Orlando: mi biografía política es un artefacto fílmico que sirve a Paul B. Preciado para hablar un poco de su vida, un poco de la obra de Virginia Woolf, un poco de las vidas trans y mucho de su pensamiento político que ha desarrollado su director en sus ensayos. Una película que evoca al Godard más político. Estreno en salas de cine españolas el 11 de octubre de 2023.
Crítica de 'Orlando, mi biografía política'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Orlando, mi biografía política
Título original: Orlando, ma biographie politique / Orlando, My Political Biography
Reparto:
Arthur (Orlando)
Emma Avena (Orlando)
Amir Baylly
Jenny Bel'Air
La Bourette (Orlando)
Nathan Callot (Vendedor de armería)
Kori Ceballos
Liz Christin
Iris Crosnier (Orlando)
Naëlle Dariya
Año: 2023
Duración: 98 min.
País: Francia
Director: Paul B. Preciado
Guion: Paul B. Preciado
Fotografía: Victor Zébo
Música: Clara Deshayes
Género: Documental
Distribuidor: Atalante Cinema
Tráiler de 'Orlando, mi biografía política'
Sinopsis
En 1928, Virgina Woolf publica Orlando, la primera novela en la que el personaje principal cambia de sexo en medio de la historia. Un siglo más tarde, el filósofo Paul B. Preciado decide escribirle una carta a Virginia Woolf: su Orlando ha salido de la ficción y lleva una vida que jamás habría imaginado. (Atalante Cinema)
Dónde se puede ver la película en streaming
Todo es mentira
Que no se enfade nadie ante lo que voy a decir, Orlando: mi biografía política se construye sobre una mentira. Pero una mentira que alcanza lo real. Lo verdadero.
En primer lugar, por el título. La ópera prima de Paul B. Preciado no es una adaptación del Orlando de Virginia Woolf, como tampoco es la biografía de su director. En cambio, sí toma de base el texto de la escritora para explicar un poco su propia vida y convertirlo, finalmente en algo, esta vez sí, político.
Durante toda la película el espectador va a escuchar los versos de la obra de Woolf en boca de la decena de personas trans y no binarias que pasan frente a la cámara de Preciado diciendo que van a hacer de Orlando, incluso van a recitar partes de la obra. Pero es que también van a contar parte de su vida, de su tránsito, de sus experiencias trans, así como el pensamiento trazado por el filósofo español. He aquí una nueva mentira. Y otra vez, a medias. Ninguna de las personas que aparece en esta cinta es del todo quien dice ser y a su vez se identifica a la perfección con esa ficción que narra, se filma y se consume a través de la pantalla.
Manifiesto godardiano
Son muchos los que todavía consideran que el cine es una gran mentira, pero sentarse a ver películas como la de Paul B. Preciado, así como muchas otras de la Historia del cine, demuestran que, gracias a esa mentira, a esa puesta en escena estudiada al milímetro, la verdad aparece.
En Orlando: mi biografía política, aparecen las realidades de todos sus protagonistas. De todas aquellas personas que, diciendo que son Orlando, cuentan cómo son sus vidas trans y no binarias y muestran como con sus acciones, con sus cuerpos desafían lo establecido. Verso, pensamiento y documental se dan la mano para, finalmente, construir un artefacto político –la única palabra del título que es una verdad absoluta. Un artefacto político que haría las delicias del fallecido Jean-Luc Godard.
El autor burgalés no arranca con una película narrativa, sino que presenta un manifiesto en toda regla, como los que en su día presentaba el maestro de la Nouvelle Vague en su época maoísta. No es, por tanto, un cine nuevo, ni tan sólo radical. Preciado no viene del cine, no inventa nada, ni es su intención. Tal vez, lo novedoso sea la temática, pero porque seguramente nunca la hubiera abordado Godard. En cambio, esos personajes mirando a cámara, ese montaje cinematográfico seco, evidente y significado, esas multireferencias a filósofos beben directamente de JLG. De ahí, que se le mencione en Orlando.
Un arma poética
Como Godard, Preciado se esfuerza en subrayar al espectador que lo que ve es una ficción. Una ficción cargada, si no de verdades y realidades. En concreto, realidades trans. La puesta en escena no es más que el escenario elegido por Preciado para exponer una vez más su pensamiento filosófico que, a su vez, es político. Todo aderezado con un arma que el pensador considera la más poderosa de todas: la poesía, en este caso también visual. Y es que forma y fondo pocas veces estuvieron tan en comunión.
Dice Preciado que la poesía es el arte que permite redefinir el nombre. Da una visión distinta del mundo y lo reconvierte en algo nuevo. Y eso es lo que hace con la obra de Virginia, con su vida, con la de otras personas trans y no binarias y, en definitiva, su pensamiento. Le da otra forma y la resignifica. Todo para convertir esta mentira de la representación en una verdad. Una verdad política, la de las vidas trans.
Conclusión de 'Orlando: mi biografía política'
Puede ser que, a nivel formal, la cinta de Paul B. Preciado no invente nada, en cambio, sí recupera la tradición de un cine tan político, como beligerante. Panfletario, en todos sus significados, pero exigente con el espectador. El pensador quiere evitar caer en la representación que el cine más comercial o incluso el indie (en esta categoría él incluye 20.000 especies de abejas) muestra a las personas trans, desde la pena, la condescendencia o el sufrimiento. Orlando: mi biografía política no es un biopic, ni una ficción cargada de mentiras, sino una cinta política repleta de pensamiento, una reflexión filosófica cargada de revolución y poesía.
Reportaje de Orlando: mi biografía política en Días de Cine TVE
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