El extravagante realizador francés Leos Carax (Annette, Holy Motors), regresa con No soy yo al foco mediático no con una película per se. No soy yo es un desquiciado ejercicio anarquista experimental que reboza en la locura y en la dejadez para completar un autorretrato fuera de la norma. La cinta funciona como un manifiesto desmedido acerca del aberrante espacio - tiempo por el que su autor ha ido divagando en sus más de 40 años de carrera artística.
Crítica de 'No soy yo'
Resumen
Ficha Técnica
Título: No soy yo
Título original: C'est pas moi
Reparto:
Leos Carax (LC)
Denis Lavant (Señor mierda)
Kateryna Yuspina
Nastya Golubeva Carax (La pianista)
Loreta Juodkaite (La ruleta)
Bianca Maddaluno (La hermana)
Anna-Isabel Siefken (El buzo)
Petr Anevskii (El hermano)
Yekaterina Golubeva
Juliette Binoche
Guillaume Depardieu
Michel Piccoli
Jean-François Balmer
Año: 2024
Duración: 40 min.
País: Francia
Director: Leos Carax
Guion: Leos Carax
Fotografía: Caroline Champetier
Música:
Género: Drama. Biográfico
Distribuidor: Elástica films
Tráiler de 'No soy yo'
Sinopsis
Un autorretrato del director y su obra que revisa de forma libre más de 40 años de filmografía de autor.
Dónde se puede ver la película en streaming
La crisis del artista
No soy yo aúlla por su desbordante personalidad, mientras que nos encontramos ante un mediometraje compuesto por provechosas diapositivas e imágenes de archivo que ahondan en distintos personajes de la historia, tanto de su cine como de figuras universales fundamentales por su trascendencia positiva o negativa en la sociedad. A su vez, presenta personalidades que se han transformado en símbolos que en conjunto han influenciado la manera de evaluar a la humanidad según a ojo y semejanza de su director, quien, como es lógico, ejerce como el narrador de una estación de sueños y pesadillas que no se abstraen de ser contundentes.
Es complejo explicar la importancia de No soy yo sin tener al menos una noción general del delirio estilístico que ha ido cargando Leos Carax durante gran parte de su vida. Sin embargo, más allá de la persona, la película No soy yo es un alegato al miedo por el sinsentido político y social del presente. Es el diario de alguien agotado por las congruencias e incongruencias de la vida que inevitablemente han ido consumiendo parte del sentido puro de su alma. Sin duda no es una experiencia fácil de introducir y mucho menos de desentrañar paso a paso por la increíble labia que tiene a la hora de arrojar mensajes sociales en tono pedante. Pero que tienen sentido por su sublime metalingüística estridente de la cual no tiene miedo de explotar.
Audaz exposición de una realidad confusa
Es fácil, pero no obstinado, decir que No soy yo me dejó fascinado. Ese nihilismo desorbitado por hilar una serie de imágenes transversales es de un compromiso que no necesariamente busca confrontar las reglas del arte, sino que se hace a un lado y crea su propio camino.
Como mencioné, el metraje está respaldado por la imagen y obra de Leos Carax, por ende, está cargada de secuencias y momentos icónicos de su filmografía. Todo ello podríamos considerarlo igualmente como un homenaje no exclusivamente al nacido a orillas del río Sena, sino también como agradecimiento a todas las personas que han contribuido a que su pensamiento y alma tuvieran su merecido espacio en esta volátil industria.
No deja de ser un cine con aura desafiante desde el primer fotograma. Aquel que logre conectar con un hombre atormentado por la propia realidad, que continuamente dispara contra los líderes mundiales, se encontrará con un discurso social fundamentado en un absurdismo incómodo. En el fondo, es tan simple y brillante como su recado final.
Conclusión de 'No soy yo'
No soy yo es de los ensayos visuales más gloriosos que se han visto de un autor en el cine. El descaro y ambigüedad que sostiene es poderoso. Puede que se obsesione en su propia dinámica obstruccionista, pero no deja de ser una experiencia sin igual que, como punto extra, suma una de las mejores escenas postcréditos en la historia de este medio.
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