Menudos años de geniales directoras llevamos en nuestro cine patrio, una suerte de singularidades en un mercado eminentemente masculino. No son pocos los nombres que han dado un golpe en la mesa, en gran pantalla y televisión, cuyos debuts han mantenido la constante de propuestas frescas y autorías prometedoras. Con solo 31 años, Sandra Romero, que ha dirigido varios capítulos de Los años nuevos de Rodrigo Sorogoyen, se estrena en el ecosistema de los largometrajes con Por donde pasa el silencio, un ejercicio que nos acerca a su tierra natal abordando el arraigo y la familia puestos al crisol en un viaje de líneas formales medio documentales y corazón intimista que cosechó aplausos en la sección de Nuevos Directores del último Festival de Cine de San Sebastián. Se estrena en salas el 29 de noviembre de 2024.
Crítica de 'Por donde pasa el silencio'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Por donde pasa el silencio
Título original: Por donde pasa el silencio
Reparto:
Antonio Araque (Antonio)
Mona Martínez (Madre)
Javier Araque (Javier)
María Araque
Nicolás Montoya (Manuel)
Emmanuel Medina (Emma)
Tamara Casellas (Tamara)
Año: 2024
Duración: 98 min.
País: España
Director: Sandra Romero
Guion: Sandra Romero
Fotografía: Angello Faccini
Música: Paloma Peñarrubia
Género: Drama. Familia
Distribuidor: BTeam Pictures
Tráiler de 'Por donde pasa el silencio'
Sinopsis
En medio de la Semana Santa andaluza, Antonio se ve obligado a volver a Écija, desde Madrid, lugar donde reside. Su hermano mellizo, Javier, necesita su ayuda. Con ese regreso a la casa familiar, Antonio transita la vida que dejó allí. Lo que no sabe es si necesitará quedarse para siempre o podrá retomar el camino que él ha elegido. (BTeam Pictures)
Dónde se puede ver la película en streaming
De las entrañas al celuloide
Me confieso gran admirador de este tipo de propuestas, más si se traducen con miradas asemejadas a las de Sandra Romero. Menudo trabajo de traslado ha encarnado en Por donde pasa el silencio, una notable incursión que mama de su corto con el mismo nombre. Fantástico resultado que quizá se vea recompensado por mejor Ópera Prima en los próximos Premios Goya.
De la vida a la gran pantalla, así ha sido el proceso de acrisolamiento que la directora de Écija transfiere en su primera película. Nada mal, pues de alguna manera da voz de entrañas, por tanto única, sobre cuestiones tan de llano y tacto real como son las relaciones entre los miembros de una familia nuclear. ¡Qué complicadas! Nunca jamás, y eso lo hemos aprendido todos, se puede someter al mismo molde, puesto que las hay de infinitos colores, herencias, educaciones y traumas. El punto aquí es saber discernir junto a las líneas gruesas y específicas que se presentan.
De coraje y conquistas
La recién estrenada cineasta andaluza se atreve caminar sin miedo para arrojar una luz propia a esas vivencias tan difíciles de ficcionar, no solo porque cualquier desarrollo es un reduccionismo en sí mismo si lo comparamos con lo inabarcable de estos asuntos, también porque tanto de esto permanece todavía encerrado por tácito designio popular. Hay temas tratados en la cinta que continúan tabúes, no solo en los más evidentes como lo que rodea a las figuras gay, más que nada en lo referente a la toxicidad comunicativa o directamente la ausencia. Esto es lo que más pesa en ese núcleo que, sabemos por experiencia, emana virtudes y vicios a raudales.
Sandra Romero no se reserva nada con Por donde pasa el silencio, precisamente es éste quien vestido de protagonista reflejará esas heridas abiertas que a cualquier espectador pueden escocer como propias. Así reza el dicho, "lo urgente rara vez deja tiempo y espacio a lo importante", extraña ocasión en la que convergen. Los personajes del film se manifiestan sin atisbo de duda ni necesidad de sobre explicarse, cómo el cajón de mierda, perdón por la expresión, es cada vez más grande y difícil de rebajar. Lo observamos perfectamente en la tensión generada entre padre e hijos y a su vez entre hermanos. Ese Antonio que regresa al nido y debe asimilar una situación casi insalvable, con un hermano con discapacidad y unos seres queridos ahogándose en la tribulación de la rutina. Admirable es vislumbrar el destello de esperanza.
Reparto que cataliza
Por donde pasa el silencio es una pieza que no solo hace debutar a su joven directora, asimismo vemos a un Javier Araque iniciándose en la interpretación, siempre agradecido por la oportunidad y cómodo tanto en cuanto puede hacer suyo el personaje, arraigarlo a su manera de expresar y sentir. Al menos así me lo ha transmitido de primera mano. Actúa junto a su hermano Antonio, con más recorrido e igualmente fundamental en lo que la cineasta quiere contarnos.
Fantástica la reproducción de ese cúmulo de sensaciones que nos hacen vibrar en cada escena, esos dos hermanos que de fuera adentro de la película hablan de ellos y de tantos otros, de la mayoría de nosotros realmente. Según lo veo, no importan los problemas concretos que se representan en la cinta, sino la dimensión reflexiva a la que te llevan sobre esa célula básica de la sociedad que nos pare y condiciona como nada más consigue hacerlo. Es por ello que, en mayor o menor conexión, cualquiera tienen la oportunidad de participar de una aventura en la que la angustia, el dolor y también las bellas proyecciones son la biografía de todos.
Conclusión de 'Por donde pasa el silencio'
Por donde pasa el silencio se nos sugiere cual fresca propuesta dentro del excelso catálogo cinematográfico español. Como suelo decir a menudo, de obligado visionado para apoyar nuestro producto patrio y para disfrutar y seguir la pista a las jóvenes promesas que ya dominan el presente. No dudéis, adentraos en estas pequeñas flores que pronto serán robustos árboles frutales. Nuestro cine, o te gusta o no lo conoces.
Reportaje de Por donde pasa el silencio en Días de Cine TVE
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