Dea Kulumbegashvili llega arrasando a la industria cinematográfica con su primera película, Beginning. Este film ha dividido y polarizado la opinión de la prensa especializada, así como la del público. Mientras que hay una parte que la adora, hay otra que prefiere levantarse de la butaca y marcharse. Por lo que, indudablemente, es un film que no deja indiferente. En el Festival de Cine de San Sebastián se alzó con la Concha de Oro a la mejor película, además de obtener también los galardones a mejor dirección, guion y actriz. Asimismo, se llevó el Premio FIPRESCI en el Festival de Cine de Toronto. Tras meses de espera, llega a los cines españoles este 4 de diciembre de 2020, de mano de Surtsey Films.
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Título: Beginning Título original: Dasatskisi (Beginning)
Reparto: Ia Sukhitashvili (Yana) Kakha Kintsurashvili (Detective) Rati Oneli (David) Saba Gogichaishvili (Giorgi)
Año: 2020 Duración: 130 min. País: Georgia Director: Dea Kulumbegashvili Guion: Dea Kulumbegashvili yRati Oneli Fotografía: Arsheni Khachaturan Música: Nicolas Jaar Género: Drama Distribuidor: Surtsey Films
La película Beginning se ambienta en un tranquilo pueblo de provincias. Una comunidad de Testigos de Jehová es atacada por un grupo extremista. En pleno conflicto, el mundo de Yana, la esposa del líder de la comunidad, se desmorona lentamente. La insatisfacción interior de Yana crece mientras lucha por encontrar sentido a sus deseos. (SURTSEY FILMS)
Premios
Festival de Toronto: Premio FIPRESCI. 2020
Festival de San Sebastián: Mejor película, dirección, guion y actriz. 2020
Beginning, la primera película de Dea Kulumbegashvili viene cargada de polémica tras su paso por el Festival de San Sebastián. Divide la crítica de una forma muy polarizada, la historia que se cuenta se aleja de un esquema estándar y rompe con el sello comercial de la narrativa. En primer lugar, no es una película para todos los públicos, dado que se toma su tiempo y utiliza la metáfora visual para abordar varios temas concernientes, en concreto, a la población de Georgia y, en general, a temas universales como la posición de la mujer. A través de unos diálogos que retratan perfectamente el machismo intrínseco que se pretende dibujar, también expone los vestigios de una religiosidad extremadamente culposa. Así, comienza a tejer un puzzle que no busca la comprensión desde el primer minuto, sino dejarla reposar con la misma tranquilidad con la que se desarrolla.
El sufrimiento de la protagonista no se queda únicamente en una capa exterior, donde se comprende por el martirio que está pasando. Es más, los matices que van emergiendo durante el film llegan a través de un vehículo reflexivo y aparentemente cotidiano. Esa búsqueda constante del yo y de querer romper las cadenas que siguen totalmente definidas en el entorno más cercano de la protagonista. Igualmente, la violencia que se denuncia en el film se realiza sin adornos, porque Kulumbegashvili y Rati Oneli, guionistas del film, no necesitan quedar bien. Por lo tanto, sin tapujos, expresan esa reivindicación de lo salvaje, que puede ser la propia vida en sí y cómo estos actos violentos terminan siendo una parte de la propia persona. Sin duda, no es una película que deje indiferente, ya sea por remover introspectivamente o por esa sensación de confusión. Cada espectador elige su camino.
Romper las cadenas
Una película de estas características necesita a una protagonista que le permita entrar en esa vorágine enrevesada. Y en Beginning lo consiguen. Ia Sukhitashvili ofrece una interpretación con un gran temperamento, que sabe sacar hacia adelante toda esa complejidad que azota a su personaje. Desde el principio se puede ver esa evolución descarnada. A pesar de la controversia que surge en el propio guion, lo que es innegable es el talento de la actriz georgiana, que triunfa en cada una de sus escenas. Por lo tanto, es razonable que la mayor carga dramática haya sido puesta sobre ella, quién brilla sin problemas y no tiene dificultad en llevarla. Esos contrastes tan personales y esos giros expresivos, es lo que acaban por colocar la guinda en el pastel ante una interpretación excelente y personal.
Luego, Rati Oneli, el cual también ejerce de co-protagonista, se mete en la piel de David. Pese a encontrarse en un perfil más bajo, sorprende por la buena conexión que mantiene con Sukhitashvili. Su fuerza se halla en saber darle los toques necesarios para ejercer de acompañante, dando una actuación verosímil y con una vigorosidad masculina que refleja la toxicidad de esquemas arcaicos. Sin duda, sabe retratar esos condicionantes sociales que se buscan en su personaje. Por otro lado, Kakha Kintsurashvili es Alex, quien protagoniza una de las secuencias más impactantes del film. Lleva a cabo su función de una forma notable, centrándose en el impacto físico y con un control de la energía que sirva para identificar la violencia en su justa medida. Por último, Saba Gogichaishvili, como Giorgi, no va mucho más allá de lo que realiza, pero tampoco desentona con su presencia en pantalla.
Políticamente incorrecta
Ya es sabido por todos que Beginning no es una película accesible, pero tampoco pretende serlo. A partir de esa premisa, Dea Kulumbegashvili muestra el gran valor como realizadora y artesana de la imagen. Externamente de la duración de los planos, la construcción del espacio y del encuadre denotan una sensibilidad artística destacable. Utilizar los fuera de escena a través de los estímulos auditivos y sensoriales no es algo sencillo de hacer, sin embargo, ella lo consigue. La mítica escena de la protagonista sobre el césped es un ejemplo gráfico de la maestría con la que desenvuelve un universo extendido, que toma al espectador como cómplice para invadirlo en esa atmósfera. Por lo tanto, a nivel visual, apuesta de una manera totalmente arriesgada. Por ello, hay que aplaudir que haya obtenido un gran valor de forma plástica.
No se puede negar que no es ligera y el ritmo se encuentra en una parsimonia que puede sacar los nervios a más de uno. No obstante, la intención es disfrutar la cinta dejándose llevar por esa composición sensitiva y no ceñirse solo a la acción. Por este motivo, no es algo comercial y tampoco busca ser específicamente un experimento alternativo al uso, sino que su forma de contarlo es así. Con lo cual, Kulumbegashvili ya ha formado su sello de identidad sin problemas. Por otro lado, agradecer el cuidado de las tonalidades, suaves, pero sin perder el efecto salvaje de la propia naturaleza en exteriores. De igual manera, el espejo en torno a la violencia de género y el abuso sexual es incómodo, pero necesario. Esa crudeza visual, mezclada con lo onírico y la oscurantez da una fábula macabra que redondea su conjunto, aunque con un final discordante.
Conclusión
Beginning es una película arriesgada, que no quiere ser convencional, sino dar su punto de vista más mordaz sobre una realidad incómoda. El guion realiza un análisis de temas concretos, que se extrapolan fácilmente a una urgencia universal. El envoltorio es un camino calmo y reflexivo, que no tiene intención de ir más rápido, sino de dejar al espectador que asiente a su ritmo las ideas. Lógicamente, hay una parte del público que puede llegar a cansarse por una construcción totalmente sosegada. Ia Sukhitashvili está maravillosa, siendo su actuación uno de los mejores aspectos del film. También aplaudir la composición de la imagen, que refleja la sensibilidad y el bagaje artístico y profesional de Dea Kulumbegashvili. Un debut impresionante que se aleja de miedos y pone toda la carne en el asador, sin tapujos y directa a lo que busca: remover y no dejar indiferente.