTB+ en lo común, cambiando los papeles con la sociedad normativa imperante en la actualidad. Por este motivo, la pieza no solo sirve como un entretenimiento agradable, sino que también expone una realidad que se vive con total naturalidad. Gracias a ello, se le da una visibilidad en el que, por muy obvio que parezca, explora la propia diversidad humana que hay en el propio colectivo homosexual. Asimismo, se combina con una aventura musical, donde se van destapando uno a uno los distintos rumbos que han tomado desde que abandonasen la escuela que les unía.
Algunos de los giros de guion dan la posibilidad de extraer todo el humor que se fabrica en estos momentos. La hilaridad se introduce en algunas situaciones de lo más pintorescas, incluso obtienen que el espectador no tenga que preguntarse si está bien o no justificado. Por tanto, no rompe con la coherencia narrativa que mantiene en todo el espectáculo. Ahí se encuentra su mayor fuerte, esa oda al espectáculo, a la alegría y a ese espíritu festivo que inunda todo el patio de butacas. No son pocos los espectadores que se dejan llevar por toda esa energía, experimentando al máximo las distintas sorpresas que va regalando la historia. Sin embargo, es un proyecto que se limita a explorar esa vena más jaranera, por lo que no hay un trasfondo más profundo. Como apunte, hay algún chascarrillo, en torno a la genitalidad, que puede no ser totalmente acertada.
La diversidad colorida
Uno de los mejores aspectos de Maricas todas es su elenco actoral, el cual despliega un gran talento sobre las tablas, que deja claro el compromiso de cada uno de los actores con la pieza teatral. En primer lugar, Jesús Arribas refleja esa excentricidad superficial que adorna su personaje. No obstante, no lo hace bajo un halo de falsedad, sino mediante una estrategia absolutamente orgánica, atractiva, disfrutando sobre las tablas. Por esta razón, se extrae de él un carisma que muestra una luz propia sobre el escenario. Asimismo, el propio Dany Visiedo pone toda la carne en el asador para dar vida al deslenguado Borja. Sin duda, protagoniza algunas de las escenas más divertidas de la obra, haciendo de esa acidez cómica su sello de identidad. Al igual que Arribas, tampoco cae en la trampa de excederse en ese histrionismo, sino que controla a su justa medida.
Karlos J. Martínez, por su lado, realiza una interpretación que va de menos a más, lo que indica una evolución que le permite jugar con ello. Desde esa mirada más tímida y callada, se refleja un cuidado por los detalles, pequeños tics que le dan una perspectiva distinta. Así, logra mantener su fuerza escénica intacta, no viéndose opacado por otros compañeros de reparto que abordan su labor desde una potencia más alta. Por último, pero no menos importante, Malole Jaraba da vida a María Jesús. A pesar de un comienzo menos fluido, en el que se vieron ciertos nervios, pronto lo reencaminó para inundar el escenario con esos aires de femme fatale cotidiana. Aun así, sería importante vigilar alguna impostura que no termina de encajar, así como la entonación de la voz a la hora de hablar. Por cierto... ¡qué viva la pluma!
Arcoiris
La importancia de Maricas todas es que no desea ser políticamente correcta ni reivindicativa, sino ser visible a través de ofrecer un retrato de unos personajes que se podrían encontrar en la propia sociedad. Por ello, se agradece que la dirección ponga el foco en sus intérpretes, siendo esa exposición de gestualidad, de movimiento, que celebra y abraza la feminidad en la masculinidad. Como detalle, tal vez, podría haberse aprovechado para fichar por una actriz trans. Por otro lado, se ríe de la plumofobia que hay en el propio colectivo. Una forma de denunciar desde el propio ser. Después, la escenografía es fructífera, demuestra que las producciones independientes saben ingeniárselas para completar la escena sin necesidad de más elementos en escena. Por ello, ese minimalismo no es impedimento para transportar al espectador a esa cena tan especial.
Por otra parte, esta pieza forma parte del género musical, por lo que hay esa influencia sonora que da un toque muy ameno al resultado. Uno de los momentos más especiales es la interpretación de “Arcoíris”, una canción que, por suerte, está disponible en diversas plataformas, dado que no se quita del recuerdo. El propio número musical cuenta con un cambio de vestuario y una coreografía que la convierten en una de las escenas más destacables de este montaje. Luego, el ritmo es totalmente dinámico, llenándolo de vitalidad en todo momento. No se percibe en ningún momento que haya algún espacio inconexo, lo que demuestra una óptima realización a nivel artístico entre los distintos componentes que la forman. En conclusión, es una obra que deja una sensación auténticamente luminosa, que celebra las diferencias y la amistad con comedia a raudales.
Conclusión de 'Maricas todas'
Maricas todas es una comedia hilarante, en la que se celebra la diversidad y se disfruta ese histrionismo que impregna toda la obra. Un musical LGBT+ que da visibilidad, mediante el propio ser. Además, se acompaña de un reparto en estado de gracia, liderados por un estupendo Jesús Arribas. Todos ellos se encuentran totalmente comprometidos con sus personajes. Después, la puesta en escena se llena de color, musicalidad y ese efecto de espectacularidad que hace que el público no se olvide de esta pieza. Un golpe de frescura, de pluralidad, que se viste de arcoíris para ensalzar la amistad y la vida.