"Profesor en Groenlandia": La naturaleza como escuela

Profesor en Groenlandia nos presenta a Anders, un profesor recién licenciado,  que decide dejar su Dinamarca natal en busca de una aventura laboral en Groenlandia. Al llegar allí se siente extraño y alejado de sus habitantes, al ser una comunidad muy cerrada. Gracias a una serie de curiosas circunstancias, Anders cuestionará sus convicciones centroeuropeas y aceptará su nuevo estilo de vida polar. (FILMIN).

Premios

• Festival de Sundance: Sección oficial documentales internacionales. 2018

Donde se puede ver la película

El choque de culturas

Samuel Collardey, director de Profesor en Groenlandia, enfoca siempre su trabajo en el contraste de la vida rural con la vida de ciudad, del hombre adaptándose a una nueva naturaleza. En L'apprenti (2008), un adolescente de familia desestructurada se marchaba a trabajar a una granja en las montañas. En Tempête (2015), un pescador debía elegir entre su vida en el mar y su familia en tierra. En su obra más conocida, Como un león (2013), hacía el viaje inverso con un joven africano que debía aprender las dificultades de convertirse e futbolista profesional en París.

En todas sus obras nos muestra el choque de culturas, las distintas formas de pensar y afrontar la vida según el entorno cultural y social. También refleja el aprendizaje vital de sus personajes, a través del acompañamiento y el distinto enfoque de los que le rodean. En Profesor en Groenlandia, tenemos a un joven profesor danés que decide marcharse a trabajar a la pequeña escuela de un pueblo con menos de 80 habitantes en la fría Groenlandia.

De la nieve de Alaska o Minnesota, a la nieve de Groenlandia 

Collardey poco nos cuenta de los motivos de una decisión así (excepto en un monólogo del final). Lo que de verdad le importa es el viaje interior del personaje para adaptarse a su nuevo entorno. Cuando uno lee la sinopsis o el título, es inevitable recordar aquella serie mítica de televisión creada por Joshua Brand y John Falsey para la CBS, titulada Doctor en Alaska (Northern Exposure, 1990-1995). Algunos menos también recordarán una película llamada Ejecutiva en apuros (Jonas Elmer, 2009), donde una pija de Miami, encarnada por Renée Zelweger, era enviada por su empresa a un pueblo perdido en las montañas nevadas de Minnesota.

En ambas ficciones, se confrontaba desde la comedia, el ubicar a una persona acostumbrada a una serie de lujos cotidianos en un lugar remoto donde la vida es mucho más dura. Lógicamente, con el paso del tiempo, se adaptaban y la experiencia les cambiaba por dentro. En Profesor en Groenlandia, el inicio parece ir por ese camino, pero enseguida veremos que es una propuesta más antropológica que humorística. Lo que sí les une a las tres es la cantidad de nieve y frío con la que deben lidiar los protagonistas, ya sea en Alaska, Minnesota o Groenlandia.

El tono documentalista de la película

Profesor en Groenlandia se acerca en muchos momentos al cine documental. La mayoría de actores no son profesionales y casi podría decirse que se interpretan a sí mismos. El guion de la historia surgió de los viajes que realizó el director a varios pueblos de Groenlandia y de las vivencias que pudo ir recopilando de sus habitantes. No fue a localizar escenarios para un guion, fue a visitar lugares para inspirarse en escribirlo.

A medida que avanza, el hilo argumental de la película cada vez es más endeble y las imágenes del asombroso paisaje son las que toman el verdadero protagonismo. La historia inicial se siente entonces como una excusa para filmar esos parajes junto a algunos detalles de la vida de los lugareños. Veremos como cazan, como se relacionan, como viven. No llega a ser un estudio tan antropológico como Nanuk, el esquimal (Robert J. Flaherty, 1922), pero parece que la idea se acerca más a eso que a una comedia enfocada para el gran público.

El resultado es interesante, pero irregular. La apuesta a medio camino entre ficción y documental se nota, por momentos, algo artificial y menos realista de lo que pretende. Creo que hubiera sido más adecuado concentrar todos los esfuerzos en una sola dirección.

Conclusión de 'Profesor en Groenlandia'

Profesor en Groenlandia es una película amable que combina el tono documental con la ficción. Nos habla del choque cultural y de la adaptación a un nuevo entorno con sus propios códigos de supervivencia. Es un trabajo interesante que contiene imágenes de gran belleza gracias al espectacular paisaje que retrata.

Sin embargo, resulta difícil ubicarse en una trama que se abandona constantemente para ofrecer un estudio más antropológico que literario de una forma de vida distinta a la que conocemos. La indefinición de este docudrama ficcionado va captando nuestro interés de forma intermitente, pero nunca llega a apasionarnos.

Reportaje de Profesor en Groenlandia en Días de Cine TVE

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