En 2005 se llevó a los cines la versión cinematográfica de Orgullo y prejuicio, dirigida por Joe Wright. El guion y adaptación de la famosa novela de Jane Austen estuvo a cargo de Deborah Moggach. Estuvo presente en varios certámenes de gran prestigio como los Premios Óscar, donde obtuvo cuatro nominaciones, incluyendo a mejor actriz para Keira Knightley. Asimismo, también estuvo nominada a mejor película de comedia o musical, como a mejor actriz en los Globos de Oro. De igual manera, en los Premios BAFTA optó a seis galardones, pero se llevó únicamente el de mejor director, guionista o productor británico novel, para Joe Wright. Se estrenó en España originalmente el 10 de febrero de 2006.
Título: Orgullo y prejuicio Título original: Pride and Prejudice
Reparto: Keira Knightley (Elizabeth Bennet) Matthew Macfadyen (Sr. Darcy) Rosamund Pike (Jane Bennet) Simon Woods (Sr. Bingley) Donald Sutherland (Sr. Bennet)
Año: 2005 Duración: 127 min País: Reino Unido Dirección: Joe Wright Guion: Deborah Moggach Música: Dario Marianelli Fotografía: Roman Osin Género: Romance Distribución: Universal Pictures
Las cinco hermanas Bennet han sido criadas por una madre obsesionada por encontrarles marido. Pero una de ellas, Lizzie, inteligente y con carácter, desea una vida con perspectivas más abiertas, un anhelo respaldado por su padre. Cuando el señor Bingley, un soltero rico, y su círculo de sofisticados amigos se instalan en una mansión vecina para pasar el verano, las Bennett se entusiasman con la posibilidad de encontrar pretendientes. En el baile de bienvenida, Lizzie conoce al apuesto y elegante señor Darcy, pero, a primera vista, le parece demasiado orgulloso y arrogante.
En 2020 se cumplen 15 años desde el estreno original de Orgullo y prejuicio, una de las películas que terminó por catapultar la carrera interpretativa de Keira Knightley. El film, que como se puede presuponer, está basado en una de las novelas escritas por Jane Austen más aclamadas a lo largo de la historia. En esta ocasión, Deborah Moggach es la encargada de adaptar las aventuras y desventuras de la familia Bennet. Para comenzar, el guion realiza una visión de la figura de la mujer de entonces, donde se daba mucha importancia a la imagen pública y al matrimonio que contraían las mujeres. Sin embargo, al igual que el libro original, su perspectiva se centra en la ruptura de ese estilo de vida, mostrando la rebeldía de su principal protagonista: Elizabeth. Es una historia sobre estas mujeres, y no de los hombres que les acompañan. Innovadora y feminista.
Gracias a ello, su mayor fuerte es que no se centra únicamente en la historia romántica principal, sino que va más allá. Por tanto, los espectadores pueden sentir una profundidad más intimista envuelta en elegancia. Es cierto que hay partes en las que se peca de luminosidad e ingenuidad, pero en otras expone las obligaciones y el peso de ser mujer en esa época. Además, al vivirse en distintos estamentos de la sociedad, también engancha que se desarrollen en un dramatismo más telenovelesco, con tiras y aflojas que encandilan al público al expresarlo de una manera totalmente natural. Al ser un drama de época, esa lucha por la libertad y la libre elección debe fraguarse dentro de una coherencia. Esta película, sin duda, consigue obtener ese alegato feminista, pero sin forzarlo, aunque su final nade más hacia un tono romántico.
Keira Knightley ante una de sus mejores interpretaciones
La principal protagonista de Orgullo y prejuicio es Keira Knightley, la cual se mete en la piel de Elizabeth Bennet. La actriz desde el principio se muestra cómoda en el papel, dejando salir esa jovialidad lumínica a la hora de abordar su personaje. Asimismo, combina ese factor más risueño en su expresividad facial, con una contradicción personal, que sabe llevarlo en la forma de ejecutar algunas de las acciones que se ven en pantalla. De esta manera, logra que el público sea capaz de comprender qué es lo que hay dentro de su sentir. También deja salir una pizca de picaresca y de un humor más satírico, lo que endurece su imagen para no quedarse en un plano más superficial. No necesita echar mano de una elegancia impostada para transmitir la época en la que se produce, permitiéndose dignificar su propio estilo y obtener el favor de los espectadores.
La otra gran protagonista del film es Rosamund Pike, que interpreta a la tímida Jane. A diferencia de Knightley, Pike se mueve más en una actuación que maneja con frialdad. No significa que se mantenga en un plano externo, pero su trabajo expresivo es más sutil, menos visceral. Así pone especial atención al juego de miradas y a pequeños detalles, que hacen que marque la diferencia. Luego, Matthew Macfadyen y Simon Woods son la contraparte de Knightley y Pike. En el caso del primero, Macfadyen es correcto en el primer tercio del film, pero no es hasta el final de la segunda parte cuando coge potencia y se mete de lleno en su personaje. Por su parte, Woods mantiene su energía grácil y no se desprende de ella. Aunque pueda parecer más plano, es una manera de dar más atención al trabajo de sus compañeros.
Navegando por la historia
Aunque el reparto protagonista está formado por los actores ya mencionados, Orgullo y prejuiciogoza de un elenco coral numeroso, incluso, en los papeles más relevantes. Hay que aplaudir la dirección de actores, ya que han sabido crear una sinergia entre los actores y ello lleva a que saquen partido de cada miembro de este elenco. No se siente en ningún momento que alguno se vea opacado por un compañero. Cambiando de tercio, la dirección de fotografía es preciosa, con unos exteriores inmensos que dan esa sensación de majestuosidad, salvaje e instantánea. De la misma forma, explotan aquellos escenarios que emulan los lugares de la propia vida de sus protagonistas. Por lo que, hay que aplaudir que haya una riqueza importante de localizaciones y la cámara haya sabido capturar de una forma magistral esos parajes de ensueño cotidiano.
La dirección de arte tampoco se queda atrás, llenando esos espacios, en especial, los interiores, hacia el pasado. Gracias a ello, el espectador realiza un viaje histórico, transportándose al universo de Jane Austen sin problemas. Se le da una especial atención a la vida en sociedad. Por ende, hay varias secuencias que plásticamente cuidan mucho los detalles de las fiestas en las que participan los personajes, con las coreografías, los movimientos de cámara, el propio vestuario... Se ve perfectamente el nivel de la producción de la película. Para terminar, el ritmo es ameno, a la vez que se acelera en esos puntos de mayor carga dramática y desenfreno sentimental, equilibrándose con las secuencias más contemplativas o reflexivas. Por lo tanto, el montaje del film es minucioso y ha sabido atinar en cómo va navegando a la acción a lo largo de la cinta.
Conclusión de 'Orgullo y prejuicio'
Orgullo y prejuicio es una adaptación de la novela homónima de Jane Austen que refleja los códigos sociales de entonces, desde una perspectiva feminista, elaborada y más allá de lo romántico. Su principal baza se encuentra en esas contradicciones existenciales, al mismo tiempo que encandila al espectador con la introspección de los personajes y también ese romanticismo dramático. Hay partes más edulcoradas, pero no restan calidad al conjunto, siendo un perfecto guilty pleasure. Keira Knightley está estupenda, acompañada por un reparto de altura. Asimismo, la dirección de fotografía y de arte son brillantes, plasmando de una forma exquisita los espacios y con unas localizaciones muy cuidadas. La libertad del amor en una carta cinematográfica que llega a su destino envuelta en intimidad y reflexión.