La otra cara del crimen (The Yards) es el segundo film realizado por James Gray, con guion escrito por él mismo junto a Matt Reeves (Déjame entrar, La guerra del planeta de los simios). Un exconvicto regresa a su hogar para iniciar una nueva vida, pero la mala suerte sigue persiguiéndole. La película estuvo a competición en el Festival de Cannes.
Está protagonizada por Mark Wahlberg (Ted, The Fighter), Joaquin Phoenix (Irrational Man, Her), Charlize Theron (Tully, Mad Max: Furia en la carretera), Ellen Burstyn (Lucy in the Sky, Wiener-Dog), James Caan, Faye Dunaway, Chad Aaron y Andrew Davoli. La película se estrenó en España el día 28 de septiembre de 2001.
Crítica de 'La otra cara del crimen (The Yards)'
Resumen
Ficha Técnica
Título: La otra cara del crimen
Título original: The Yards
Reparto:
Mark Wahlberg (Leo Handler)
Joaquin Phoenix (Willie Gutierrez)
Charlize Theron (Erica Soltz)
James Caan (Frank Olchin)
Faye Dunaway (Kitty Olchin)
Ellen Burstyn (Val Handler)
Chad Aaron (Bernard Soltz)
Andrew Davoli (Raymond Price)
Steve Lawrence (Arthur Mydanick)
Victor Argo (Paul Lazarides)
Tomas Milian (Manuel Sequiera)
Tony Musante (Seymour Korman)
Año: 2000
Duración: 111 min.
País: Estados Unidos
Director: James Gray
Guion: James Gray, Matt Reeves
Fotografía: Harris Savides
Música: Howard Shore
Género: Drama. Intriga
Distribuidor: Lauren Film
Tráiler de 'La otra cara del crimen (The Yards)'
Donde se puede comprar la película
- The Yards (2000) [FORMATO NO ESTADOUNIDENSE, Blu-Ray, Importación Reg.B - España]
- Tipo de producto: PHYSICAL_MOVIE
- Mark Wahlberg (Actor)
- James Gray (Director)
- Calificación de la Audiencia: Pendiente de calificación por edades
Sinopsis
Tras pasar un tiempo en la cárcel por no delatar a su grupo de amigos, Leo sólo quiere volver a enderezar su vida. Por eso se dirige al lugar que considera que será más seguro, su hogar. Allí acepta un trabajo con su tío Frank, un hombre influyente y lleno de contactos, reencontrándose con su viejo amigo Willie y la novia de éste. Pero sin desearlo, se ve empujado a un mundo de sabotajes, apuestas, sobornos e incluso asesinatos. Y el secreto que descubre le convertirá en el blanco de la familia más despiadada de la ciudad, la suya. Ahora en nombre de la justicia, tendrá que hacer todo lo que esté en su mano para desarticularlo. (Filmin)
Dónde se puede ver la película
Las vías del tren
Seis años después de estrenar su estimable ópera prima, Cuestión de sangre (Little Odessa), el director estadounidense James Gray subió el listón con su segunda incursión en el thriller criminal. Si en su primera obra ya se apuntaban algunas de las claves de las características esenciales que marcarán el estilo Gray, en esta segunda obra se profundiza de una forma más madura tanto en el estilo visual como en las reflexiones morales que atormentan a sus personajes.
La otra cara del crimen (The Yards) tiene un título español bastante soso, casi de telefilm barato. El título original hace referencia a las cocheras donde se guardan los trenes de mercancías durante la noche. Es una analogía de la vida mucho más potente que nos remite al entramado de vías que se cruzan, algunas son vías muertas y otras tienen un destino que tomar a la luz del día.
No es casualidad que la película comience con un tren saliendo de un túnel (el protagonista acaba de salir de la cárcel) y que termine con otro tren a plena luz del día. Entremedias, Gray nos regalará una historia sobre la lealtad y la traición, pero también sobre la delgada línea que separa palabras antagónicas como verdad y mentira, justicia e injusticia, u honestidad e indecencia.
El regreso de Ulises
En las primeras secuencias Gray vuelve a incidir en el tema de la familia como caldo de cultivo de los conflictos centrales. Observando la mitología griega, se podría asegurar que casi todo el cine del director se basa en el Ulises de Homero. En Cuestión de Sangre (Little Odessa), el retorno del guerrero lo llevaba a cabo un sicario al que encargaban un asesinato en su barrio natal, lo que le llevaba a confrontar su pasado familiar. En La otra cara del crimen (The Yards), Leo, el protagonista interpretado por Mark Wahlberg, regresa a casa tras pasar dieciséis meses en la cárcel por el robo de un coche.
En la fiesta familiar de bienvenida casi parece un intruso. Gray nos muestra con sutileza la debilidad de esos lazos familiares. Willie, interpretado por Joaquin Phoenix, es su mejor amigo, al que encubrió del delito. Con sangre latina en sus venas, tiene la necesidad de ser aceptado por sus suegros, pero alguien ya le advierte que nunca va a ser tan blanco como ellos.
Su novia es Erica, interpretada por Charlize Theron, prima de Leo. La tensión sexual entre los primos es evidente, se nos revela un amor imposible, un tema tabú que la familia esconde bajo la alfombra. Erica es una mujer atrapada en una vida que no quiere. Durante la primera conversación a solas de los primos, sucede un apagón que simboliza el peligro inherente a esa relación. Habrá dos simulacros más de apagones durante la película. Son momentos donde la tragedia está a punto de explotar. Como veremos, el tratamiento de la luz y de la oscuridad son fundamentales en la concepción semiótica de la película.
La visión fatalista de Gray
De forma casi imperceptible, suena la canción I’m begginning to see the light (estoy empezando a ver la luz) de Peggy Lee. Puede ser un nuevo comienzo para Leo, su viejo amigo le ha ofrecido un trabajo en la empresa de transportes ferroviario de su suegro. Es un negocio competitivo donde pronto descubrirá que no siempre se juega limpio para obtener las concesiones administrativas. Sin comerlo ni beberlo, se encontrará una noche saboteando trenes de empresas rivales y todas sus buenas intenciones se irán al traste cuando la cosa se tuerza. El fatalismo en el inevitable destino, algo que suele estar presente en el cine de Gray.
Si en su primera película, ya jugaba con una luz contrastada para materializar los dilemas morales de sus personajes, en La otra cara del crimen (The Yards) nos da una clase magistral de su uso, junto al director de fotografía Harris Savides (Zodiac, Reencarnación).
El uso de la luz
El rostro de Willie, está en permanente sombra, en especial, a medida que avanza hacia la amoralidad. Hay una escena en la que está con su novia y la pantalla aparece dividida en dos, una mitad está completamente en negro. En ese momento, ella es su único foco de luz, él está al borde de ser engullido por la oscuridad. En otra escena, en el rellano de la escalera, mientras intenta reconciliarse con ella, la mirada de Willie está en constante penumbra, apenas se distinguen sus ojos.
Cuando Willie mata a Erica, la oscuridad hace aparición y baña por completo su rostro mientras una lágrima cae por el único resquicio de luz que aún conserva, su recuerdo. Todo lo contrario sucede con Leo. Tras testificar, su rostro queda completamente iluminado en el tren que viaja. Al acabar los créditos finales, se escucha un tren en marcha, la vida sigue para Leo.
También destaca el tratamiento de la luz de La otra cara del crimen (The Yards), en la escena del encuentro nocturno entre Leo y Frank Olchin (James Caan), el magnate ferroviario. Es un momento donde la luz va y viene, iluminando a sus personajes al tiempo que segundos después los sume en la completa oscuridad. Es la manera que tiene Gray para indicarnos lo fácil que es traspasar ese límite de la moralidad.
James Gray asegura de forma jocosa que todo lo copia de Coppola. Hay una escena que recuerda mucho a El Padrino. Cuando Erica visita a su padrastro para pedirle un favor. El encuadre y la iluminación del despacho te retrotraen inmediatamente al de Vito Corleone. No es casualidad que el actor escogido para ese magnate corrupto sea James Caan, actor que interpretó al inolvidable Sonny Corleone en las dos primeras partes de la trilogía.
Conclusión de 'La otra cara del crimen (The Yards)'
La otra cara del crimen (The Yards) nos plantea un thriller criminal ubicado en la corrupción existente en el negocio del transporte ferroviario. Alguien dice en la película que los favores son más importantes que las amenazas. Es un mundo donde las administraciones públicas, la policía y las grandes empresas, llegan a acuerdos en los despachos para manipular la verdad a su conveniencia.
Gray no quedó satisfecho del final y existe una versión Director’s Cut en la que además de recortar algunos segundos de un par de escenas y cambiar el fondo de los créditos, elimina la secuencia final donde Leo testifica contra todos los implicados. Simplemente se marcha en tren tras el funeral de Erica. Es un final mucho más oscuro e impreciso que evita cualquier atisbo de redención purificadora.
La otra cara del crimen (The Yards), es la segunda película dirigida por James Gray, donde vuelve a incidir en el tema homeriano del retorno al hogar. La familia vuelve a ser núcleo de los conflictos morales de los personajes, así como la toxicidad de personas en las que confiamos, conservando también ese tono fatalista al abordar el ineludible peso del destino en nuestras decisiones (más marcado en la versión Director's Cut, como vemos en el spoiler del párrafo anterior).
La señas de identidad del cine de Gray están presentes y marcan la línea a seguir en sus posteriores películas. El ritmo melancólico y crepuscular, la utilización psicológica de la luz o su ausencia, el tono trágico dostoievskiano en un relato de cine negro clásico. Gray es un cineasta en ocasiones incomprendido que, sin embargo, se ha convertido en uno de los autores más personales del cine contemporáneo. La otra cara del crimen (The Yards), es una película a reivindicar.
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